I have a dream: Dominicana 2018
Titulamos esta colaboración inspirado en el discurso de Martin Luther King (MLK) durante la trascendental marcha pro-derechos civiles escenificada en Washington, agosto/1963. A pesar de dificultades en su lucha contra la segregación racial, MLK persistía soñar con una nación que “se pondrá de pie…”, fraternalmente, sustentada en la “reputación” y no en el color de piel. Un sueño realizado progresivamente, a juzgar por mayores posicionamientos de la raza segregada.
Aquel discurso reafirmó importancia y viabilidad de sueños ilusiones, utopías y propósitos inspiradores de acciones conducentes a resultados relacionados al mejoramiento de la condición humana. Sueños, ilusiones, utopías y propósitos, que se acentúan en circunstancias especiales como al advenir un nuevo año.
Nos vino a la memoria tras un sueño real en que contrastaba progresos pregonados por sociopopulistas vs. ejecutorias y realizaciones de políticos prudentes y moderadas.
En la duermevela sobre el aquí y ahora dominicanos, soñamos con autoridades abandonando actitudes, conductas y procederes, irrespetuosas del rol que están llamadas a desempeñar: Dejando de pregonar lo que están obligados a hacer, de emprender operativos a los que hay que acudir tras sus propias negligencias institucionales, de firmar convenios de colaboración para cumplir responsabilidades previamente consignadas en leyes; renunciando al autoelogio o al elogio mutuo, a actuar para exhibir mediáticamente lo que están obligados cumplir.
Que entiendan que sus obligaciones no se limitan a elaborar planes estratégicos, celebrar talleres y seminarios, cambiar logos, anunciar medidas futuras en lugar de realizaciones. Que no se vanaglorien de resultados mayores a pasados, presentando como récord el normal crecimiento vegetativo de variables.
Soñando más profundamente arribé a un buen gobierno. Sensible a penurias ciudadanas, que sirva al ciudadano en lugar de sacar provecho de ellos Que gaste menos y mejor. Que cuide nuestro patrimonio y seguridad.
Pero también con una oposición centrada en cuestiones fundamentales. Una buena oposición para forzar buen gobierno (Manuel Azaña). Que abandone rencillas internas consumidoras de energías “matando mosquitos cuando se está cazando leones” (Balaguer). No distraída y entretenida monotemáticamente en temas que decidarán otras instancias (ley de partidos). Centrada en “poner de pié” la nación como soñó MLK.
Soñé con mi partido, PRSC, estructurando un discurso opositor basándose en su doctrina socialcristiana y en ejecutorias reformistas centradas en disciplina fiscal, endeudamiento comedido, incentivos para incrementar producción y generar empleos, programas sociales no discriminados con tarjetas, orden territorial, preservación ambiental, identidad nacional, etc.
Y que ese discurso, debidamente socializado con la ciudadanía, sirva para emplazar al gobierno, sistemáticamente, a rectificar políticas y procederes.
Sobre todo para evitar la detonación de crisis cuando nuestros financiadores y/o acreedores nos formulen exigencias que no podamos o debamos cumplir.
Aquel discurso reafirmó importancia y viabilidad de sueños ilusiones, utopías y propósitos inspiradores de acciones conducentes a resultados relacionados al mejoramiento de la condición humana. Sueños, ilusiones, utopías y propósitos, que se acentúan en circunstancias especiales como al advenir un nuevo año.
Nos vino a la memoria tras un sueño real en que contrastaba progresos pregonados por sociopopulistas vs. ejecutorias y realizaciones de políticos prudentes y moderadas.
En la duermevela sobre el aquí y ahora dominicanos, soñamos con autoridades abandonando actitudes, conductas y procederes, irrespetuosas del rol que están llamadas a desempeñar: Dejando de pregonar lo que están obligados a hacer, de emprender operativos a los que hay que acudir tras sus propias negligencias institucionales, de firmar convenios de colaboración para cumplir responsabilidades previamente consignadas en leyes; renunciando al autoelogio o al elogio mutuo, a actuar para exhibir mediáticamente lo que están obligados cumplir.
Que entiendan que sus obligaciones no se limitan a elaborar planes estratégicos, celebrar talleres y seminarios, cambiar logos, anunciar medidas futuras en lugar de realizaciones. Que no se vanaglorien de resultados mayores a pasados, presentando como récord el normal crecimiento vegetativo de variables.
Soñando más profundamente arribé a un buen gobierno. Sensible a penurias ciudadanas, que sirva al ciudadano en lugar de sacar provecho de ellos Que gaste menos y mejor. Que cuide nuestro patrimonio y seguridad.
Pero también con una oposición centrada en cuestiones fundamentales. Una buena oposición para forzar buen gobierno (Manuel Azaña). Que abandone rencillas internas consumidoras de energías “matando mosquitos cuando se está cazando leones” (Balaguer). No distraída y entretenida monotemáticamente en temas que decidarán otras instancias (ley de partidos). Centrada en “poner de pié” la nación como soñó MLK.
Soñé con mi partido, PRSC, estructurando un discurso opositor basándose en su doctrina socialcristiana y en ejecutorias reformistas centradas en disciplina fiscal, endeudamiento comedido, incentivos para incrementar producción y generar empleos, programas sociales no discriminados con tarjetas, orden territorial, preservación ambiental, identidad nacional, etc.
Y que ese discurso, debidamente socializado con la ciudadanía, sirva para emplazar al gobierno, sistemáticamente, a rectificar políticas y procederes.
Sobre todo para evitar la detonación de crisis cuando nuestros financiadores y/o acreedores nos formulen exigencias que no podamos o debamos cumplir.
http://hoy.com.do/i-have-a-dream-dominicana-2018/
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