jueves, 5 de noviembre de 2015

Senasa y funcionarios irresponsables

Senasa y funcionarios irresponsables

Bajo la sombrillita detestable de la “libre elección”, la mayoría de las instituciones públicas sigue de espaldas al Seguro Nacional de Salud (Senasa). El alegato que justifica tal inercia es tan eufemístico como irresponsable y criminal. Se trata del mayor atentado contra el derecho a la salud de millones de descamisados. Imperdonable; mas, el silencio truena.
"El Senasa es defendible. Como pocas instituciones públicas, tiene una historia de eficiencia y eficacia en sus servicios. Y no negocia con la salud de la gente".
Un crimen así debió provocar ya una oleada nacional de protestas hasta que los ejecutivos indolentes de las instituciones centralizadas y descentralizadas del Estado sean mandados a freír tusas a sus casas. Porque tal indiferencia solo tiene un nombre: complicidad, corrupción y hasta incredulidad injustificable en el sector público donde ellos se enriquecen con salarios súper lujosos y un millón de beneficios colaterales.
Pero de ese susto no muero. Cuestión tan vital no despierta morbo, ni es materia prima mediática. Y, como si fuese poco, arrastra una cadena de intereses corporativos más larga que un cometa.
El derecho a la elección de los servicios de salud, esgrimido en los tribunales por las ARS privadas, solo aplica en realidad para el seguro estatal. Medio millón de personas se ha inscrito en su Régimen Contributivo (548,748) sin que nadie le haya puesto la punta de un fusil en la sien. En las empresas privadas –incluidas universidades–, en cambio, el seguro del empleado va con el nombramiento, sin apelación, aunque sea un fiasco de esos que abundan como yerba mala desde que repartieron maliciosamente la masa del pastel de la Seguridad Social. Es decir, desde que fuñeron a los más pobres.
Si los gerentes de los poderes del Estado tuvieran voluntad y les doliera lo público, habrían capeado ya la bulla jurídica que ha impedido la afiliación de 400 mil empleados públicos al Contributivo (RC) del Senasa. Porque brechas hay; lo que faltan son buenos sentimientos y solidaridad.
La institución estatal ha pasado la meta de los 3 millones de afiliados de “hijos de Machepa” en el Régimen Subsidiado. Mismos que repelen las empresas de salud privadas porque hieden a pobreza. El fortalecimiento del RC es fundamental para mantener a la caterva de indigentes que carece de dinero, pero que tiene derecho al acceso a un seguro de salud. 
Quien no entienda esto, o no le dé la gana de entenderlo porque anda de negocio en negocio o vive en su burbuja de bienestar, no debería estar ni cerca de una institución estatal. Allí debe de haber gente que crea y le duela lo público. No enemigos, y menos criminales. 
El Senasa es defendible. Como pocas instituciones públicas, tiene una historia de eficiencia y eficacia en sus servicios. Y no negocia con la salud de la gente.
El presidente Danilo Medina puede romper el hielo.
http://www.7dias.com.do/opiniones/2015/10/27/i199279_senasa-funcionarios-irresponsables.html#.Vjs2cNIvfcs 

Con mis ojos

Mirada a una situación social por la construcción de ciudadanía, el desarrollo institucional y el bienestar general. Respeto extremo al derecho a la intimidad y el buen nombre de las personas. Huye a las rutinas opinativas, a los ruidos mediáticos. Rehúye al sensacionalismo. Consciente de que la asepsia ideológica no existe, promueve el disenso, la crítica constructiva, sin descalificaciones.

Sobre el autor

Periodista. Profesor en la Escuela de Comunicación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la que dirigió durante seis años y donde imparte docencia desde hace veinte años. También ha sido profesor en Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y en la Universidad Católica de Santo Domingo.

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