La oposición y la JCE
Puntos de vista martes, 08 de noviembre de 2016 |
Dentro de 48 horas el Senado de la República se abocará a la selección de la nueva Junta Central Electoral (JCE). La oposición política, compuesta por 12 partidos, ha desplegado en los últimos meses un gran esfuerzo unitario tendente a exigir un organismo electoral imparcial y apartidista, como un eje básico de garantía de realización de procesos electorales limpios, justos y equitativos.
El rechazo del sistema de reparto partidario en la selección de los miembros de la Junta Central Electoral ha servido como un marco común para unir las fuerzas opositoras.
La oposición ha planteado la necesidad de desechar el sistema de reparto y propugnar por la conformación de una Junta Central Electoral similar a la que encabezaran en el pasado César Estrella Sadhalá y Juan Sully Bonelly, hombres públicos a los que nadie podía endilgarles militancia o simpatía partidarista.
En el pasado, en momentos de grandes y difíciles confrontaciones políticas, el doctor Joaquín Balaguer, el profesorJuan Bosch y el doctor José Francisco Peña Gómez, líderes de las fuerzas mayoritarias, pudieron ubicar las reservas morales e independientes para conformar organismos apartidistas que brindaran confianza y credibilidad a todos los actores de los procesos electorales.
Al igual que en el pasado, existen hoy hombres y mujeres que nadie en este país puede señalarlos como militantes o simpatizantes de un determinado partido político. El país necesita en la JCE hombres y mujeres de consenso de los partidos y de la sociedad toda. Personas que merezcan la confianza, tanto del Partido de la Liberación Dominicana y sus aliados, como de las 12 organizaciones que conforman la oposición, que son los actores esenciales en el proceso democrático de esta nación.
En las últimas horas la maquinaria de comunicación del Palacio Nacional ha puesto a circular la falsa versión de que existe en la oposición el interés de tener jueces en la JCE, en una evidente estrategia de división y debilitamiento de nuestra lucha por una Junta imparcial. La realidad es que los 12 partidos de oposición están absolutamente firmes en rechazar o no aceptar reparto partidarista.
La realidad es que ésta será una semana crucial para el país y su sistema institucional. La responsabilidad de tomar la decisión final estará en manos del Comité Político del PLD, a quien estatutariamente le corresponde orientar, instruir o bajar línea a su bancada mayoritaria del Senado de la República. Para nadie es un secreto que la hegemonía del Comité Político del PLD está en este momento compartida en primer lugar por el poder del presidente Danilo Medina y por el expresidente Leonel Fernández. A ellos les tocará reunirse en las próximas horas, si no es que ya lo han hecho, para consensuar una decisión que para bien o para mal pesará en sus respectivas carreras políticas.
Si el presidente Medina y el expresidente Fernández, cabezas fundamentales del PLD, escogen el camino del consenso nacional y propugnan por la conformación de una JCE imparcial y apartidista, estarían rindiéndole un enorme servicio al país y a su sistema democrático. Descompresionarían la incubación de una poderosa crisis político-institucional en momentos internacionales muy turbulentos, en los que la estabilidad macroeconómica de la República puede verse afectada seriamente. Por el contrario, el otro camino, si Danilo y Leonel deciden escoger una Junta parcializada, representaría mandar un mensaje a los 12 partidos de la oposición de que la lucha electoral y democrática futura está cerrada y comprometida seriamente su credibilidad con árbitros electorales que corresponden a los intereses continuistas del partido oficial.
Hace 18 años acompañamos con la misma firmeza que lo hacemos hoy a Leonel Fernández, entonces Presidente, y a Danilo Medina, secretario de la Presidencia en 1998, en una lucha similar a la actual en procura de una Junta Central Electoral imparcial que garantizara equidad en el proceso electoral del año 2000. Confío en que tanto Danilo como Leonel puedan ver después de la curva y darse cuenta de la magnitud de la responsabilidad histórica que tienen en sus manos con la selección de la nueva Junta Central Electoral. Que tengan claro que ni la oposición, ni la sociedad civil, ni el empresariado, ni el episcopado, ni el pueblo dominicano, quiere una JCE fruto de la imposición unilateral y tampoco fruto de un reparto partidarista.
¡La suerte está echada! http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2016/11/08/442258/la-oposicion-y-la-jce
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