miércoles, 14 de octubre de 2015

El gran cortocircuito | Por BERNARDO VEGA

Por BERNARDO VEGA 
13 octubre, 2015 2:00 am
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Es indudable que por lo menos en el área económica el gobierno de Danilo Medina ha sido muy exitoso: ha logrado uno de los crecimientos más acelerados de América Latina y el Caribe y, además, con estabilidad de precios y también una mejoría sustancial en la educación y en la infraestructura física. Pero dentro de ese éxito ha sufrido un cortocircuito: el muy deficiente cobro de la luz y la falta de mejoría al respecto.
En su discurso de rendición de cuentas de febrero del 2013, a los seis meses de haber estado en el poder, el presidente anunció que las pérdidas en los cobros de electricidad que habían estado en un 36% de lo generado, terminarían en un 25% hacia finales del 2016. Su meta, fue pues, que de cada RD$100 que se distribuyeran de luz se llegarían a cobrar RD$75 pesos, en vez de los RD$64 del momento. Aun así era un objetivo bien modesto, ya que en países de tamaño y nivel de desarrollo como el nuestro y que han sufrido mucha inestabilidad política, como el caso de El Salvador, tan sólo se deja de cobrar un 9%.
Luego, en su discurso de rendición de cuentas de febrero del 2014, reiteró que las pérdidas bajarían a un 25% del 35.5% que su gobierno había heredado. Sin embargo, un año después, en su discurso de febrero de 2015, tuvo que admitir que esas pérdidas tan sólo habían bajado 3.1%, manteniéndose en un 31%. Según la última estadística disponible de la CDEEE, a julio del 2015, la parte no cobrada ha subido a un 33.8%, por lo que desde que asumió el gobierno la mejoría apenas ha sido 1.7% durante 30 meses. Es obvio, además, visto a posteriori, que al presidente lo pusieron a citar porcientos inexactos.
Consecuentemente, es prácticamente imposible que en los próximos meses los no cobros se reduzcan en el 8.2% que sería necesario para llegar al enunciado objetivo presidencial del 25%, cuando en 30 meses tan sólo ha bajado 1.7%. Tal vez se pensará que esos porcentajes no son importantes, pero resulta ser que cada punto porcentual de reducción en los no cobros significa cientos de millones de pesos en disminución del enorme subsidio que el presupuesto nacional ha estado otorgando al sector energético, lo que ha producido un muy importante desvío de recursos que podrían haberse dedicado a inversiones en sectores sociales e infraestructura. Un 10% de lo que pagamos en impuestos se va en subsidio al sector eléctrico. Si ya se hubiese logrado el objetivo del 25% y a los actuales bajos precios del petróleo, el gobierno ya no hubiese tenido que seguir subsidiando a las distribuidoras de energía.
¿Por qué no se ha logrado aumentar el cobro de la electricidad? Porque, a pesar de que en uno de sus discursos el presidente habló de pasar la administración (no la propiedad) de las distribuidoras al sector privado, éstas han quedado administradas por políticos peledeístas, quienes lo que han hecho es no sólo aumentar mucho las nóminas, sino también no se han ocupado de cobrar la luz y de luchar contra las mafias que auspician el reenganche ilegal. En Boca de Yuma, donde no hay turistas, sino gente pobre, casi todos pagan el servicio, porque precisamente la distribuidora es privada, no pública. Esto es ejemplo de lo que se lograría si el sector privado administrara la distribución. El presidente Medina ha prometido un pacto eléctrico, pero si en este no se enfrenta adecuadamente el no cobro de la luz, poco se lograría reduciendo los costos de generación y luce que por razones políticas no se quiere enfrentar lo primero. En toda empresa donde una tercera parte de las ventas no se cobra, el reducir costos de producción es importante, pero no elimina las pérdidas.
Otro fracaso económico ha sido el no cumplimiento del también anunciado objetivo del gobierno de finalizar el cuatrienio (2012-2016) del presidente Medina con un presupuesto equilibrado, pues el presentado para el 2016 es deficitario, resultando en el noveno año consecutivo con cifras presupuestales en rojo, a pesar de los bajos precios del petróleo, financiados todos con un endeudamiento, principalmente externo, que tarde o temprano devendrá insostenible.
Y, hablando de “rojo”, dedico este artículo a la memoria de “Colorao” Rainieri. http://hoy.com.do/el-gran-cortocircuito/

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