Sundar Pichai: “Nos preocupan las interferencias políticas. Hemos cometido errores”
El consejero delegado de Google impulsa la adopción de la inteligencia artificial como proyecto de futuro y se pliega a las demandas de Europa en gestión de datos y competencia
Mountain View
Sundar Pichai (Madurai, 1972) llegó hace poco más de dos años al trono de Google, una empresa en la que había entrado en 2004. Su primera gran responsabilidad fue Chrome, un navegador que hoy lidera el mercado. Después añadió Drive (su nube), Google Maps y Android. Una suma que le da una visión única de su empresa y del panorama tecnológico. A Pichai, padre de dos hijas, de origen humilde y emigrante de India, se le encasilla dentro de los más optimistas de Silicon Valley. Vegetariano, de vestimenta informal y tono dialogante, está muy alejado en las formas y cercanía de los directivos al uso.
“La inteligencia artificial es el mayor reto y oportunidad de la humanidad”
Antes de contestar las preguntas de EL PAÍS en la sede de Google, Pichai comenta sus preocupaciones. Una de ellas es Europa, una zona prioritaria para la compañía, donde ya suman más de 14.000 empleados en 40 ciudades: “Tenemos un compromiso con la ingeniería, con las telecos, el comercio y la industria del motor. Queremos hacer más acuerdos y acelerar la adopción de la inteligencia artificial y el machine learning (capacidad de aprendizaje de las máquinas)”.
La transformación digital es otra prioridad, tanto en el viejo continente como en EE UU: “Queremos ayudar con formación. No se trata de que todo el mundo aprenda a programar, sino de que se adopten habilidades digitales. Antes, un administrativo podía trabajar sin necesidad de saber nada de informática. Hoy ya no”.
La evolución de los medios de comunicación es otra de sus preocupaciones. “Cuando lanzamos DNI [Iniciativa de Noticias Digitales], empezamos con ideas básicas. Ahora ya estamos metidos en cómo hacer más fácil la suscripción o cómo promover el mejor contenido. Es una misión que nos apasiona”, reconoce.
A pesar del incontestable crecimiento de su compañía, el último año ha sido convulso: desde las acusaciones de machismo al escándalo de la propaganda rusa. Pichai afronta las preguntas conversando también de su otra pasión, el fútbol, justo cuando se han conocido los emparejamientos del próximo mundial.
Pregunta. Han anunciado un fondo de mil millones de dólares para formación, ¿por qué?
Respuesta. Queremos que la revolución digital llegue a todos. Antes aprendías una vez y te servía para siempre. Hoy se aprende todo el rato. Es un proceso constante. Hay que adaptarse. Queremos apoyar con becas y ayudas para cursos de nueve meses a un año. No se trata de ofrecer una cantidad de dinero, sino sumar a más personas, dotando de recursos y herramientas, como móviles o Chromebooks. Es un esfuerzo global donde la inteligencia artificial y el machine learning tendrán un papel muy importante.
“Queremos mejorar la inclusión de mujeres. Vamos muy despacio”
P. ¿Está la sociedad preparada para la inteligencia artificial?
R. Es el mayor reto y la mayor oportunidad que tiene ante sí la humanidad. Entender los beneficios de esta gran revolución es clave para gestionar su impacto en la salud, la educación y el medioambiente. Tenemos que trabajar juntos y prepararnos para el futuro. No es solo cosa de Google, sino de todos. Hace falta una aproximación ética y responsable. Se van a crear más empleos de los que se destruyen. Vamos a vivir más tiempo y mejor.
P. Como consejero delegado de Google, ¿qué consejo le daría a los líderes políticos?
R. Hace poco estuve en unas jornadas en Alemania para reflexionar sobre la educación. Pensamos en todo lo conseguido en inteligencia artificial y en cómo adaptarlo. La industria alemana ya está entrando en este campo.
“Hay dos barreras que querría derribar: la del idioma y mitigar el cáncer”
P. Elon Musk, cofundador de Tesla, alerta de que la inteligencia artificial puede destruir la humanidad. ¿Está en lo cierto?
R. El debate es necesario e importante. Comparto su preocupación, pero no creo que esta conversación tenga que ser entre Musk, Zuckerberg o Pichai, sino ser algo global. Como sucede con los acuerdos de París sobre el cambio climático, no puede ser algo unilateral, sino global. Me importa mucho la opinión de Musk. Pero estamos muy al principio de lo que será la inteligencia artificial.
P. China tiene un plan muy ambicioso en este campo.
R. Que China invierta en ello es bueno. Espero que hagamos un acuerdo para que sea global. Vivimos en una economía de interdependencia y lo lógico es que vayamos de la mano.
P. ¿Colaborará China?
R. Mi tema no es la geopolítica. A muchos, como a Apple, les va bien en China. Nosotros estamos cerca de Xiaomi o Huawei a través de Android y les ayudamos a salir a otros mercados.
P. ¿Cómo afrontan el problema de la propaganda rusa y los anuncios en el buscador?
R. Lo que pasa en Google se ve en todo el mundo, sale en portada en todos los periódicos. Nos lo tomamos muy en serio. Las interferencias políticas nos preocupan. Dada la escala, el alcance y el impacto, tenemos claro que hemos cometido errores. Pero también mejoramos. En momentos así solo podemos asumirlo y mejorar.
P. ¿Y cuestiones como la difusión de mensajes terroristas a través de sus plataformas?
R. Nos hacemos muchas preguntas. Como un servicio para miles de millones de personas, reflexionamos sobre cuánta encriptación es la correcta. Además de atajar el contenido, hablamos con Gobiernos, escuchamos y buscamos cómo mejorar.
P. ¿Cómo ha evolucionado Google desde su llegada?
R. Mantenemos la misión de organizar y hacer útil la información. Así nació Gmail en 2004 y 10 años después Google Fotos. También la búsqueda de impactar en miles de millones de personas. En Google ha cambiado el cómo, pero no la misión. Ahora tenemos más plataformas para construir sobre ellas: Chrome, Android, Google Cloud, los relojes… Los fabricantes de coches también están cerca de nuestro ecosistema. Llevamos la capacidad de Google a todos los ámbitos.
P. ¿Google Home es su apuesta para conquistar el hogar?
R. Es la forma de decir que la inteligencia artificial es nuestra prioridad. No siempre se está delante del ordenador o con una pantalla. Con Google Home puedo estar en familia y hacer una consulta o pedir una canción. Poder hablar e interactuar de manera natural nos va a hacer más productivos. Estamos en los comienzos. Es solo una muestra de lo que será.
P. ¿Cómo se construye la confianza?
R. Ser una empresa de tecnología te hace vulnerable, te obliga a estar alerta en todo momento. WhatsApp, por ejemplo, cambió las cosas por completo. Hace cinco años un taxista en Europa me estaba explicando cómo usarlo. Los usuarios pueden elegir. Si usan algo es porque satisface necesidades y a partir de ahí se construye la confianza. Ser capaz de hacerlo a escala manteniendo unos principios es lo importante. Si echas la vista atrás y ves cuáles eran las empresas líderes hace 10 o 20 años, te das cuenta de que o lo haces bien o caes.
P.En Silicon Valley se suceden las acusaciones de sexismo y falta de diversidad. Google es una de las compañías objeto de críticas, con un caso especialmente sonado este verano.
R. Google fue una de las primeras empresas en hacer informes de diversidad. Ahora todos lo hacen. Queremos mejorar la inclusión. Reconozco que vamos muy despacio, que no hemos conseguido llegar al punto que deseo. Pensamos a largo plazo: hacen falta más mujeres en ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería… No podemos permitirnos dejar de lado a la mitad de la humanidad. Si las mujeres no están representadas, si no se sienten parte de todo esto, si no contamos con sus puntos de vista, si no tenemos empatía, no vamos a ningún lado.
P. ¿Qué papel juega la ciencia ficción en la innovación?
R. Crecí sin tecnología, sin acceso a nada. He vivido el cambio. En mi casa tuvimos que esperar cinco años para tener un teléfono. Recuerdo que tardaba cuatro horas para ir al hospital y preguntar por los análisis de mi madre. A veces me volvía sin saber el resultado. Otras cuatro horas de vuelta. Cuando tuvimos teléfono bastaba con los dos minutos de una llamada para saber la información. Con Android en miles de millones de teléfonos, me sorprendo del impacto. Y sé que esa capacidad para imaginar hace que se construya más. Siempre he visto la tecnología como motor de cambio. Es más de lo que imaginamos. Hay dos barreras que me gustaría derribar. La del idioma. Quisiera que fuéramos capaces de hacer un sistema de comunicación en tiempo real. Y mitigar el cáncer. No soporto ver la cantidad de gente que muere por no detectarlo a tiempo.
“PODRÍAMOS HABER AYUDADO EN LA CRISIS DE OPIÁCEÓS”
Pregunta. La Comisión Europea les ha impuesto una multa de más de 2.400 millones de euros por abuso con Google Shopping. ¿Cómo lo afronta?
Respuesta. Respetamos a la Comisión. Estamos aún en pleno proceso legal. Vamos a evolucionar Google Shopping para que cubra mejor las necesidades del usuario. Tenemos que hacer lo correcto. Escuchamos y lo asumimos. Igual que en materias como terrorismo, también estamos muy atentos a las indicaciones. Es algo que nos importa.
P. Se aproxima la entrada en vigor de la GDPR (normativa europea de protección de datos). ¿Es un reto?
R. Nos adaptaremos a la normativa. Siempre queremos hacer nuestra empresa más competitiva. Si además podemos ayudar a Europa, mejor. Queremos una Europa fuerte. Si todos usan Gmail, lo haremos aún más seguro. La privacidad nos interesa y haremos lo que nos pidan. Ahora bien, tenemos que ir con cuidado. No me perdono no haber hecho nada ante la crisis de opiáceos. La tendencia de búsqueda, de recetas, la información… Todo esto estaba ahí hace 10 años. Si lo hubiésemos visto a tiempo podríamos haber ayudado.
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