f.bogaert[@]hoy.com.co
07 enero, 2015 2:00 am
-Parte I-
El carácter es la expresión que, idiomáticamente, alude a lo que nos individualiza. De modo que puede clasificarse como aquellos componentes que expresan, de una manera más personal y distintiva, modo de ser y comportarse de una persona en particular.
Es, fuertemente, influido por el ambiente, la cultura, la educación, el entorno social y familiar, el núcleo de amistades o de trabajo. Uno de los factores esenciales del carácter es la voluntad unida al temple, como la expresión del autodominio sobre los propios comportamientos, especialmente en las decisiones que importan ejercer libertad, pero, a la vez, se condicionan por el deber, la responsabilidad y el respeto a limites sociales o morales.
En la historia de una vida no han sido una ni dos veces los momentos en que se ha aludido a nuestra forma de ser para justificar alguna decisión que tomamos, y es que conocer el carácter y mantener la mente organizada constituye un gran tesoro en nuestros días. Tanto en la vida pública como en las actividades ordinarias, en la manera de comportase es lo que nos conduce a un ciudadano. Y es que el proceder o conducta determina el tipo de persona que eres y de que manera pueden los otros juzgarte.
Cuando se posee un carácter bueno y positivo, las acciones se tornan honorables, llenas de compasión y éticas. Se nota en los ojos de terceros, respeto y nos mantienen con un sentimiento de bondad hacia nosotros mismos. Esto incrementa la auto-estima y permite prosperar. Una mala reputación, al contrario, puede, incluso, afectar la confianza y la relación con los demás.
El carácter determina el triunfo.
El carácter es como el sistema de raíces de un árbol. Mientras más profundo y saludable es, más fuerte y productivo será el árbol. Si el árbol tiene un débil sistema de raíces, sus frutos no serán buenos. Para mejorar esta producción, alimentamos y regamos con agua las raíces y sabremos que estarán mejor cuando el árbol produzca mejores y bellos frutos.
Así como solo la fruta nos da la indicación de la condición de las raíces, nuestras actitudes, palabras y acciones son señales de la naturaleza de nuestro carácter. Un fortalecimiento de las raíces de un árbol le ayuda a producir mejores frutas. Fortalecer el carácter de un individuo le ayuda a producir mejores palabras, acciones y actitudes.
Cuando se le da honor a una persona por su carácter se le alienta para que construya más. Es como una bola de nieve: una vez empieza a rodar crece cada vez más. Como las personas tienen un deseo natural de complacer a quienes respetan es por eso que se recomienda que los supervisores, siempre que puedan, y sin fortalecer el orgullo, reconozcan a sus dependientes. Que se refuercen las cualidades del empleado y que se le valoren y que se les mantengan informados de lo que ocurra en la compañía es fundamental para que los negocios se conserven en crecimiento.
Recientes encuestas comparativas entre empleados y gerentes realizadas con el objetivo de medir la satisfacción de los de los empleados, arrojan que los gerentes, generalmente, creen que la compensación es el factor principal en la satisfacción que siente el empleado en su trabajo: Mientas más alguien produce, más feliz debe ser. Sin embargo, sorprendentemente este aspecto queda en un quinto o sexto lugar en el ranking de los empleados. La idea de sentirse apreciados estuvo la mayoría de las veces en los primeros lugares, la segunda siempre fue sentirse respetados. Los empleados quieren, anhelan sentirse que están contribuyendo al éxito de la compañía y desean que ese esfuerzo sea reconocido.
Individuos exitosos forman familias exitosas, y familias exitosas constituyen organizaciones exitosas. Individuos, familias y organizaciones exitosas crean ciudades, Estados y países exitosos.
En el próximo artículo expondremos las ideas sobre el carácter que consideramos pertinentes para un año, 2015 que viene cargado de incógnitas.
Investigadora asociada: Andrea B. Taveras Pichardo.
http://hoy.com.do/caracter-en-un-ano-de-incertidumbres-internacionales/autor/f-alvarez/Por FERNANDO ÁLVAREZ B. f.bogaert[@]hoy.com.co 14 enero, 2015 2:00 am
A José Francisco, fraternalmente.
Parte II
En el artículo anterior, se presentan consideraciones sobre lo que representa el carácter para un ser humano y la importancia en la vida de las personas a la hora de pensar y tomar decisiones.
La pregunta necesaria: ¿se puede formar el carácter? para formar el carácter es necesario tener dominio sobre nuestra persona, mediante pequeñas, pero continuas acciones que hagan más fuerte nuestra voluntad. (Gaitán, 2006) Esto nos dice que es posible cambiar nuestro carácter, pero solo a través de la disciplina y la férrea voluntad de querer hacerlo.
Pero para que pueda ocurrir, debe plantearse un ciclo de acción para reestructurar a aquellos caracteres que son disfuncionales, lo que se resuelve a través de la alineación de la emoción y la acción, teniendo como resultado el carácter que nos lleve a poder tener uno funcional, esto nos hará dignos de confianza para enfrentar cualquier tipo de proyectos durante el proceso en el que estemos envueltos. Entendiendo que: El que fracasa en la planificación, planifica el fracaso.
La economía internacional en el 2015 está cargada de múltiples incertidumbres económicas, sin embargo, podremos enfrentarla con relativo éxito si solidificamos el carácter de los dominicanos y actuamos con visión, decisión y empoderamiento.
Haciendo referencia al estudio de la reconocida agencia de publicidad JWT que publicó un informe titulado: “The future 100: trends and change to watch in 2015” (Los futuros 100: Tendencias y cambios a ver en el 2015) se encontró que este año los consumidores tendrán una propensión mayor a fijarse más en su vida: salud y destino. Los menores de 10 años serán, tecnológicamente, más avanzados que sus hermanos adolescentes. El paisaje urbano se tornará en lugares interesantes para la venta al detalle interactiva y juegos vinculados a la ubicación espacial. El futuro estará marcado por la seguridad informática y se aplicarán los equipos más sofisticados de evaluación y de prevención de riesgos.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda y yéndonos a los extremos, vimos cómo decenas de miles de personas fueron atacados por epidemias como el dengue, la chikunguya, malaria y ébola en todo el mundo. Lo que indica que se necesitan, globalmente, decisiones y acciones contundentes para mejorar problemas de salud que existen a quince años de iniciado el siglo XXI, aunque se ha mejorado el nivel de la pobreza extrema y el analfabetismo. ¿Qué falta entonces? falta carácter y lo que deviene directamente de él: decisión y ejecución. Esta habilidad es el tope que determina la eficacia de una persona. Al imaginarnos una recta, podemos ver que el liderazgo tiene una pendiente positiva respecto a la eficacia. A menor liderazgo, menor eficacia y viceversa.
Todos tenemos nuestros puntos fuertes, pero muchas veces nos rezagamos al ver al otro no actuar en su pleno empleo de esfuerzo y quizás, sin percatarnos, perdemos fuerza en la actuación conjunta y terminamos inmersos en el hueco de la inacción, de la inacción de los buenos que es, considerablemente, más peligrosa que la acción de aquellos que operan con una visión cortoplacista y sin apego a planes que resulten en un futuro de creciente progreso.
El mundo necesita más líderes que muevan a las masas a trabajar por una mejor calidad de vida, que, en suma, traerá con ella todo lo que la humanidad desea: progreso social, económico y político. En otras palabras, una democracia participativa que es el resultado de un fuerte carácter ciudadano y el empoderamiento. Eso contrasta con la democracia ritual donde la decisión ciudadana se ejercita plenamente el día de las elecciones, devaluando el carácter del ciudadano promedio.
Un buen carácter puede cambiar nuestras escuelas, hogares, negocios… el mundo. Mi hermano Frank, tuvo, en su máxima expresión, el carácter que le permitió irradiar una gran nobleza, empatía y una enorme capacidad de servicio y de perdón.
Tagore explicó de una manera hermosa, a una nación donde prevalezca un sólido carácter y un profundo sentido de empoderamiento.
“Dormía…, dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir… y el servir era alegría”.
Rabindranath Tagore.
Investigadora asociada: Andrea B. Taveras Pichardo.
http://hoy.com.do/caracter-en-un-ano-de-incertidumbres-internacionales-2/
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