domingo, 15 de marzo de 2015

Piketty: educación, tecnología y desigualdades sociales

Edmundo Vera Manzo

Edmundo Vera Manzo

En la monumental obra El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty, se encuentran dos importantes reflexiones para comprender las interrelaciones entre las calificaciones profesionales, la tecnología, la formación educativa y las desigualdades de los diferentes grupos sociales. Sostiene que: “En la práctica, la oferta de calificaciones depende en particular del estado del sistema educativo: cuántas personas pudieron tener acceso a tal o cual carrera, qué calidad tiene esa formación educativa, en qué medida esta fue completada con experiencias profesionales adecuadas, etc. En cuanto a la demanda de calificaciones, depende -sobre todo- del estado de las tecnologías disponibles para producir los bienes y servicios consumidos en la sociedad considerada. Cualesquiera que sean las demás fuerzas que operan, parece evidente que estos dos elementos -el estado del sistema de formación educativa, por un lado, y el de la tecnología, por el otro- desempeñan un papel esencial  e influyen, al menos mínimamente, en las relaciones de fuerza entre los diferentes grupos participantes.
A su vez, estos dos elementos dependen de múltiples fuerzas: el sistema educativo obedece especialmente a las políticas públicas seguidas en ese ámbito, a los criterios de selección en las diferentes carreras, al modo de financiamiento del sistema, al costo de los estudios para los alumnos y sus familias, y también a las posibilidades de formación posterior con vistas a una vida profesional. El progreso tecnológico depende del ritmo de los inventos y de su puesta en práctica, lo que conduce a una demanda de calificaciones cada vez más fuerte y a una constante renovación de su contenido y de los oficios correspondientes. De ahí la idea de una carrera o persecución entre educación y tecnología (y entre grupos sociales): si la oferta de calificaciones no crece al mismo ritmo que las necesidades de la tecnología, los grupos cuya formación educativa no creció lo suficiente reciben bajos salarios y obtienen empleos desvalorizados, y la desigualdad respecto al trabajo crece aún más. Para evitar que aumente la desigualdad, el sistema educativo debe proporcionar formaciones y calificaciones  a una tasa suficientemente rápida. Y para que la desigualdad disminuya, la oferta de calificaciones ha de avanzar aún más rápido, en particular para los grupos con menor formación educativa. (...) El incremento de la desigualdad salarial se explica por el hecho de que Estados Unidos no invirtió lo suficiente en la enseñanza superior o, más precisamente, porque dejaron a una gran parte de la población fuera del esfuerzo de formación educativa, debido en particular a los excesivos costos de inscripción para las familias.  Solo invirtiendo mucho en la formación educativa y garantizando el acceso de un mayor número de personas a la universidad se podrá revertir la tendencia”.
La obra de la Revolución Ciudadana en la educación superior en Ecuador es extraordinaria y sus efectos positivos son inmediatos. Es urgente eliminar el analfabetismo, elevar la educación y capacitación de varios millones de ciudadanos que tienen una escolaridad incompleta de menos de siete años, que por sus escasos conocimientos y baja tecnología reciben pobres ingresos, padecen de marginalidad social y se convierten en el medio propicio para la delincuencia y las drogas. Solución profunda y de efectos mediatos: que el 98% de la población tenga una escolaridad y capacitación tecnológica mínima equivalente al bachillerato.
http://telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/piketty-educacion-tecnologia-y-desigualdades-sociales.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario