España, la Primera Transición y Podemos, claves de futuro
In Memoriam Javier Krahe, de la Mandrágora hasta el Elígeme.
que la mejor España te guie amigo original y brillante.
que la mejor España te guie amigo original y brillante.
Luego de casi 40 años de transición política española, aparecen la nuevas generaciones en política, egresadas de movimientos sociales tales como el 20 M, que tienen en España una leyenda social positiva y cívica contra todo pronóstico negativo.
Yo viví la transición política española y expreso sin ambigüedad alguna que ésta es una nota entre la nostalgia y la política, entre el recuerdo de bares y la calle Manuela Malasaña en el casco vetusto del viejo Madrid de mis amores, grandes discusiones hasta la madrugada.
Lo ejemplar de aquella transición, que hoy las nuevas generaciones de jóvenes políticos no entienden, fue la complicidad neutra por España, porque una transición política de ruptura era difícil hacer con un Ejército que aún entendía que el poder le pertenecía, demostrado con el intento de golpe de estado en febrero de 1981, yo vivía entonces en México.
Aquella opereta de Tejero Bigotes puso a prueba el valor y arrojo del afable general Gutiérrez Mellado, quien en la sala del Congreso no obedeció la orden de Tejero y se quedó de pie mientras las ráfagas fascistas, de nuevo, tumbaban el polvo de los techos del Congreso español, las cortes.
Aquella opereta de Tejero Bigotes puso a prueba el valor y arrojo del afable general Gutiérrez Mellado, quien en la sala del Congreso no obedeció la orden de Tejero y se quedó de pie mientras las ráfagas fascistas, de nuevo, tumbaban el polvo de los techos del Congreso español, las cortes.
Harán 37 años de la nueva constitución española. Los resultados de las elecciones del pasado 24 de mayo anuncian una nueva transición, la que está dispuesta -según el voto ciudadano- a romper la vieja hegemonía PSOE / PP, un bipartidismo que frente a la pérdida de color de acción social del PSOE, quien en su momento gobernó y legisló no para quienes lo habían votado en último mandato de JL Zapatero, sino para mantener un status que más bien correspondía al PP mantenerlo.
Desde la noche electoral del 24 de mayo, España ha querido cambios y cambios han habido: Podemos, Ciudadanos, formaciones regionales de Cataluña con coaliciones que vienen de las luchas sociales recientes. El descalabro del PP ha sido evidente, culpa de una corrupción chula y nada barata; pero ello no quita que siga siendo un partido de derechas con un voto duro, tan duro, que ni el Caso Bárcenas le ha mellado del todo, lo cual es mucho que decir.
Pero ese mismo voto duro, al que le esperan decisiones firmes en las próximas elecciones de noviembre , se abstuvo bastante en las pasadas elecciones y brotó una mayoría disidente y de izquierda por toda España.
Pero ese mismo voto duro, al que le esperan decisiones firmes en las próximas elecciones de noviembre , se abstuvo bastante en las pasadas elecciones y brotó una mayoría disidente y de izquierda por toda España.
La formación mejor situada es Podemos, cuya verborrea simpaticona viene de los santuarios de la vieja izquierda latinoamericana. El mismo discurso, pero ajustado a necesidades sociales de la España que Mariano Rajoy ha construido con imágenes patéticas de gente en la calle, luchando por su hogar simple, cotidiano. En el interin, los grandes ladrones de bancos habían encontrado refugio en sus inmensas pensiones y sus lujos de molicie, mientras el pueblo llano sufría los embates de la policía de turno.
Todo ello repetido en los telediarios españoles, le costaron las pasadas elecciones a Mariano Rajoy, quien aún no se entera que los paliativos no resuelven crisis profundas ni los cambios cosméticos de siglas de partido. La gente castigó con su voto.
La política del PP es meter miedo ahora con Podemos, entre Grecia y Venezuela. ¿Por qué ?..
Porque Podemos a veces suelta en frases su indoctrinamiento Madurista.
El primer error de Podemos, y yo diría que gran confusión, es pretender negar la Transición Política española primera, porque la segunda transición comenzó el pasado 24 de mayo en los municipios, con ausencia del PP.
Los regímenes de fuerza, todos , tienen una clara tendencia a negar el pasado como parte de la historia.
En Cuba por ejemplo, nada sucedió hasta enero de 1959.
En Venezuela, todo comenzó en 1999; la historia del pasado se sataniza, en este caso con el agravante de que las viejas acusaciones hacia los despilfarros de PDVSA hoy
han sido superados con creces y la corrupción del régimen actual, supera por 10 la corrupción pasada; obviamente ninguna tiene justificación.
En Venezuela, todo comenzó en 1999; la historia del pasado se sataniza, en este caso con el agravante de que las viejas acusaciones hacia los despilfarros de PDVSA hoy
han sido superados con creces y la corrupción del régimen actual, supera por 10 la corrupción pasada; obviamente ninguna tiene justificación.
Basado en ese modelo, Podemos ataca la vieja transición política española, la posible según circunstancias pragmáticas. Esa negación es absurda y nada tiene que ver ni con las negaciones de Cuba y Venezuela al pasado histórico antes del advenimiento de sus gobiernos eternos.
Cuando Podemos niega el valor de transfomación histórica de España según la primera transición, se niegan elllos mismos como generación, de entrada.
La Transición política española fue una concertación tripartita evidente: fuerzas de derecha pura y dura, Izquierda, centro Izquierda y la Corona española ejercida por un Juan Carlos I, de mejor vigor y lucidez sobre quien en vida recae aún una sombra a propósito del intento de golpe de estado del 21 de febrero del 1981.
A España regresaron contingentes de exiliados y el 15 de junio del 1977 la gente votaba por primera vez. Todo aquello era historia, una historia que la ignorancia sectaria de Podemos hoy nunca podría negar, porque se niega a sí mismo como generación y porque niega el largo historial de lucha y sacrificio de mucha gente que luchó de modo público y clandestino contra la Dictadura de Franco. Hubo gente que salió e la cárcel, presos políticos, a votar.
En aquella transición hay momentum de momentum, que Podemos en su sectarismo infundado, jamás, pero jamás, podrá borrar.
En aquella transición hay momentum de momentum, que Podemos en su sectarismo infundado, jamás, pero jamás, podrá borrar.
*EL AUTOR es escritor, analista político, crítico de arte y documentalista.Reside en Santo Domingo.
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