lunes, 31 de octubre de 2016

Competencias: desarrollo del talento humano y competitividad | Cándido Mercedes

Competencias: desarrollo del talento humano y competitividad

Cándido Mercedes - 31 de octubre de 2016
candidoPeter Drucker, ese gran gurú de la Gerencia Moderna, nos decía con mucha propiedad “El conocimiento es la información interpretada”. Esa información interpretada es lo que hoy denominamos Competencias, entendida como la capacidad de hacer. Dicho de otra manera, no basta hoy en día con saber, se requiere saber hacer, que es la habilidad que nos permite afrontarnos con el desafío, con el contexto que se desea transformar. Es por decirlo así, el tránsito, la mudanza del conocimiento al resultado.
Urge en el mundo de hoy, hilvanar, correlacionar y mejor coordinar ese conocimiento, esa habilidad, con el buen juicio y la esplendorosa actitud. Todo ello nos suministra el caleidoscopio de las competencias en su más diversas expresiones y dimensiones: Cognitivas, Interpersonales, Personales; o como nos diría Darwin Caraballo, lo que significará el XX Congreso Internacional Aprendo 2016 “Se enfocarán en temas de tres competencias básicas: comunicar ideas, resolver problemas y expresar emociones”.
Muchos de los profesionales que salen de las universidades han sido socializados solamente para la competencia cognitiva y una parte, que es el conocimiento del saber, que es la memoria. No desarrollan competencias ni siquiera de la lógica, sobre todo los egresados de las universidades que tienen escuelas de Educación. Es por ello el gran número de rechazados que concursan en el Ministerio de Educación.
En la Sociedad del Conocimiento, de la Información, buscamos personas con competencias, gente con Talento. Talento para Paco Muro es “El ejercicio inteligente del conocimiento, la experiencia, la habilidad y el comportamiento”. Si tus conocimientos no se reflejan en el comportamiento, en la praxis social, no nos sirve de nada. El Talento, como nos señala José Antonio Marina en su libro Generar Talento, “es la inteligencia actuando de manera adecuada, brillante, eficiente”. La Competencia para Martha Alles, son “las características de personalidad, devenidas en comportamientos, que generan un desempeño exitoso en un puesto de trabajo”.
Es la dialéctica del conocimiento que se modifica, que se altera en competencias. Como nos dijo una vez el padre de la revolución rusa, Lenin “La teoría sin la práctica es estéril. La práctica sin la teoría es ciega”. O, la emoción sin la razón es ciega, pero la razón sin la emoción es paralítica. El Talento, merced a las competencias es imbricar el conocer, el sentir en un corpus que sintetice la capacidad de dirigir la acción. Las competencias, nos esbozan el camino: de saber, en movimiento, para construir un conocimiento que se recrea y vive y cobra sentido en acción y para la acción. Vale decir, una inteligencia articulada, orquestada, para viabilizarse en un contexto determinado. ¡Solo así se valida y muta!
La competencia, definida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “es la capacidad efectiva para llevar a cabo de manera exitosa una actividad laboral plenamente identificada”. La competencia no es una probabilidad de acierto frente a algo, sino una demostración real, verídica y verificable. La competencia es como una especie de “repertorio de comportamientos, conductas, capaces de integrar, movilizar y transferir conocimientos, habilidades, juicios y actividades que agregan valor para una organización y valor social para las personas”. Produce un efecto multiplicador tanto en la competitividad desde la esfera de lo macro, como en la dimensión de lo micro en el aspecto de la empleabilidad.
La Competitividad “es el grado en que una organización en condiciones justa y libre del mercado puede producir bienes y servicios que son aceptados en los mercados internacionales” según Idalberto Chiavenato. Ella infiere la capacidad de agregar valor a lo que hacemos y esto solo es posible con más información, más conocimiento, en una constante dinamización que produzca la necesaria creatividad e innovación. En el libro La Guerra por el Talento, Ed Michaels nos dice que el talento “es la suma de las habilidades de una persona: sus dotes innatas, sus destrezas, conocimientos, experiencia, inteligencia, juicio, actitud, carácter e iniciativa”. De una manera más singular: el Talento son las personas dotadas de competencia, que, en su proceso evolutivo expande sus capacidades de aprender, aprendiendo y desarrollándose.
El Talento implica la capacidad de actuación, la capacidad de reflexionar en función de un contexto, de una circunstancia y poder operar con éxito, vía resultados. Conlleva, en sí mismo, flexibilidad, imaginación y realidad; operativizada, instrumentalizada para el logro de un objetivo. Estamos viviendo en el mundo de la Economía del Conocimiento, que es como decir la economía de la creatividad y de la innovación. Para ello, se amerita de competencias, de talentos, porque el juego dinámico de la obligación es la COMPETITIVIDAD y sin las dos primeras, no podemos triunfar. La competitividad se deriva en las competencias y los talentos, empero, las trasciende, puesto que la competitividad vista desde un país, es el conjunto de instituciones políticas y factores que determinan la productividad de una nación.
Se puede tener una sociedad con personas con competencias, gente con talento; sin embargo, ese país no ser competitivo porque factores como el Capital Institucional, la Efectividad Gubernamental, conspiran de manera gravitante con la necesaria simbiosis que hay que generar como un puente firme con esa triada: Competencias – Talento – Competitividad.
Es como un país que tenga una loable y significativa EDUCACION. La educación es un eje transversal que todo lo que toca lo hace de manera positiva. Pero una sociedad al mismo tiempo sin libertad, no cristaliza un desarrollo económico y humano sostenible. Porque las conductas agrupadas en competencias y que emergen como consecuencia del Talento requieren de un orden institucionalizado colectivo, donde lo individual encuentre eco en lo común, en lo social y éste a su vez, se permee en el ala individual, sin alas rotas, en el que el vuelo solo encuentra límite en el espacio del bien común.
Ya lo decía Martín Heidegger “enseñar es mucho más que transmitir conceptos, es dejar aprender “. La mera instrucción de conocimiento no produce inexorablemente competencias, nuevos comportamientos, nuevos aprendizajes para hacer actuando. De ahí que las universidades deben de cambiar el paradigma de instrucción, de transmisión de conocimiento por el paradigma de FORMACION, del desarrollo del talento humano, merced a las competencias. Porque las competencias son el punto nodal del Talento Humano.
Tenemos que hacer una gran REVOLUCION en la construcción del desarrollo de competencias, que es por decirlo así, cambios permanentes de comportamientos, que implica un knowledge en velocidad sincronizada: Profesores-estudiantes; Empleado y organización. La base del éxito, apunta Joseph E Stiglitz, en su libro La creación de una sociedad del aprendizaje, es “cambiar las formas de pensar”. ¡El cambio debe verse como algo, tanto posible como deseable, y debe comprenderse que debajo del cambio se encuentra el aprendizaje”!
http://acento.com.do/2016/opinion/8396651-competencias-desarrollo-del-talento-humano-competitividad/
candido

Cándido Mercedes

Deshojando paradigmas

Sociologo. Experto en Gerencia. Especialidad en Gestion del Talento Humano; Desarrollo Organizacional y Gerencia Social y Sociologia Organizacional. Consultor e Instructor Organizacional. Catedratico Universitario. Director Maestrias de Administracion y de Recursos Humanos, de La UCE.

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