PLD: Un Partido sin vocación de
servicio al país
FAUSTO HERRERA CATALINO
”…pero no es posible
que hayamos cambiado tanto que no seamos más que nuestra propia negación” Daniel Beltre López, miembro comité central del PLD.
Esa aseveración retrata y confirma
a plenitud la metamorfosis del Partido que creó el profesor Juan Bosch a partir
de su ascenso al poder.
El citado dirigente explica ese
fenómeno en su Artículo “El PLD: de las
imprecaciones al desagravio” del modo siguiente: “De ser un partido de organismos hemos pasado a ser un partido de personas
en donde el individualismo ha superado el compromiso de servir al pueblo. Esa
descomposición ha hecho irrealizable en el PLD la explicación de la política a
partir de la doble cara del dios Jano; la lucha descarnada ha monopolizado todo
nuestro quehacer aniquilando cualquier escenario de integración. Es hora de
prescindir del marketing que impide se abra paso a la verdad debida.”
La oleada de escándalos protagonizadas
por sus miembros y asociados, en el país y en el extranjero, no admite lugar a ninguna dudas. La
continuidad de esa corporación en el mando del Estado es el mayor peligro que
acecha para destruir los debilitados cimientos de convivencia democrática.
Parece que el profesor José Joaquín Bido
Medina recordó que era el encargado de la ética pública a partir de la tragedia
que provocó la mafia extorsionadora con el asesinato del arquitecto David
Rodríguez García en la Oficina Supervisora de Obras del Estado. No será posible
desviar este caso con la presentación de otros escándalos. La sociedad
dominicana exige un total esclarecimiento y condenas a los culpables directos e
indirectos sin importar rangos ni jerarquía.
También, la asediada población por
quienes usurpan cargos públicos, reclama
el desmantelamiento de ese antro de corrupción enquistado con redes en varios ministerios
públicos que tienen mayor asignación presupuestaria.
Un humilde agente de la Policía Nacional
alzó su voz para denunciar que la mayoría de ellos devengan un sueldo “cebolla” que da ganas de
llorar; a razón de 16 pesos la hora de trabajo exponiendo su vida por 193 pesos
diarios.
Contrasta esa iniquidad con los lujosos
sueldos de funcionarios partidarios. Más de la mitad de los agentes policiales
prefieren servir de escolta a sus verdugos por la supervivencia propia y de su familia. Dicho Partido durante 15 años en el poder no
ha sido capaz de invertir esa gravosa injusticia social.
En cambio, Luis Abinader, La nueva esperanza de la oposición y la
Convergencia ya anunció 500 dólares como sueldo mínimo a militares y
policías a partir de su arribo al gobierno el 16 de agosto de 2016.
Su única competencia ha sido convertirse
en una oligarquía social, económica y política. A ese respecto, el referido
articulista precisa: “Esa pequeña burguesía, ávida de poder, glotona de
publicidad y canonjías, está llevando la moral colectiva a sus niveles más
miserables, la gente comienza a perder la confianza en las instituciones y la
fe en la viabilidad de una democracia que se le ofrece usurpado (…)”.
En conclusión, cambiar por la vía
electoral la calamidad enunciada es la alternativa más inmediata hacia un mejor
país. Todos a luchar por ese grandioso objetivo como se hizo en 1978.
11 de octubre de 2015
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