23 de diciembre de 2014 - 12:00 am -
Pero no pueden conciliarse dos sistemas paradigmáticos opuestos, el Patrimonialista tradicional y religioso y el de Derecho. Ambos son inconmensurables porque el conocimiento de uno, no permite conocer nada sobre el otro
Reconocemos que el Presidente de la Camara de Diputados, el Sr. Abel Martínez, limitó la discusión y no sometió a votación los argumentos enviados por el Presidente Danilo Medina en observación de los Artículos 107, 108, 109 y 110 del Código Penal. Asunto ampliamente cubierto por la diputada Guadalupe Valdez y abogados constitucionalistas. Pero la crítica no debe ignorar el impacto amplio del debate más allá del resultado parcial e inmediato del Código Penal observado.
Primero. La observación del Presidente Medina a los artículos que penalizan el aborto en el Código Penal constituye el núcleo del debate sobre el aborto. Pero lo que se discute no afecta únicamente la protección de los derechos a la salud sexual y reproductiva de la mujer; y de los trabajadores del sector salud de poder proveer servicios modernos, gratis, y sin intervención de políticos ni religiosos.
Constituye además el enfrentamiento de dos tipos opuestos de relaciones de poder al interior del conjunto de la sociedad: las correspondientes a un Estado Patrimonialista y a un Estado de Derecho. El primero es la versión moderna latinoamericana de una de las tipologías de dominación construida por Max Weber para describir relaciones de dominación en sociedades pre-capitalistas basadas en la tradición. Y el segundo corresponde al Estado Social y Democrático de Derecho, definido formalmente en la Constitución y basado en los derechos humanos individuales de la ciudadanía.
No es casual que sea la Iglesia Católica Romana el centro de resistencia a la configuración de un Estado de Derecho, aliada al sector ultraconservador que secuestra al Estado y la beneficia. Bajo la pantalla de “defensores de la vida” siguen las relaciones patriarcales de exclusión y deshumanización de la mujer y de apropiación de su cuerpo, en el nombre de un Dios Católico Romano que no admite mujeres mediadoras en su culto y la culpó de la desobediencia que cometió el varón comiendo de la manzana prohibida.
La defensa de los derechos de la mujer por el Poder Ejecutivo y su Presidente constituye a la vez una afirmación del Estado de Derecho y no tiene precedentes en nuestra historia. De un “voy a gobernar con la Iglesia” el presidente Medina pasó a gobernar negándose a instrumentalizar el poder de coerción del Estado para negarle a la mujer el derecho a decidir sobre su propio cuerpo; aún sea de manera limitada por el atraso educativo y social que prevalece en el país.
Segundo. El debate puso fin al tabú del tema del aborto. Reveló que las amenazas de los sectores dominantes de la Iglesia Católica y la clase gobernante se fundamentan en falsos supuestos, y que la Iglesia carece de la influencia que dice tener para controlar el resultado electoral.
Aunque carecemos de una encuesta para medir el cambio en el 77% de la población que apoyaba la re-elección de Medina previamente a su observación al Código Penal, me atrevo a inferir que éste porcentaje ha aumentado, no disminuido. La misma Iglesia prefirió sacrificar públicamente a su vocero y enlace con el gobierno, para ponerse a disposición del Presidente y continuar sus labores de servicios sociales (proselitismo religioso que se vería afectado sin el financiamiento estatal). En esta ocasión, su voz perdió el tono arrogante y amenazante del 2009.
Leonel Fernández demostró debilidad y oportunismo al apoyar en el último momento la observación presidencial. Pero el martillazo de Abel Martínez lo desmiente y muestra la intención real de Fernández de obstaculizar la despenalización del aborto en condiciones de necesidad y mantener el apoyo de las Iglesias Católica y Evangélica. Igual a como lo hizo en el pasado al insertar el artículo 37 en la Constitución del 2010 y permitir la vigencia del artículo 137 en el Código Penal. Política de alianza que le permitió gobernar por doce años y convertir el Estado en Patrimonialista Depredador para beneficio de las élites gobernantes y la Jerarquía Eclesiástica.
Tercero. El debate tiene de trasfondo el Concordato. La criminalización de violaciones a preceptos religiosos en una Constitución fundamentada en la defensa de derechos individuales, es el resultado de imponer simultáneamente a la misma población dos legislaturas contradictorias. Por una parte, el Concordato declara al Estado Dominicano como confesional Católico, a la Iglesia Católica Romana como “sociedad perfecta”, y define derechos y prerrogativas de la Iglesia por encima de la Constitución y “en conformidad con la Ley Divina y el Derecho Canónico”.
Pero no pueden conciliarse dos sistemas paradigmáticos opuestos, el Patrimonialista tradicional y religioso y el de Derecho. Ambos son inconmensurables porque el conocimiento de uno, no permite conocer nada sobre el otro. La única postura razonable para el buen funcionamiento de ambos es separar el Estado de las Religiones. El Estado moderno en todas las democracias del mundo existe sin intervenciones de las religiones, que no tiene lugar ni en los preámbulos que han insertado en la Constitución Dominicana ni en los artículos religiosos de la ley Orgánica de Educación.
El Concordato es anacrónico por sus fundamentos teocráticos y antidemocráticos, por sus demandas anticonstitucionales, y por su incoherencia con la Constitución. Es anacrónico además por el contexto histórico de su formulación y por su propósito de legitimación de la dictadura militar Trujillista en el pasado, y de los gobiernos que buscan instrumentalizar el nombre de Dios para mantenerse en el poder y enriquecerse con el dinero del pueblo. Por eso, esconden el financiamiento a las Iglesias, el secreto mejor guardado en un Estado que debe ser transparente y ofrecer rendición de cuentas. Por el bien de las religiones y de la democracia dominicana, su anulación es impostergable.
Con respeto, les advierto a legisladores, jueces y funcionarios que afirman la inexistencia de incoherencias entre el Concordato y la Constitución, que ustedes se convierten en candidatos para el 28 si sinceramente lo creen; o en personajes propios de una distopía Orwelliana, donde sospecho pertenecen. Pero jamás en candidatos para tomar las riendas de las Altas Cortes de Justicia, las Cámaras del Congreso, o el Gobierno, y llevar el país a una catástrofe sembrando injusticias, miseria y opresión desde el mismo Estado que se dice de Derecho.
Y cuarto. El debate sobre el aborto aparentemente no ha impactado el Ministerio de Educación y la ADP, si juzgamos por la ausencia de sus voces en el debate. Ausencia reprochable porque desde el interior de las escuelas estatales, la Iglesia Católica Romana impone su discriminación de género y bloquea la educación sexual científica y conforme a los derechos a la salud sexual y reproductiva de la mujer. Además, el Pacto Nacional para la Educación determinó abrir el debate sobre la enseñanza de la religión en las escuelas; iniciativa que duerme, y esperamos despierte en la coyuntura del debate.
El 20 de diciembre pasado el Consejo Nacional de Educación (CNE) aprobó la ordenanza que asume la Jornada Escolar Extendida como política de Estado. Su objetivo, “alcanzar de manera integral la formación de los estudiantes y la diversidad de acciones para el desarrollo de actividades educativas concalidad y equidad” no puede sostenerse sin una política de equidad de género. Esperamos, que el Ministro de Educación, sea coherente con la política de defensa de la mujer que está impulsando el Presidente que lo nombró en el cargo, y abra el debate que considere el lugar que le corresponde a la religión en el currículo escolar.
En este contexto, les deseo a todas y todos una Feliz Navidad y les dejo con una pregunta para reflexionar durante el receso Navideño. ¿Puede el MINERD continuar adoctrinando niñas en nombre de Dios para imponer el modelo discriminatorio y patrimonialista de los dogmas que defiende la Iglesia Católica Romana?
http://acento.com.do/2014/opinion/editorial/8207298-cuatro-cuestiones-claves-del-debate-sobre-el-aborto/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario