La hora de los cambios
Por ANULFO MATEO PÉREZ
Vivimos importantes momentos de cambios, algunos para mal y otros para bien de la humanidad; esa fuerza que mueve todo es la dialéctica, que la describe Federico Engels como la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento.
Nada permanece inmóvil, por lo que no debemos temer a los cambios; no importa que éstos sean rápidos o lentos; el temor debe ser a mantenernos inmóviles, porque o nos renovamos o perecemos en la soledad.
Los cambios han motorizado el diálogo y nuevas relaciones EE.UU-Cuba, para el asombro de muchos que no interpretaron bien la compleja situación internacional, como el ostensible debilitamiento del mundo unipolar.
Es aleccionador lo que ocurre en Colombia, porque las fuerzas antagónicas de las Farc-EP y el gobierno de derecha de ese país, han terminado en la mesa del diálogo, después de 50 años de intensa lucha armada.
Esa experiencia vivió la guerrilla salvadoreña del FMLN con el gobierno; la acumulación de fuerzas de la insurgencia le permitió por otra vía llegar al poder y cambiar el rumbo del Pulgarcito de América.
Todos sabemos qué ha sucedido en la República Dominicana; qué ha impedido los cambios; el abismo creado entre las izquierdas y el distanciamiento de los sectores progresistas de ésta, predominando las derechas.
Cuando se coordinaron sus fuerzas, como en el histórico Abril de 1965, avanzaron política y socialmente; creció su influencia; agitó y movilizó a la sociedad hacia nuevos escalones de lucha y de metas.
Lo imperioso, vital, es mantener el enfoque de miras; la dirección de la marcha de las fuerzas motrices de los cambios estructurales; la estrategia, que no debe ser desdeñada por las acciones a que conduce la táctica.
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