Los atacantes de Barcelona podrían haber causado aún más daño y al parecer planeaban un ataque en Francia
Por RUKMINI CALLIMACHI 24 de enero de 2018
En las semanas antes de que perpetraran un atentado en Barcelona el año pasado, los integrantes de una célula jihadista inspirada en el Estado Islámico viajaron varias veces a Francia, donde compraron una videocámara y grabaron las andanzas cerca de la Torre Eiffel.
Ese video, junto con los registros de mensajes celulares y una cantidad impresionante de precursores químicos utilizados para explosivos y que fueron recuperados de una casa en Alcanar, ha llevado a expertos a la conclusión de que los terroristas planeaban algo mucho más grande y catastrófico. El plan preveía llenar a tope una camioneta con explosivos y atacar blancos no solo en España, donde el grupo mató a dieciséis personas e hirió a 140 en agosto de 2017, sino en Francia.
“La evidencia existente indica que la célula terrorista planeaba una operación mucho más ambiciosa y potencialmente más mortífera”, según Fernando Reinares y Carola García-Calvo, del Programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano en Madrid, quienes publicaron un análisis al respecto en CTC Sentinel, la revista del Centro para Combatir el Terrorismo de West Point, la academia militar estadounidense.
“Tomando en cuenta los recursos letales recopilados por los terroristas y su intención mortífera, el saldo de muertos podría haber superado los cientos si no hubieran hecho estallar por accidente su fábrica de bombas”, dice el estudio, hecho a partir de entrevistas con investigadores, revisiones de los documentos en las cortes y un análisis de videos, imágenes y otros materiales encontrados en los sitios investigados.
Los planes del grupo se descarrilaron el 16 de agosto cuando un error en la casa abandonada en Alcanar donde habían puesto a secar pólvora explosiva provocó que la mezcla estallara. La explosión destruyó el edificio, que mató a dos de los diez integrantes de la célula y dejó herido a un tercero, según el análisis.
Eso llevó a los otros integrantes de la célula a adelantar sus planes e improvisar ataques durante los siguientes dos días, que resultarían en el peor atentado terrorista en suelo español desde 2004. Los atacantes utilizaron una camioneta para embestir a peatones que estaban en la Rambla en Barcelona y, nueve horas después, otro auto atropelló a turistas en el municipio de Cambrils.
Dentro del edificio donde estaban los explosivos que estallaron, los investigadores encontraron 500 litros de acetona, solvente utilizado para productos de limpieza, y 240 litros de peróxido de hidrógeno, comúnmente utilizado en salones de belleza. Los dos químicos son ingredientes en bruto de triperóxido de triacetona, o TATP, la base que se ha vuelto la marca de los explosivos utilizados por el Estado Islámico para sus ataques en Europa.
Los investigadores del Real Instituto Elcano estiman que la célula terrorista tenía suficientes precursores químicos para hacer entre 200 y 250 kilogramos de TATP.
Las bombas puestas en maletas que provocaron la muerte de 32 personas y dejaron 320 heridos en el aeropuerto de Bruselas en marzo de 2016 pesaban, cada una, menos de veinte kilogramos. Mientras que los perpetradores de los ataques en diversos puntos de París en noviembre de 2015 —que dejaron un saldo de 130 muertos y más de 600 heridos— tenían, a lo más, unos cuantos kilogramos de TATP en cada uno de sus chalecos suicidas. (En el caso parisino, los explosivos causaron menos muerte que las balas disparadas por los yihadistas).
La célula de Barcelona compró la mayoría de los ingredientes para sus bombas caseras los días 1, 2 y 16 de agosto, según el análisis. Las dos camionetas utilizadas en la Rambla y en Cambrils fueron rentadas el 16 de agosto para un plazo de siete días, lo que posiblemente indica que el grupo planeaba el ataque para esa misma semana, aunque quizá no esos dos días.
En los restos del hogar en Alcanar los investigadores recuperaron un cuaderno que tiene el nombre de Abdelbaki Essati, el integrante de la célula de mayor edad y quien se cree que era el reclutador. En una de las hojas del cuaderno encontraron una nota escrita a mano en árabe que describe a los integrantes de la célula como “soldados del Estado Islámico en la tierra de Andalucía”, la manera en la que ese grupo extremista se refiere a la península ibérica.
No ha surgido evidencia concreta que compruebe que los integrantes de esa célula habían recibido instrucciones explícitas vía internet de personas del Estado Islámico, como ha sucedido en otros casos de atentados en Europa. Sin embargo, los investigadores aún intentan estudiar el impacto de varios viajes que hicieron los miembros del grupo, entre los cuales había cuatro pares de hermanos veinteañeros, en los meses antes del ataque.
Por ejemplo, Younes Abouyaaqoub, quien condujo la camioneta en la Rambla, visitó Francia al menos en tres ocasiones de julio a diciembre del 2016 y de nueva cuenta el 11 y 12 de agosto del año pasado, apenas días antes del ataque. En su último viaje a París se quedó en un hotel cercano al suburbio de Vilejuif, donde las autoridades francesas encontraron un laboratorio de TATP el 6 de septiembre que era administrado por hombres que hicieron varias llamadas a Siria.
Otros dos de los miembros de la célula de Barcelona hicieron un viaje a Zúrich en diciembre de 2016 por razones que no quedan claras y uno de ellos, Driss Oukabir, viajó a Marruecos aproximadamente una semana antes del ataque. Cuando sus familiares fueron cuestionados al respecto dijeron que les parecía raro que en ese viaje no hubiera visitado a su padre.
Aunque la razón detrás de los viajes no ha sido establecida, los investigadores indican que estos sugieren que uno o más de los integrantes de la célula se trasladaron para hacer contacto con operadores del EI. Lo que sí se sabe es que, durante un viaje a París, los integrantes del grupo adquirieron una videocámara que usaron para grabar los alrededores de la Torre Eiffel. Ese video, recuperado de entre los escombros del sitio en Alcanar, muestra a Mohamed Hichamy, uno de los integrantes del grupo terrorista, dentro de la casa con TATP mientras dice: “Españoles, van a sufrir”.
Además de las tomas de la Torre Eiffel, un celular utilizado por uno de los integrantes de la célula tenía guardados con etiquetas varios sitios de España en Google Maps, como la Sagrada Familia y el estadio Camp Nou, lo que sugiere que esos posiblemente también iban a ser blancos.
Los funcionarios españoles les dijeron a sus contrapartes francesas que habían recuperado el video de la Torre Eiffel y, según los investigadores de Elcano, el gobierno galo entonces llegó a la conclusión de que también pretendían atacar París. Eso llevó a la decisión de instalar paredes de cristal alrededor de la torre para intentar proteger a la gente reunida ahí de ataques vehiculares. https://www.nytimes.com/es/2018/01/24/barcelona-atentado-eiffel-estado-islamico/?smid=tw-espanol&smtyp=cur
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