sábado, 4 de abril de 2015

El jaque mate a la justicia II | por Fausto Herrera Catalino



Segunda parte
El jaque mate a la justicia
por Fausto Herrera Catalino
El Papa Francisco dice que “la corrupción es sucia y la sociedad corrupta apesta”. Sin embargo, la corrupción le ganó la contienda al Partido de la Liberación Dominicana.
El liderazgo post Bosch anularon sus prédicas: “vergüenza contra dinero”, “un peledeista no hará nada sucio...” y “en mi gobierno no perecerá la libertad”. Eliminaron el boschismo como teoría y adoptaron el vinchismo como práctica y acción política. Es el meollo del desastre actual.
En cambio, los 12 años en el poder del presidente Leonel Fernández, la mitad de ellos siendo el presidente Danilo Medina el poderoso secretario de la presidencia. Y, además, negoció y recibió su apoyo para el actual mandato.
Estos períodos generaron una fábrica de peledeistas ricos sin precedentes. Algunos, con ínfulas presidenciales y vocación totalitaria. Todos los miembros del Comité Político con algunas raras excepciones se transformaron de pequeños burgueses a millonarios, hasta vendiendo libros, como justifica su fortuna uno de sus miembros fundadores que con orgullo reivindica sus ancestros trujillistas.
El profesor Bosch descubrió “una mina de oro” en quien suplantó su liderazgo –tres veces el más votado para diputado en las primarias internas del PLD- y éste en venganza, ahíto de ambición y ofuscado por la adulación; ha pretendido borrar todas las huellas del profesor para que, únicamente, su imperio prevalezca hasta el bicentenario.
¿Qué se juzga en el caso del secretario de organización, senador y tercer ejecutivo del Partido de la Liberación Dominicana?
Se cuestiona la complicidad de todo el PLD. Ningún miembro ha reaccionado ante tantas comprobadas fechorías. Me excuso, las excepciones condicionada del Procurador General de la República y la Fiscal del Distrito Nacional. ¿El presidente? Todos los demás están dominados por un miembro que por endoso simboliza la desintegración de toda la organización.
La culpa no es solo del “feliz” senador y del alcalde de San Francisco de Macoris por los “No Ha Lugar”, sino de todos aquellos que encubren y benefician con sus acciones detestables y repugnantes. Una “L” en gesto irónico a todos sus estafados. Esta grosera torpeza, delata, también, el temor al fantasma de la indignación desatada por su degradación ética.
Otros grandes imperios han colapsado por la corrupción. Por ejemplo, en la antigüedad el imperio Romano y más reciente el imperio Soviético.
En el caso que nos ocupa no hay vuelta atrás: “El PLD se muestra decidido a no combatir la corrupción; el Consorcio tiene demasiado poder político y económico. Se muestra, en todos los sentido, incapaz de contenerse”, explica AM. Diario libre, página 2, jueves 2 de abril de 2015.
Según Maquiavelo: “Quien permanece mucho tiempo en el poder, además, tiende a considerar su condición como un derecho adquirido y, en consecuencia, no se esfuerza como debería por demostrar que sabe servir al bien público, sino que –y lo que es aún más peligroso- casi siempre construye un poder de carácter personal, incompatible con el buen orden republicano, cuyo fundamento no es otro que la alternancia de diferentes hombres en el poder y la brevedad de sus mandatos”.
La situación que se describe de los avances de la corrupción en la República Dominicana, asumida con prepotencia por algunos; por otros, con justificaciones incomprendidas e inaceptadas por la gran mayoría de la sociedad.
Y, lo peor, con la división e indiferencia de la oposición y el control oficial, casi absoluto, de los medios de comunicación; está contribuyendo a crear, por el momento, situaciones de consecuencias imprevisibles. Es alentador el anuncio del Partido Revolucionario Moderno y la Convergencia por un mejor país, para enfrentar el perverso “No Ha Lugar”.
Se requiere pasar del discurso a la acción –Campaña Nacional e Internacional Contra la Impunidad y la Corrupción de la Justicia- con la misma intensidad de la lucha por el 4% para la educación y la  participación de todos los sectores preocupados por un mejor destino social y político de la República Dominicana. Preservar la esencia democrática y desarrollar la institucionalidad es la tarea opositora del momento.
A los jueces, les advertimos que Dios ama la justicia y, por tanto, es amigo de quienes obran con probidad en la Tierra. El peor castigo para los políticos corruptos es apartarlos del poder. En consecuencia y en última instancia, el pueblo tiene la potestad para aplicar la sanción correspondiente, porque: “Ningún hombre es superior a su pueblo”, Juan Bosch. 4 de abril de 2015.



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