lunes, 23 de enero de 2017

Marcha de la esperanza por el cese de la impunidad - Franklin Pimentel Torres

Marcha de la esperanza por el cese de la impunidad

El próximo domingo, en la ciudad de Santo Domingo, en New York, y en otros lugares de los territorios en donde viven los dominicanos y las dominicanas marcharemos con la esperanza y la decisión firme de incidir social y políticamente en la disminución de la corrupción y el cese de la impunidad que existe en nuestro territorio isleño. Es una convocatoria que ha suscitado esperanzas, sinergias, indignaciones y deseos de atacar las causas de tanta corrupción impune.
Mateo nos ha llamado la atención sobre el carácter histórico de la corrupción y la impunidad en el territorio dominicano: “El Estado dominicano ha sido siempre la guarida de grupos que han buscado el enriquecimiento rápido y la impunidad, desde el 1844 (…). De Pedro Santana a Rafael Leónidas Trujillo Molina, de Balaguer a Danilo Medina, la corrupción se ha convertido en el prototipo inmóvil de nuestra existencia dentro de la cual todos los límites son posibles (…). La patria es la fisura entre lo que amamos y lo que deseamos; y toda la historia de este país ha ido de caída en caída, porque quienes nos han gobernado, en una inmensa mayoría, la golosean, la ven, y la viven como un botín”.[1]
Cuando nos preguntamos sobre las causas del gran apoyo a la marcha, algunos señalan que en el país hay una acumulación de indignación que se ha expresado en luchas concretas, pero que en la actual coyuntura se requiere una intensificación de la lucha contra la corrupción y la impunidad, así como una búsqueda de nuevas estrategias para hacerla realidad. Acertadamente, D. Matías ha afirmado: “La Marcha Contra la Impunidad es parte de un continuum de luchas populares impulsadas en los últimos años por movimientos sociales. Es la continuidad del proceso de lucha contra la instalación de la cementera en Gonzalo, Monte Plata, próximo al parque nacional de los Haitises, por parte del Grupo Estrella (…). La marcha es la continuidad de procesos sociales impulsados contra el fraude fiscal, que dejó el último periodo de Gobierno de Leonel Fernández, denunciado entre septiembre-diciembre 2012. Es la continuidad de levantamientos sociales pacíficos en defensa de Loma Miranda y de Bahía de las Águilas, y en contra de la sustracción ilegítima de las riquezas mineras por parte de la Barrick Gold. Ese continuum incorpora la demanda sistemática contra decenas de casos de corrupción que no prosperaron en los tribunales dominicanos. La marcha contra la impunidad del domingo 22 de enero 2016, es la ampliación de las Cadenas Humanas contra la corrupción de la OISOE…”.[2]
Varios analistas sociales y políticos señalan que la corrupción y sobornos ligados a las obras realizadas por Odebrecht en territorio dominicano representan un punto culminante del flagelo de la corrupción y la impunidad en República Dominicana.
El economista Bernardo Vega[3] nos ha ayudado a calcular el monto de los sobornos y de las sobrevaluaciones ligadas a la empresa Odebrecht y su contraparte dominicana, el Grupo Estrella. De tal manera, que a la hora de exigir indemnización y devolución de lo robado habría que tener en cuenta que el robo no es sólo por los US$92 millones de dólares que la Odebrecht confesó que había pagado en sobornos en República Dominicana. Pero hay otros US$165 millones del monto sobrevaluado que le tocó a la multinacional gracias a esos sobornos. Así que serían unos US$257 millones. El jurista Francisco Álvarez ha señalado, Además, que según la ley dominicana la multinacional de la construcción tendría que pagar, por multa, el doble de lo pagado por el soborno. Serían en total entonces unos US$349 millones de dólares. Esto sin que tengamos datos confiables sobre lo relacionado con la construcción de Punta Catalina, donde se sospecha que están los mayores niveles de sobrevaluación y, por tanto, de sobornos.
Vega propone, además de exigir, la devolución del dinero de sobrevaluación, de los sobornos y de las respectivas multas, que se tengan en cuenta dos aspectos más: 1. Tal como como han hecho otros países afectados, Ecuador, Perú y Panamá, la empresa brasileña debe ser colocada en una lista de compañías que no pueden licitar en el país, mientras no haya resarcido al Estado. 2. Se deben revisar los dos contratos bajo los cuales todavía opera en el país: el de Punta Catalina y el de la carretera Miches-Sabana de la Mar.
El diputado nacional Fidelio Despradel ha solicitado que en el país se cancelen todos los contratos pendientes con Odebrecht. Ha propuesto que se cree una comisión de diputados que investigue, además, de los sobornos, las sobrevaluaciones que han estado ligadas a las obras construidas por Odebrecht en el país. Ha dicho el congresista: “Entendemos que esta Cámara no puede quedar al margen de las indagatorias de los sobornos y las sobrevaluaciones del escándalo Odebrecht, pues cada uno de los contratos en cuestión ponen en entredicho la credibilidad y la integridad del Poder Legislativo”.[4]
Un grupo de intelectuales, políticos y activistas sociales ha definido la marcha del próximo domingo 22 como un “espejo luminoso”. Han planteado, con mucha razón, que: “Frente al secuestro y el descrédito de las instituciones, la calle se ha convertido en el espacio público más propicio para exigir con energía y voluntad el restablecimiento del Estado de Derecho. El #22E puede ser un luminoso espejo para reflejar un futuro posible, así como una oportunidad para conquistar un nuevo devenir: una sociedad más participativa, más transparente y menos desigual”.[5]
No basta con participar en la marcha del próximo domingo 22. Es necesario retomar y continuar la lucha contra la corrupción y la impunidad desde los territorios, desde las organizaciones populares y comunitarias, desde los medios de comunicación,  priorizando la vigilancia y la contraloría social desde los gobiernos municipales, desde los barrios y las comunidades rurales. Será necesario, además, que el movimiento social mantenga una articulación que permita darle seguimiento a esta lucha. Y sobre todo mantener la constancia y la esperanza en la justicia de nuestra lucha, pues tal como dice la canción del cantautor argentino, Diego Torres: “Es mejor perderse que nunca embarcar…Mejor tentarse a dejar de intentar… Saber que se puede; querer que se pueda. Quitarse los miedos; sacarlos afuera. Pintarse la cara color esperanza… Tentar al futuro con el corazón”. http://acento.com.do/2017/opinion/8421453-marcha-la-esperanza-cese-la-impunidad/
[1] Marchar contra la corrupción, Andrés L. Mateo – 19 de enero de 2017. Disponible en: http://acento.com.do/2017/opinion/8420609-marchar-la-corrupcion/
[2] Marcha Contra la Impunidad: acumulación de indignación. Domingo Matías – 19 de enero de 2017 – Disponible en: http://acento.com.do/2017/opinion/8420672-marcha-la-impunidad-acumulacion-indignacion/
[3] Odebrecht, Bernardo Vega – 17 de enero de 2017. Disponible en: http://acento.com.do/2017/opinion/8419716-odebrecht/
[4] Fidelio Despradel solicita comisión de Diputados investigue sobrevaluaciones de Odebrecht. 19 de enero de 2017. Disponible en: http://acento.com.do/2017/actualidad/8420657-fidelio-despradel-solicita-comision-diputados-investigue-sobrevaluaciones-odebrecht/
[5] Intelectuales, políticos y activistas sociales definen el #22E como un “espejo luminoso”. – 19 de enero de 2017. Disponible en:
 Franklin Pimentel Torres - 21 de enero de 2017

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