EL NUEVO DIARIO, NACIONES UNIDAS.-
La ONU cerró hoy una cumbre de tres días en la que se fijó la hoja de ruta que marcará la agenda del desarrollo en los próximos quince años, con los bríos renovados para dar el asalto final contra la extrema pobreza.
Unos 150 jefes de Estado y de Gobierno desfilaron por la tribuna de la Asamblea General de la ONU, en una cita histórica por el alto nivel de las personalidades, el número de participantes y la importancia de la agenda que se acomete a partir de ahora.
"El desarrollo funciona", afirmó el presidente del país anfitrión, Barack Obama, que se sumó a los trabajos de la conferencia este domingo y quien, al igual que el resto de los líderes, aceptó el programa adoptado por la ONU.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible, 17 en total, fueron adoptados en la primera sesión y reemplazan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la agenda que estuvo en vigor desde el 2000 y que vence este año.
Este programa nuevo, según Obama, busca "romper el ciclo de la pobreza" con un compromiso y acción colectiva, y el mandatario convocó a la comunidad internacional a "dejar a un lado el escepticismo" para adoptar la nueva agenda.
Las nuevas metas de desarrollo, cuyo objetivo último es la erradicación de la pobreza extrema, "son alcanzables si trabajamos juntos", instó Obama y pidió que se dejen atrás en esta tarea las "viejas divisiones" entre naciones ricas y en vías de desarrollo.
Uno a uno, los líderes participantes se comprometieron a cumplir con esta agenda, no sin algunas críticas por algunas carencias que se hicieron notar, no tanto hacia la agenda que impulsará la ONU como hacia el modelo económico en el que se aplica.
Por ejemplo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo hoy que "sólo una transformación rotunda de los sistemas económicos, sólo un cambio absoluto y total de los sistemas impuestos por el pensamiento único neoliberal" le dará viabilidad a la nueva agenda.
"La mejor estrategia de reducción de la pobreza es la reducción de las distancias sociales y económicas, territoriales, ambientales y culturales", sostuvo, por su parte, el gobernante de Ecuador, Rafael Correa.
La ONU sirvió como foro para la defensa de propuestas más audaces, como la que defendió el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, que dijo que si el mundo gastara menos en armas habría más desarrollo.
"Apostar por el desarme es apostar por la paz", afirmó.
Y echó en cara a los países con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU (EE.UU., Rusia, China, Reino Unido y Francia) que "se encuentren entre los primeros seis lugares de gasto militar" y sean "los mayores productores y exportadores de armas".
"El desarrollo sostenible no puede ser posible sin la paz, ni la paz puede existir sin el desarrollo sostenible", agregó el presidente de Costa Rica, un país que abolió su ejército en 1948.
La cumbre contó con numerosos foros paralelos que se desarrollaron en distintas salas del edificio de Naciones Unidas, para impulsar políticas vinculadas con la agenda del desarrollo como la igualdad de género o la protección del medio ambiente.
Este tema recibió impulso teniendo en cuenta que en París habrá una cumbre en diciembre en la que se fijarán nuevos objetivos para luchar contra el cambio climático y hoy mismo Brasil ya adelantó algunos de sus compromisos.
Ante la Asamblea General, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, señaló que su país se comprometerá a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 37 % para 2025 respecto de los niveles de 2005.
Y en cuanto a la igualdad de género, cerca de 80 líderes que participaron en una reunión que se clausuró hoy en la ONU se comprometieron a eliminar cualquier discriminación contra la mujer antes de 2030.
"Como jefes de Estado y de Gobierno tienen el poder y la responsabilidad de asegurar que la igualdad de género es y sigue siendo una prioridad nacional", afirmó en esa reunión el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. EFE
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