Del bipartidismo al tripartito (si Albert Rivera quiere)
Justino Sinova
Lunes, 14 de diciembre del 2015
- Hace solo un mes parecía una entelequia, pero esta es la primera vez en que el bipartidismo va a estar en riesgo de desaparecer.
- ¿Va a favorecer Ciudadanos la derrota del vencedor en las elecciones y la entrada en el Gobierno de un Partido Socialista a la baja?
Rivera pide a los españoles que acudan masivamente a votar: si nos conformamos tendremos a Rajoy
Un tripartito en La Moncloa es una posibilidad seria. Hace solo un mes parecía una entelequia, pero la evolución de los votos que están desvelando las encuestas lo presenta como factible. Eso comportaría la salida del Partido Popular del Gobierno, aunque ganase, que va a ganar según todos los sondeos pero con una mayoría insuficiente para gobernar en solitario. Esta posibilidad del tripartito es lo que el propio PP ha llamado el “pacto de perdedores”, y sería la primera vez que no gobernaría en España el vencedor en las elecciones, pero la costumbre, que es una fuente de derecho, no parece que vaya a ser para los posibles integrantes del tripartito una fuente de comportamiento electoral.
Esta es la primera vez en que el bipartidismo va a estar en riesgo de desaparecer, el bipartidismo de centro derecha (UCD y luego PP) y centro izquierda (PSOE), que ha sido el protagonista del turno de poder en España como republicanos y demócratas lo son en Estados Unidos, conservadores y laboristas en Reino Unido o democristianos y socialdemócratas en Alemania. El bipartidismo, que es un factor de estabilidad de la democracia, y así se ha comportado aquí, ha recibido en los tres últimos años tal cantidad de embates y difamaciones que no es extraño que esté a punto de perder la batalla.
La ironía es que el principal causante de esta hipótesis es Ciudadanos, el partido más parecido a la víctima inmediata, el PP, porque su concurso es substancial: sin él no hay tripartido. PSOE y Podemos podrían llegar a sumar 120-130 escaños, insuficientes para desbancar a los populares, a quienes las encuestas les calculan en torno a 130, y solo con Ciudadanos podrían acercarse o superar la barrera de la mayoría absoluta, establecida en 176. Para que la ironía sea completa, hay que considerar que la alternativa al tripartido es el apoyo de Ciudadanos al PP para formar un Gobierno de los dos partidos más parecidos.
¿Va a favorecer Ciudadanos la derrota del vencedor en las elecciones y la entrada en el Gobierno de un Partido Socialista a la baja, al que los sondeos atribuyen el peor resultado histórico, y de un Podemos liderado por quien ha presumido de comunista y de ser un admirador del chavismo? Formulada la pregunta en frío, la respuesta inmediata solo puede ser negativa, porque el nuevo partido de centro derecha, receptor de una mayoría de votos desertores del PP, se juega prestigio, credibilidad y oportunidades con ese salto en el vacío. Pero la posibilidad de tocar poder y pisar moqueta, que se dice en el lenguaje político, puede nublar tanto la vista.
El hecho de que Albert Rivera no se haya ocupado de despejar la duda mantiene la hipótesis en actividad. Los mensajes del PP contra Ciudadanos persiguen debilitarle para que su apoyo al pacto de tres no sea suficiente, pero esa estrategia es un arma de doble filo pues los populares lo necesitarían para lograr un apoyo parlamentario suficiente. Aparte de eso, los slogans de campaña de todos a una semana de las elecciones se centran en la victoria respectiva. Todos van a ser el partido más votado y, a decir verdad, estas son las elecciones más abiertas y cualquier sorpresa es posible.
Pero algo parece cierto, salvo que los resultados desmientan rotundamente la tendencia que muestran los sondeos: si al final gobierna un tripartito será porque Albert Rivera lo ha querido. Sin su concurso, aunque solo sea con un apoyo externo y lejano, el PSOE y Podemos no podrían entrar en La Moncloa. Esa va a ser la gran responsabilidad del líder de Ciudadanos, dejar que gobierne la fuerza más votada que anuncian las encuestas o favorecer una coalición, con las características que sean, de los tres segundos. O mucho cambian las cosas en una semana, o el joven líder se va a ver en un peliagudo brete.
http://noticias.lainformacion.com/el-reves-de-la-trama/del-bipartidismo-al-tripartito-si-albert-rivera-quiere_lubgmd2sK2KcSnzvnrUI41/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario