Por FERNANDO A. DE LEÓN
22 de enero de 2016
“Eto no e’ Nueba yol, aquí lo picamo”; es una desafortunada
expresión con tonos amenazantes, proferida con intolerancia tozudez y
desparpajo, por un simpatizante del
expresidente Leonel Fernández Reyna.
Esta desaforada manifestación, no es aplicable a la inversa,
es decir, por dominicanos residentes aquí en Nueva York; como respuesta a sus
conciudadanos contrarios que, en República Dominicana, rechacen públicamente las iniciativas
políticas del exmandatario.
Y
no es aceptable, porque así como el embajador de Estados Unidos en
República Dominicana, James Brewster, manifestó que en su país hay
“tolerancia cero” en cuanto a los actos de corrupción; de ese
mismo modo, en Nueva York, aún con sus desaciertos, que de seguro los
hay,
nadie puede ser fanático y energúmeno
hasta llegar a la violencia por simples diferencias
político-partidarias.
Si los republicanos ganaron recientemente nuevos escaños
congresuales en las elecciones de medio término; es precisamente porque hay
cierta flexibilidad en la libertad de expresión; no persiste el fanatismo y los que sufragan, más que simples
votantes, son ciudadanos conscientes con derecho a discernir políticamente.
Con esta introducción le queremos enviar un mensaje al
comunicador Juan Cruz Trifolio, quien, según nos informó un amigo, trató de agredirlo físicamente, sólo
porque éste se pronunció en contra de Félix Bautista y su protector, Fernández
Reyna.
Siempre afincándonos en lo narrado por nuestro amigo Pedro
Reyes; hace poco, cuando Trifolio visitaba el Alto Manhattan, se abalanzó sobre
él con evidentes intenciones de agredirlo, y el asunto no llegó a más porque es
un hombre de bonhomía, pacífico y, sobre todo, un individuo que pese a ser un
simple empleado del Estado de Nueva York, tiene ciertas luces intelectivas y
reconocida fineza en el trato con los demás.
Además, tras el suceso, acontecido luego de una
confrontación política en la calle 185 y Saint Nicholas del Alto Manhattan; el
incidente no sobrepasó la simple escaramuza, por la oportuna intervención de
los contertulios allí presentes. Lo deplorable e imprudente de Trifolio, en esa
ocasión, según nos reveló Pedrito, como cariñosamente le llamamos; es que
estaba acompañado de su esposa y una hija de 15 o 16 años de edad.
Trifolio debe estar
consciente de que si la policía neoyorquina, hace poco, no intervino; no
agredió ni apresó a nadie, cuando adversarios llamaron a Fernández Reyna ¡ladrón! repetidas veces, fue precisamente,
porque en este país se tolera la disidencia hasta con el mismo Barack Obama.
Lo que no se puede hacer aquí es agredir a nadie, como
ocurrió recientemente en las inmediaciones de un hotel Embassy de Santo
Domingo, mientras el presidente
Fernández Reyna comparecía a una entrevista en ese establecimiento hotelero. En
las afueras de las instalaciones del local en el Ensanche Naco; las huestes
peledeístas, despojaron de sus equipos de trabajo a varios fotoreporteros y
periodistas y, por si fuera poco, como cacos de poca monta, le sustrajeron la
cartera a uno de los comunicadores, que sólo cumplía con su deber.
Trifolio tiene derecho a enfrentar ideológicamente a todo el
que quiera. Pero rebasar las ideas y tratar de agredir en lo físico a
contendores políticos, no es en nada aconsejable.
Queremos dejar constancia de que así como la mayoría de
periodistas neoyorquinos cepedeístas, también se opusieron una vez a que fuera
reconocido por una de las directivas de la seccional del Colegio Dominicano de
Periodistas (CDP) en esta urbe, también nosotros no estuvimos de acuerdo en que
se distinguiera al comunicador. Sin embargo, al margen de esa resistencia, en
lo personal, no tenemos nada contra el comunicador. Ni lo conocemos
personalmente.
Esa vez nos opusimos a tal distinción, porque entendíamos
que aquí había periodistas y
personalidades con suficientes méritos para recibirlo; además, consideramos,
según nuestro juicio, que el comunicador no calificaba; y por último, quizás en una consideración extrema, porque
se nos había comunicado que es
sociólogo. Es decir, no periodista ni miembro del CDP.
No pretendemos que Trifolio le pida excusas a nuestro amigo.
Pero queremos que reflexione sobre ese incidente. Porque hay gente y grupos
que, en Nueva York, hubiesen respondido de otra forma, y con ello hubiese arriesgado
la seguridad de los familiares que le acompañaban. Esto, además de los inconvenientes
que ello implicaría en un Estado, donde la impunidad no es su fuerte, y mucho
menos en actos violentos.
De Trifolio se dicen muchas cosas, sobre todo, cuando según
se nos informó, en su programa “punto y
coma”, lanzó una andanada de improperios en contra de los que le gritaron
epítetos y rechazaron la presencia de Fernández Reyna, durante su encuentro con
algunos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el
Restaurante Palm Beach, del Alto Manhattan.
Por último, queremos señalar que nos da tres pepinos y un
comino la tendencia o simpatía partidaria de Trifolio, al que muchos
identifican aquí como un individuo “insumergible” o “corcho”, en cuanto a lo
político se refiere.
Además del citado encontronazo, es de muy mal gusto el que
Trifolio, según nos comenta Reyes, no sólo lo haya insultado y casi agredido,
sino, que no conforme con esto, vertió duras ofensas y denuestos contra los
dominicanos residentes en Nueva York; una comunidad que él siempre suele
visitar.
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