Trump y la política
Luego de un prolongado descanso de la ardua labor de investigación que conlleva –implícitamente para todo escritor- la redacción, volvemos a la carga, -paradójicamente- con un tema que se encuentra acaparando la atención mundial; -lo que califiqué en una entrega anterior, la cual hoy pudiera dedicar a mi distinguido hermano Ricardo Pérez Fernández- el Efecto Trump.
Como de seguro apreciarán por el título del artículo, vamos a referirnos a las medidas y eventos de mayor relevancia en los primeros 30 días de la presidencia del denominado “Negotiatior”.
No puedo iniciar este análisis sin asociar esa imperecedera frase de Sir Winston Churchill cuando afirmaba que: “Las actitudes son más importantes que las aptitudes.” De dicha reiteración se exuda que –ciertamente- la actitud y voluntad de una persona tiene mayor valor que sus habilidades. Los japoneses dirían que la disciplina –siempre- vence a la inteligencia. Algo así de victoria a través de la persistencia. Nada más cierto.
El Presidente Trump sin siquiera cumplir un mes en la Casa Blanca ya ha hecho quedar muy mal parada a toda una clase política, acostumbrada –por conveniencia- a refugiarse en la burocracia sistémica para justificar el grotesco incumplimiento de promesas de campaña.
Trump prometió impedir filtraciones de terroristas disfrazados de refugiados–tal como previó discípulo Mateo el Evangelista en sus escrituras sagradas {Mateo 7:15}, cuando advierte que los falsos profetas han de venir como lobos vestidos de ovejas- y, consecuente con su palabra, emitió decreto imponiendo veto migratorio a los países de medio oriente en conflicto.
Trump prometió “repeal and replace” derogar y reemplazar el ineficiente y costoso sistema de salud impulsado en la Administración del Presidente Obama, denominado Obamacare, y uno de sus primeros decretos fue autorizando a las agencias federales para actuar en contra de las directivas propuestas por la reforma sanitaria de Obama.
Trump prometió relanzar el sistema educativo público norteamericano para hacerlo eficiente y de calidad como el sistema de educación privada de dicho país que es de los mejores en el mundo. Para ello propuso como Secretaria de Educación a Betsy DeVos –mujer con cargo de ministro para los que le acusaban de misógino- una gran luchadora por los derechos de los niños a recibir educación de calidad y presidenta de American Federation for Children.
En pocas palabras, el Presidente Trump ha cumplido más promesas en 30 días que mayoría de políticos en todas sus vidas. Los está trumpeando!
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