Quiénes son los hermanos Batista, los empresarios brasileños que pusieron en la cuerda floja al presidente Temer para intentar salvarse a sí mismos
La crisis política que sacude a Brasil por la divulgación de una grabación que supuestamente implica al presidente del país, Michel Temer, en una trama de corrupción y sobornos está directamente relacionada con la historia del ascenso de los hermanos Wesley y Joesley Batista, símbolos del boom económico brasileño de la década pasada.
En el audio, divulgado por el diario O'Globo, Temer supuestamente le pide a Joesley Batista "mantener" los pagos ilícitos a Eduardo Cunha, el expresidente de la cámara baja del Congreso brasileño, quien aprobó el impeachment contra la expresidenta Dilma Rousseff y ahora está encarcelado.
Para complicar aún más las cosas, este viernes, el fiscal general de la república, Rodrigo Janot, divulgó un documento en el que señala que Temer y el excandidato presidencial Aecio Neves actuaron conjuntamente para intentar impedir el avance de investigaciones de corrupción.
Pero, ¿quiénes son y de dónde surgieron los hermanos Batista?
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Ambos dirigen la corporación J&F, que controla varias empresas, pero en especial una llamada JBS, considerada como la mayor compañía de procesamiento de carne de América Latina y una de las de mayor facturación en Brasil, que hace unas semanas se vio implicada en un enorme escándalo de venta de carne en mal estado.
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Los hermanos Batista lideraron la transformación de su otrora modesta empresa en una corporación de alcance global. Pero, ahora, están en el centro del escándalo que amenaza al gobierno de Temer.
Wesley y Joesley cerraron un acuerdo de delación con las autoridades, luego de una serie de operaciones de la Policía Federal que tenían a J&F como uno de sus objetivos, entre otras cosas por supuestas irregularidades en la obtención de préstamos procedentes del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, el poderoso BNDES.
Conexión política
Los hermanos Batista llegaron a involucrarse profundamente en la escena política en Brasil: JBS fue el principal contribuyente a la campaña electoral de 2014, llegando a gastar unos US$120 millones (391 millones de reales).
Ese dinero ayudó a la victoria de 164 diputados federales, seis gobernadores así como de la fórmula presidencial encabezada entonces por Dilma Rousseff y que contenía a Michel Temer como vicepresidente.
El grupo también hizo donaciones a la campaña de Aécio Neves, quien fue candidato presidencial del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, un senador que llegó segundo en la carrera presidencial y que en la actualidad es uno de los principales objetivos de la operación Patmos.
Esta investigación es una ramificación de la operación Lava Jato, iniciada este jueves para dar seguimiento a las investigaciones sobre las acusaciones de los empresarios (hay reportes que dicen que Neves fue grabado recientemente pidiendo dinero a Joesley).
"¿Por qué JBS realiza donaciones a las campañas electorales? Porque creemos que participando, podemos apoyar a partidos y candidatos que, si ganan, podrán contribuir a que tengamos un mejor país. Es una ganancia de un valor extraordinario", le dijo Wesley a BBC Brasil en julio de 2015.
Ascenso a la riqueza
La empresa culminó 2014 con una facturación de US$36.000 millones (unos 120.000 millones de reales), un salto espectacular en comparación con los US$1.080 millones (3.500 millones de reales) registrados en 2003.
Sobre todo, era un gran salto comparado con los humildes inicios del negocio familiar: un pequeño restaurante de carnes en Annapolis, en el interior de Goiás.
Pero, los hermanos Batista también eran famosos por su agresiva estrategia de adquisiciones de otras empresas, como fue la compra en 2015 de Alpargatas, una empresa fabricante de sandalias de playa por US$827 millones (unos 2.670 millones de reales), así como por sus negocios internacionales, como la empresa de alimentos Swift.
De hecho, JBS tiene fábricas en 20 países, incluyendo Estados Unidos, y clientes en todos los continentes.
Todas estas operaciones hicieron de JBS la compañías privada más grande en Brasil, en términos de facturación.
¿Y ahora?
Toda esa pujanza ahora será duramente puesta a prueba, según los analistas de mercado. Inversionistas y acreedores de la compañía están a la espera de ver el impacto que la delación de los hermanos Batista tendrá en JBS.
Las noticias sobre las actuaciones policiales anteriores causaron caídas en el valor de las acciones de la compañía, las cuales tras haber llegado a un pico de US$5,28 (17,2 reales) en septiembre de 2015 se han hundido hasta los US$2,52 (8,10 reales) el jueves pasado.
Es seguro que el daño institucional será grande, ante la posible revelación de manejos indebidos en la cúpula de JBS, y además existe el riesgo de que el grupo J&E sea objeto de investigaciones fuera de Brasil.
Los hermanos Batista siempre han negado que hubieran cometido irregularidades en la obtención de recursos públicos.
Wesley llegó a decir a BBC Brasil que estaba siendo ajusticiado por las acusaciones de que JBS habría hecho un acuerdo ilegal con el expresidente Luiz Inacio Lula de Silva, quien habría facilitado el ascenso de la compañía a través de la política de apoyo a las grandes empresas nacionales del BNDES.
"Parece que en Brasil hay dificultad para reconocer que uno puede crecer siendo competente o por los méritos de su trabajo, no por suerte o debido a que es testaferro o socio de alguien".
Es una afirmación que ahora entra en contradicción con la delación, en la que él y su hermano admiten, al menos según lo que se sabe hasta ahora, haber pagado sobornos a políticos, así como el uso de favores para obtener decisiones favorables en procesos administrativos.
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