domingo, 1 de noviembre de 2015

Diálogo, belleza y Coro Nacional apagado / Por Nolberto Luis Soto

Diálogo, belleza y Coro Nacional apagado

Por Nolberto Luis Soto. 1 de noviembre de 2015 - 12:07 am -  
Explora una zona obscura de donde surge extrañamente el sentimiento de lo bello, que reproduce toda obra artística al través de la mimesis que en principio fue una admiración por los hechos o eventos del entorno natural o social que abruma con su maravilla al ser humano. Kant lo sintetiza: bello es lo que a la vista agrada. El ser humano esta asociado indisolublemente al éxtasis.
Nolberto Luis Soto

Nolberto Luis Soto

Embajador acreditado en Panamá, 86-87. Embajador acreditado en Ecuador, 2000-2002. Diputado al Parlacen, Director Gral. Biblioteca Nacional. Rector Uteco (Universidad de Cotuí). Vicedecano Facultad de Humanidades,UASD, Prof. Meritísimo UASD. Lic. en Filosofía y Letras, Posgrado en Diplomacia y Relaciones Internacionales, Maestría en Epistemología y Metodología (UNAM), México. Estudios Doctorales en Intervención Social, Universidad Oviedo, España. Escritor.
La belleza se manifiesta por doquier, en la naturaleza, en la obra de arte, en el lenguaje escrito o hablado, en los movimientos y gestos de los seres, en su presencia armónica y de colores, en la imágenes virtuales y luminotécnicas incorporadas a la tecnología digital; también en los ritmos, danzas y melodías que provocan el alma humana. Es el hombre que aprecia y siente el despliegue de aquello que impacta con sensaciones extrañas y vibrantes las recónditas hondonadas de su espíritu. Baumgarten se preocupó por establecer la diferencia entre ciencia y arte, situando la ciencia como búsqueda de conocimientos, y al arte como Aestetic, de donde viene Estética.
Explora una zona obscura de donde surge extrañamente el sentimiento de lo bello, que reproduce toda obra artística al través de la mimesis que en principio fue una admiración por los hechos o eventos del entorno natural o social que abruma con su maravilla al ser humano. Kant lo sintetiza: bello es lo que a la vista agrada. El ser humano esta asociado indisolublemente al éxtasis.
Desde tiempos inmemoriales los pensadores han escudriñado el tema de la belleza; Platón, Aristóteles, Kant, Vico, Baumgarten y muchos estetas más. Aprecian que los artistas son una especie de musas que con sus creaciones artísticas pulen la belleza de lo que crean con tanto sentido de exaltación y sublimidad que sólo así los pueblos y sociedades pueden tolerar el duro trabajo de la vida y la empresa.
De manera que nos sobrecogen haciendo posible una existencia menos traumática y reduciendo el stress consustancial a las guerras, conflictos, las incomprensiones y el agotamiento de una faena cotidiana en ocasiones que no deja espacio para el ocio. Es ahí donde los artistas premian a los espectadores y escuchas con el don de su obra, que paraliza de emoción placentera a los diletantes con fervor inaudito. A veces el paroxismo sobrecoge la inclinación apasionada de estos espectadores con ganas de ” botar el golpe”, recobrando con placer y distensión el ritmo de la vida en un mundo contemporáneo repleto de violencia, crimen y drogas como jamás habíamos visto.
El arte con su melodía, con su ritmo, con sus colores, con su armonía, con su musicalidad, con su cadencia y su voz llena de encanto generando sonidos con afinamientos maravillosos, asume darle el sabor, el placer a la vida en su discurrir azaroso. Sólo el artista nos construye ese espacio de vital esparcimiento en toda la historia humana, a todas las clases sin distinción de territorio y cultura. Entran en esa virtud y estilo Beethoven, Chopin, Jackson, Houston, Rocío Jurado, Gaudí, Iván García, Juan Luis Guerra, Cándido Bido, Mozart, Anthony Santos, Guandulito, Joan M. Serrat, el Indio Araucano e innumerables creadores en el Globo. Imitan el sonido de la naturaleza y de los seres que pueblan los bosques, las aguas, los mares, el espacio, los valles y montañas del planeta arrancándoles la belleza incrustada en los recovecos de misterio que guardan en sus entrañas y costumbres.
Ya lo dijo la artista dominicana: ” quien no sabe de amor, no sabe nada”, y otro poeta canto: “en verdad os digo, hay un País colocado en el mismo trayecto del sol…”. El artista ama su canto, su trova, su instrumento al que le extrae sonidos melodiosos, su lienzo de sincronía, su danza, con ardor inexorable su canto brotado de su voz con amor indescriptible; no es su tiempo el de oficina ni burocracia, es su espacio el de la ” Poiesis”, la creatividad inconmensurable que no tiene medida en el tiempo mecánico, ni en la imposición brutal de los personajes autoritarios, que podrían dañar su meritorio pasado de cantores populares en un santiamén de soberbia. Elevar la autoestima de un artista es engrandecer el arte, por tanto reconozcamos sus honorarios en correspondencia con su status social y talentoso.
La voz del Coro Nacional, así como el arte de los diversos grupos del Ministerio de Cultura, señor Ministro, ha de resurgir con su talento potente en el escenario nacional lleno de tantas amarguras para ponerle fiestas y amor a la sociedad dominicana que sufre al ver apagada la tea hermosa de su canto y demás bellas artes, que valen más que los pocos emolumentos que solicitan encarecidamente y que también el propio Ministro entra en esa ” amalgama de colores artísticos”‘, por tanto no puede negarse a sí mismo. Ministro, para que la naturaleza vuelva a cantar de las manos y voces altas de la Patria, haga que la prudencia y la inteligencia negociadoras se aniden en su voluntad
de artista sin capricho, pero con profundo amor por su clase. Y acuérdese, que los que solemos ser funcionarios, nos acorralan un “coro” distinto de aduladores que nos alejan de la ruta correcta y del entendimiento a los grandes hombres. Cuando una crisis se aleja en el tiempo, sin solución, quien pierde moralmente es el que tiene la mayor cuota de responsabilidad.
Hagamos un solo Coro, una voz al unísono y retomemos el ritmo de la belleza del diálogo y la comprensión, en devoción del arte que no ha de morir nunca de inanición. El arte es la vida, es el éxtasis de los pueblos, el alimento más puro de reconfortamiento porque pasa el sujeto agraviado de tanto pesar, que olvida mientras se extasía frente a una fina y gustosa obra. http://acento.com.do/2015/opinion/8296329-dialogo-belleza-y-coro-nacional-apagado/

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