Editorial
Las reflexiones del Conep
26/06/2015 12:00 AM -
Las posiciones asumidas por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), por ser el organismo cúpula del sector empresarial, suelen ser identificadas como la postura del sector privado. Y si las plantea en un escenario, en un foro tradicional de debates como es el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio, entonces la idea, queja o sugerencia tiene carácter sectorial.
Por eso, las expresiones del presidente del Conep, Rafael Blanco Canto, aunque un poco salidas del tradicional discurso de los empresarios, hay que tomarlas como una posición clasista. No sería exagerado aceptar o clasificar las expresiones formales de esa organización como “La voz del empresariado”.
Estas disquisiciones son a propósito de los juicios que emitió el dirigente de los empresarios el miércoles último, ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio. Allí el dirigente empresarial dijo que para que el próximo proceso electoral sea legítimo, justo y creíble, se necesita la aprobación de las leyes de Garantías Electorales, de Partidos Políticos y de Responsabilidad Fiscal.
De entrada parece una posición o condicionamiento muy radical, excesivo si se quiere. Pero el dirigente empresarial fue muy reiterativo en su visión de que es necesario alcanzar el fortalecimiento institucional como requisito esencial para lograr que República Dominicana sea un país avanzado, y sobre la importancia de establecer mecanismos fuertes que obliguen al cumplimiento colectivo de las leyes.
Su postura de que “es hora de dejar atrás el desorden y la anarquía propios del subdesarrollo”, bien puede interpretarse como un juicio de valor más propio de un político ultraconservador, que de un empresario moderno. Pero parece simplemente una expresión de alguien que profesa y anhela la disciplina como norma y conducta colectivas.
Blanco Canto no fue el único expositor ni tampoco el exclusivo demandante de aprobación de leyes. También el presidente de la organización anfitriona, Gustavo Tavares, expuso que es de suma importancia para mejorar el clima de inversión y para facilitar la continuidad de empresas que atraviesan problemas, que se apruebe la Ley de Quiebras, cuyo proyecto cursa en la Cámara de Diputados. Pero por la condición de presidente del Conep y de orador invitado, la posición planteada por Blanco Canto es la que marca la posición y es la que debe mover la acción de las instancias oficiales vinculadas. A caminar que el tiempo apremia.
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Por eso, las expresiones del presidente del Conep, Rafael Blanco Canto, aunque un poco salidas del tradicional discurso de los empresarios, hay que tomarlas como una posición clasista. No sería exagerado aceptar o clasificar las expresiones formales de esa organización como “La voz del empresariado”.
Estas disquisiciones son a propósito de los juicios que emitió el dirigente de los empresarios el miércoles último, ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio. Allí el dirigente empresarial dijo que para que el próximo proceso electoral sea legítimo, justo y creíble, se necesita la aprobación de las leyes de Garantías Electorales, de Partidos Políticos y de Responsabilidad Fiscal.
De entrada parece una posición o condicionamiento muy radical, excesivo si se quiere. Pero el dirigente empresarial fue muy reiterativo en su visión de que es necesario alcanzar el fortalecimiento institucional como requisito esencial para lograr que República Dominicana sea un país avanzado, y sobre la importancia de establecer mecanismos fuertes que obliguen al cumplimiento colectivo de las leyes.
Su postura de que “es hora de dejar atrás el desorden y la anarquía propios del subdesarrollo”, bien puede interpretarse como un juicio de valor más propio de un político ultraconservador, que de un empresario moderno. Pero parece simplemente una expresión de alguien que profesa y anhela la disciplina como norma y conducta colectivas.
Blanco Canto no fue el único expositor ni tampoco el exclusivo demandante de aprobación de leyes. También el presidente de la organización anfitriona, Gustavo Tavares, expuso que es de suma importancia para mejorar el clima de inversión y para facilitar la continuidad de empresas que atraviesan problemas, que se apruebe la Ley de Quiebras, cuyo proyecto cursa en la Cámara de Diputados. Pero por la condición de presidente del Conep y de orador invitado, la posición planteada por Blanco Canto es la que marca la posición y es la que debe mover la acción de las instancias oficiales vinculadas. A caminar que el tiempo apremia.
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