sábado, 25 de febrero de 2017

Distintiva complementariedad - Yvelisse Prats Ramírez De Pérez

EN PLURAL

Distintiva complementariedad


Puntos de vista sábado, 25 de febrero de 2017
Yvelisse Prats Ramírez De Pérez
yvepra@hotmail.com
Los partidos políticos están llamados a articularse con la sociedad civil, sin enfrentamientos ni hegemonía “de tú a tú” por ambas partes. La sociedad civil abarca un universo variado de capas sociales diferentes.
Por tanto, sus intereses y necesidades son también diferentes entre sí, a veces contrapuestas. Esa sociedad plantea demandas, incluso propuestas de lo que considera que debe responder el Estado en sus políticas públicas.
Toca a los partidos, organizaciones que provienen de la sociedad civil, recoger, analizar y ponderar esas demandas, clasifi cándolas y priorizándolas las que sean sobre todo, las más urgentes e importantes, por un lado, y por otro, las compatibles con las ideologías que sustentan.
Esa labor de “criba” por así decirlo, es indispensable en un estado democrático en el que hay plena libertad en cuanto al derecho de la ciudadanía a organizarse en asociaciones, sindicatos y corporaciones empresariales, cuyas pretensiones pueden chocar entre sí, o si se suman, convertirse en lista interminable imposible de complacer.
La PRIORIZACIÓN se produce después de racionalizar el volumen y el alcance de las demandas sociales, permitirá que los partidos, cuando alcanzan el poder, puedan cumplir con los compromisos contraídos en los programas ofrecidos en la campaña. Así, nadie engaña, ni se engaña. Los votantes eligen informados de lo que ese partido hará si triunfa, y el partido no se compromete con utópicas medidas imposibles de aplicar.
La relación entre partido y sociedad civil es de complementariedad. Han quedado atrás, felizmente, las tesis extremistas que preconizaban a antagonismo de carácter frontal entre ambos. La sociedad civil tiene un rol defi nido y debe cumplirlo plenamente: demandar, proponer, yo agrego otro, relevante para presentarla a la ciudadanía en un estado democrático, la función de FISCALIZAR el cumplimiento de las políticas públicas con las que el partido se haya comprometido; ser más que un simple veedor, un protagonista, en tanto participa a través de Juntas de Vecinos, de Consejos Municipales, y de Asambleas Populares, de las acciones que vaya implementando el gobierno.
Un modelo de esa colaboración biunívoca entre sociedad civil y estado se encuentra en la tesis del Gobierno Compartido del Dr. José Francisco Peña Gómez, expuesta en el Programa de Gobierno que presentó como candidato a la presidencia de la República en 1994.
Mantener claramente defi nidas las misiones, visiones y funciones distintas y complementarias es requisito indispensable para que la integración produzca logros duraderos. Si un partido, al llegar al poder, relega o ignora, la “socia” con la que se comprometió en la campaña, su gobierno irá tomando perfi les dictatoriales.
Cuando la sociedad civil confunde su rol, y puja sobre todo, en algunas de sus capas sociales más altas por controlar las estrategias nacionales, usando el peso de la fuerza que le dan sus “poderes fácticos”, la democracia REAL también colapsan. Como diría don Juan, la clase dominante se transformará en clase gobernante, y las políticas públicas se convertirían en una lista de negocios por hacer que nada tendrá que ver con las necesidades de la otra cara de la sociedad civil, que en nuestro país está constituida por los explotados, por los excluidos, los chiriperos que no tendrán dolientes.
Estas refl exiones son oportunas en el momento actual por el que atraviesa el país. La ciudadanía ha despertado, se indigna ante la impunidad que blinda a la corrupción: se hace una marcha que sirve como despertador a algunos y de timbre de alarma a otros.
Los partidos políticos no pueden contemplar este momento social desde la platea. Son ellos, o algunos de ellos en particular que deber rendir cuentas. Los otros, los que no tienen cola que le pisen, pedirán cuentas.
Un partido político no puede ser ajeno al clamor legítimo de justicia que se va convirtiendo en un millon de fi rmas en los libros verdes. La responsabilidad de los partidos políticos como los movimientos sociales es ética, y de supervivencia. El neoliberalismo trata de que desaparezca la política, a los partidos políticos compete defender su papel, su importancia. Una alianza con la sociedad civil, que es de dónde venimos, y las que nos vota.
Que todos nuestros partidos se activen, para que no se diga “el que calla otorga”. Los de oposición, principalmente el PRM, que la encabeza, para demostrar que la política es necesaria, que hay políticos que sirven y no se sirven para dejar sentado defi nitivamente, su compromiso en cuanto a la defensa del patriotismo nacional, y el rescate de la ética pública. Ahora, desde la trinchera opositora más tarde, gobernando el Estado con la participación de una ciudadanía, activa y consciente.
http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2017/02/25/455507/distintiva-complementariedad

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