domingo, 13 de noviembre de 2016

Ortega debe abrirse a un “diálogo incluyente”

Abstención y visita de Almagro abren nuevas opciones de negociación
Ortega debe abrirse a un “diálogo incluyente”
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Dora María Téllez y Manuel Ortega aseguran que no bastan “cambios cosméticos” en CSE

La oposición no debe contentarse con arrancar a Daniel Ortega algunas promesas de mejorar el sistema electoral, sino que debe apuntar más alto a la hora de negociar en el marco de las conversaciones con la OEA, y exigir que se repitan las elecciones, a condición de que haya observación independiente, y que exista un árbitro creíble, dijo la dirigente opositora Dora María Téllez.
Téllez se siente segura de que Ortega ofrecerá la personería jurídica a ‘Ciudadanos por la Libertad’ (CxL), y quizás hasta al Movimiento Renovador Sandinista (MRS), pidiendo que le permitan quedarse en el poder cinco años más.
“No creo que Ortega esté en el ánimo de soltar el nivel de poder que tiene. Creo que está pensando que la OEA le puede servir para lograr un acuerdo para quedarse esos cinco años, a cambio de maquillar al Consejo Supremo Electoral (CSE). Eso pretende con la llegada de Almagro: buscar un acuerdito, admitir que el CSE tiene algunos problemas, que se van a hacer algunos pequeños cambios, dar algún espacio en las municipales, a cambio de esos cinco años”, analizó.
“¿Eso es lo que queremos como país? Yo siento que hay gente que está dispuesta a conceder que este enorme fraude, con esta enorme abstención, no pese para nada y eso sería perder una gran oportunidad para Nicaragua”, dijo Téllez.
“Este fraude y esta abstención, nos están diciendo que hay que hacer un cambio de rumbo completo. Pero es que además, la gente que se abstuvo, dijo ‘yo quiero cambio’. No dijo ‘démele cinco años más a Daniel Ortega’. No. Dijeron: “Yo quiero cambio”, advirtió.
En vez de eso, opina que lo que el país necesita es una elección nueva, con plenas garantías, en la que Ortega participe como candidato si lo desea, sin pretender que la sociedad nicaragüense acepte la farsa y el fraude de un proceso electoral ficticio en el que ni salieron a la calles, ni hicieron campaña.
A su juicio, “Ortega enfrenta una crisis. El hecho que por lo menos el 70% de las personas que tenían que ir a votar, no votaran, se llama crisis política. ¿Cómo se expresó? Lo hizo con el poder de ‘yo no boto mi voto’. Es una desobediencia civil en forma. No estamos hablando de personas con una caja de fósforos en las calles, pero sí de una desobediencia civil en regla y forma. Con un mensaje poderoso. Ese segmento de población enorme, te muestra que Ortega tiene una crisis política, y unas condiciones económicas que podrían empeorar gravemente” en 2017, dijo.
Ortega debe revisar su forma de gobernar
Para el sociólogo Manuel Ortega Hegg, la visita a Managua del secretario general de la OEA, Luis Almagro, a partir del 1 de diciembre, representa una oportunidad para el gobierno de Ortega, porque el panorama y el contexto, tanto nacional como internacional, le son desfavorables.
Se refiere al “desmantelamiento del ALBA”, al resultado de las elecciones en Estados Unidos, donde el futuro presidente Donald Trump, sin siquiera aprobar la Nica Act, (con solo cumplir su promesa de campaña sobre las remesas, o contra los migrantes), afectaría muy negativamente a Nicaragua, donde las remesas (más que los planes de gobierno), han sido clave para sacar a mucha gente de la pobreza, según datos del Banco Mundial.
“Perder esas remesas significa que nos vamos a una fuerte situación de empobrecimiento. Por eso, hay una oportunidad para que el gobierno se disponga a discutir la estrategia que ha seguido para constituir este régimen de partido único que busca garantizar la continuidad de un régimen dinástico, familiar, y tiene que revisarlo, porque si era difícil mantenerlo en las condiciones anteriores, ahora es prácticamente imposible”, valoró.
El experto considera que “en contra de los cálculos del comandante Ortega, esta más bien puede considerarse una derrota: no se consigue el objetivo de obtener legitimidad en origen, sino que también queda en entredicho la legitimidad del ejercicio de su gobierno. Para efecto del debate con la OEA, me parece muy importante no quedarse solo en el tema de la legitimidad de origen, si no también ir a la legitimidad de su forma de gobernar contra la ley, gobernar solo para unos cuantos, etc.”.
Ortega “tendrá que disponerse a un dialogo incluyente, amplio y serio. No es solo devolverle la credibilidad al Consejo Supremo Electoral, que ha colapsado, sino revisar la forma de gobernar: ese gobierno solo para los afines, o donde la ley se usa a discreción, eso no puede seguir, porque tiene enormes efectos adversos para la economía”, insistió.
El sociólogo advierte que él no está endosando a Ortega por cinco años más. “Ese es otro tema que debe conversarse a fondo con las fuerzas políticas del país. Lo que estoy diciendo es que se desmanteló totalmente el sistema representativo. Aquí la gente que se elige no es la que gobierna ni es la que decide. El Cosep es una de las instancias que ha ayudado al debilitamiento del sistema de representación, al establecerse como una fuerza que decide por encima de los electos”, aseguró.

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