lunes, 22 de junio de 2015

Clivajes: Competencia política y reelección

Por Cándido Mercedes. 22 de junio de 2015 -
Los tres tipos de Clivajes: Denominación religiosa; de origen y de clase social, se yuxtaponían y jerarquizaban en diferentes coyunturas a lo largo de 40 años.
candido

Cándido Mercedes

Sociologo. Experto en Gerencia. Especialidad en Gestion del Talento Humano; Desarrollo Organizacional y Gerencia Social y Sociologia Organizacional. Consultor e Instructor Organizacional. Catedratico Universitario. Director Maestrias de Administracion y de Recursos Humanos, de La UCE.
El clima social en nuestra sociedad, lejos de mejorar se encuentra en un deslizamiento, en una pendiente que no conduce a la creación de más y mejor cohesión social. Vale decir, el grado de integración y unión entre los actores de nuestro cuerpo social a través de la confianza, se dificulta y cada vez es más disfuncional.
Esto se produce como consecuencia que desde los poderes públicos no se cumplen los  acuerdos ni los convenios; haciendo el drama social más lacerado. Solo tenemos que ver con los Objetivos del Milenio y los 8 propósitos que suscribieron los 189 países de la ONU en ese momento (2000-2015):
  1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
  2. Lograr la enseñanza primaria universal;
  3. Promover la igualdad  entre los Géneros y la autonomía de la mujer.
  4. Reducir la mortalidad infantil.
  5. Mejorar la salud materna.
  6. Combatir el VIH/Sida.
  7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
  8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Al mismo tiempo, nos encontramos con el Índice del Imperio de la Ley 2015, donde República Dominicana obtuvo una puntuación de 0.48 y el promedio de América Latina fue de 0.51 y los países del G-7 llegaron a 0.75. Mientras más cerca de cero, peor es la valoración y más cercano de 1, mejor es la valoración en el Imperio de la Ley.
Nueve son los indicadores a tomar en cuenta:
  1. Limitación de los Poderes Gubernamentales.;
  2. Ausencia de corrupción;
  3. Transparencia del Gobierno;
  4. Los derechos fundamentales.
  5. El orden;
  6. El cumplimiento de las regulaciones;
  7. La Justicia Civil;
  8. La Justicia Penal; y,
  9. La Justicia Informal.
Si glosamos lo que acaba de decir el Departamento de Estado de los Estados Unidos acerca de la Transparencia Presupuestal: República Dominicana conjuntamente con Haití y Honduras, de 140 países estamos entre los peores valorados. Agregan que desde la Presidencia de la República se concentra un 9% del Presupuesto; más alto que todos los ministerios, exceptuando solo Educación y Salud.
El panorama del clima social se erosiona cuando vemos el último Informe  del FMI sobre la desigualdad, que señala que en República Dominicana la 1/5 parte más pobre, apenas  recibe ingresos de un 4%; mientras que la 1/5 parte más rica recibe el 50.8% de los ingresos.
Es en  ese contexto que el señor Danilo Medina, candidato a la reelección, emite su mensaje para decirnos que la reelección fortalece la democracia y la institucionalidad. Nada más lejos de la verdad. ¡Cuanta ofensa a la inteligencia del dominicano! No. La reelección destruye una verdadera competencia electoral y política. La reelección  degrada las instituciones en Dominicana. Acusa el desarrollo del personalismo, del mesianismo y desarticula las reglas del juego. El costo económico, social, institucional y el componente del ejercicio ético, lo relieva.
Solo hay que ver como se logró la Reforma Constitucional: a) Acuerdo en su Partido que viola los Estatutos; que viola la democracia interna; que congela la circulación de las elites y que impide la libre participación. Ese mismo pacto de las muertes, vulnera la propia Constitución en sus  artículos 22 y 216. Si éste pacto interno fue grotesco desde la perspectiva de los valores de la democracia; los acuerdos con los demás partidos (PRD – PRSC), son de tal magnitud de desvergüenza, de desfachatez, que sus actores protagónicos no logran exponer públicamente a la sociedad su contenido. ¡Una  verdadera iniquidad!
La reelección, es simplemente monstruosa, demoníaca para una sociedad donde el Presidente acusa ausencia de verdades en su discurso frente a la sociedad; trata de manipular y desinformar a los ciudadanos y aplica el híper presidencialismo en sus mecanismos más mordaces y corrompidos. La reelección es abismo, es asimetría en los actores que concurren en la competencia electoral. Niega, la esencia de los valores de la democracia. La reelección propicia más la cleptocracia porque cada día más, la política  es más negocio. La política ha quedado subordinada a los negocios. El negocio que más  reditúa rentabilidades y no hay riesgos ni consecuencias negativas.
La falta del desarrollo institucional, de la enorme arritmia, es lo que impide, al mismo tiempo que podamos estudiar las competencias políticas a la luz del Clivaje. Un Clivaje,  es como una especie de “división de la sociedad en dos bandos opuestos que está  determinado por la posición de los individuos en la Estructura Social”. El Clivaje alinea  a los ciudadanos en los bandos de la sociedad y los partidos políticos.
Hasta las elecciones del 2000, en Dominicana y las características hasta entonces del Sistema de Partidos se daba el Clivaje en el campo Ideológico, Social; un tanto económico y ostensible religión en la cúspide eclesiásticas. Es decir, había un campo de división, de decantación. La división de la estructura social delimitaba por el fuerte componente ideológico, el desarrollo de valores políticos y con ello, la creación de partidos políticos. La crisis de partidos, moverá más el factor ideológico y la emergencia  de la sociedad civil, reinvidicando la decencia en toda su dimensión.
Los tres tipos de Clivajes: Denominación religiosa; de origen y de clase social, se yuxtaponían y jerarquizaban en diferentes coyunturas a lo largo de 40 años. Sin embargo, la crisis del Sistema de Partidos ha entrampado y entaponado el clivaje, sino que lo ha ido  desdibujando, lo cual hace más “iguales” a la mayoría  de los 26 partidos reconocidos. Si a ello adicionamos la hegemonía del Partido en el poder, que lucha por constituirse en un partido único, a  través del patrimonialismo, el rentismo y el clientelismo más conspicuo y visceral.
Ante la ausencia de un clivaje por su origen (ideológico) y  de clase social y religioso, la cuestión hoy, es diferenciarse por la vocación de servir y por la decencia; ante una sociedad enferma; la virtud, la honestidad y la verdad, deberán solidificarse como el paradigma que destruya la mentira como Poder.
http://acento.com.do/2015/opinion/8259805-clivajes-competencia-politica-y-reeleccion/

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