lunes, 29 de junio de 2015

Junot Díaz y la veda haitiana / Por MARGARITA CORDERO

Junot Díaz y la veda haitiana

Al Tribunal Constitucional, aunque nos pese, hay que reconocerle un acierto: haber puesto al desnudo, frente a nuestros hipócritas ojos, las muchas miserias colectivas que a duras penas logramos sofrenar. Desde hace casi dos años asistimos, gracias a ese aporte (impensado) de antropología cultural del TC, al estriptis de nuestros mitos, de nuestras creencias y, avasalladoramente, de nuestra supina ignorancia. Hemos hecho catarsis.
Buena parte de los medios de comunicación locales (y las redes sociales) han provisto el escenario sobre el cual  una legión destrippers ha ido dejando esparcidos sus íntimos resquemores, sus fobias, sus envidias, sus miedos, sus oportunismos,  su atavismo trujillista, su racismo, sus complejos, los queloides de sus frustraciones… Pero sobre todo ha dejado el calzoncillo, o el panty, que abunda, de una visión de la historia y el mundo que les permite pasar, sin dificultades significativas, de la razón a la sinrazón. Son verdaderos portentos del camaleonismo.
En la República Dominicana se ha impuesto por uso una ley social inatacable: “to’ e’ tó’ y na’ e’ ná’”. Esta ley implícita no es solo su karma –que la condena a vivir al ras del suelo— sino la dolorosa comprobación de un déficit ético colectivo que multiplica al infinito el fiscal provocado por Leonel Fernández… contra el que tantos protestamos.
El término del plazo del Plan de Regularización contribuyó con su estridencia a la orgía stripper. Dos hechos mediáticos ocurridos esta semana que casi concluye valen de ejemplo: la supuesta presencia del primer ministro haitiano Evans Paul en el puesto aduanero de Ouanaminthe para informar de la veda en represalia de productos dominicanos, y la manipulación de lo dicho en Miami por el escritor dominico-americano Junot Díaz en un panel compartido con la escritora haitiana  Edwige Danticat. El responsable de la burda manipulación de esto último es Daniel Rivero, cuya nacionalidad ni San Google puede proveer, y del que solo sabemos, gracias a su página web, que es  “productor / reportero de Fusión que se centra en temas de justicia y policía”, hace un montón de cosas relacionadas con el arte en su tiempo libre y gusta del café cubano.
En el caso de la noticia sobre la veda, difundida en importantes y no importantes medios de prensa, nadie se preocupó de verificar antes la veracidad. Hubiera sido fácil entrar a las cuentas en Twitter o Facebook de las autoridades e instituciones haitianas del sector vinculado con la supuesta veda para comprobar si esta era cierta. Contrario a eso,  la noticia fue desplegada como si se tratara del inicio de la Tercera Guerra Mundial. Peor aún: puestos frente al desmentido del propio Evans Paul, ninguno de los medios que se hicieron eco de la “noticia” reconoció su responsabilidad en la difusión del bulo, que es lo menos que podía esperar el lector provisto de neuronas. Sin el menor sonrojo, al día siguiente publicaron que lo de la veda, que ellos mismos dieron por cierta, había sido “un rumor”.
Con Junot Díaz ha ocurrido lo mismo y los medios –y las redes sociales— vuelven a jugar papel protagonista. Antes de comprobar la información – y ahora sobran posibilidades de hacerlo al instante— reproducen la mendaz “noticia” y la jauría de strippers se lanza a denostarlo, millones de faltas ortográficas elementales incluidas.Rivero rectifica, pero los strippers (Twitter mete miedo) no se dan por enterados (ni enteradas), y continúan todavía hoy con su diarrea de insultos. El problema no es lo supuestamente dicho por Junot. El problema es Junot. Otros dirían que el problema son sus éxitos, aunque alguien hizo una observación más inteligente en Facebook: “Critican a Junot, pero guardan silencio sobre lo que dijo (Juan Bautista) Vicini sobre las razones de la pobreza de los cañeros”.
¿Y saben qué? Hay montones de descrebrados que no se molestan en leer absolutamente nada (les daría un soponcio leer dos párrafos de cualquier cosa, imagínense un libro) pero retuitean informaciones a las que agregan comentarios apodícticos del tipo "Todo lo que dijo fue acabando con RD. Nos comparó con los nazis". ¿Leyó la información? No, pero habla en la omnímoda red.  Es rey del universo de la opinión pública,
No esperemos retractaciones, ni mucho menos pedido de disculpas.  En la República Dominicana se ha impuesto por uso una ley social inatacable: “to’ e’ tó’ y na’ e’ ná’”. Esta ley implícita no es solo su karma –que la condena a vivir al ras del suelo— sino la dolorosa comprobación de un déficit ético colectivo que multiplica al infinito el fiscal provocado por Leonel Fernández… contra el que tantos protestamos.
 http://www.7dias.com.do/editorial/2015/06/27/i191406_junot-diaz-veda-haitiana.html#.VZFBVBt_NHw

Junot Díaz desmiente falacias difundidas sobre declaraciones suyas en un panel

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