Por Eduardo Álvarez cenitcorp@gmail.com - 08 junio, 2016
La
división que echó a perder al PRM y al resto de la oposición se torna
ahora en una rara unidad, de manera inoportuna e inútil. Agencias de
prensa y destacados diarios de todo el mundo vaticinaron la reelección
del presidente Danilo Medina, atribuyendo este resultado a la división
de la oposición.
Citamos
entre estos medios, a El País y El Mundo, de España; El Excélsior, de
México; El Tiempo, de Colombia; la BBC, de Reino Unido, y The Economist,
de EEUU. Todos coincidieron y acertaron en ese punto. Abrumadores
augurios que se hicieron patentes, no sólo en la falta de entendimiento,
sino también en la repetición en errores tácticos que tumbaron
cualquier tipo de estrategia, si es que la hubo.
El
candidato Luis Abinader dedicó demasiado tiempo y esfuerzo en hacer
valer su “autoridad” repartiendo candidaturas y obviando acuerdos. Falló
al momento de disparar sus dardos a “opositores o adversarios”. Es
decir, se distrajo adentro mientras el presidente Danilo Medina
avanzaba.
Y
como si esto fuera poco, en el tramo final de la contienda, él, el PRM y
sus asesores se emplearon a fondo en ataques a la Junta Central
Electoral, en tanto el expreso Danilo seguía indetenible. Desperdiciado,
una vez más, el tiempo preparatorio en el que era necesario arreciar
ataques al real contendor, e igual, hacer acopio de la logística
requerida para el día D.
Divididos y desorganizados no se pueden esperar resultados diferentes a los obtenidos el 15 de mayo.
Eran
contados los perremeistas activos en la defensa de sus votos, y encima
de esto, resulta que no pocos espantaron la mula a la hora de contarlos.
Parece que nadie se encargó de recordarle al candidato presidencial del
PRM que la militancia de ese partido viene, en su totalidad del PRD, y
que esta fuerza había conservado una parte, como ocurrió en este
certamen.
Esta
vez la unidad de la oposición era una cuestión vital, imprescindible.
Si no se entendió cuando era necesario, ¿por qué buscarla ahora? Manuel
Jiménez no es hoy el alcalde electo de Santo Domingo Este debido a que
el PRM le negó el apoyo tras comprometerse con el propio Jiménez y el
Frente Amplio a llevarlo en su boleta.
Apenas una de las innumerables violaciones cometidas por el partido de Abinader.
Sumarse
a las manifestaciones de protestas de candidatos de SDE y un par de
comunidades del país no es más que otro eslabón de la cadena de errores y
desaciertos con los que el PRM hace su debut y Abinader se estrena como
“líder de la oposición”.
http://elnacional.com.do/tarde-llega-la-unidad/
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