Manipulaciones presupuestales
Por Félix Santana García
Al planificar los presupuestos operacionales y financieros de las entidades públicas, privadas o del tercer sector, deben pasar por las etapas de: preiniciación, formulación, ejecución, control y evaluación la cual incluye la función de retroalimentar a quienes los preparan y ejecutan, a los fines de conocer cuales razones que impidieron que las metas y objetivos propuestos no se hayan cumplidos a cabalidad.
Durante la etapa de preiniciación es de rigor evaluar las metas y objetivos no alcanzados en los presupuestos del período anterior a los fines de retomar los mismos en el período siguiente conjuntamente con los planteados a ejecutar en los nuevos presupuestos.
Asimismo, durante esta etapa se establecen los lineamientos a seguir para la formulación de los presupuestos, pautas que se remiten a las distintas instancias que conforman una empresa privada o dependencias de un Gobierno Central o local.
Estos lineamientos son de extrema importancia para que todos los departamentos o instancias de una misma institución puedan formular sus presupuestos de manera uniforme y coherente a los fines de que sus diferentes renglones puedan ser comparados (control) y analizados periódicamente.
Una vez formulados los presupuestos siguiendo dichos lineamientos se pasa a la etapa de ejecución donde tanto quienes los formulan son tan responsables como quienes los ejecutan.
Lo preocupante de su implementación ocurre cuando sin causa justificada se ejecuta contrario a lo presupuestado violando los lineamientos que le sirvieron de base para su preparación.
Otro caso preocupante a nivel público es el hecho de que se asignen fondos a un capítulo o institución, distintos a los fondos apropiados durante su aprobación por el Congreso Nacional.
También ocurre que se consignen fondos para gastos de forma sobrevaluada a favor de una institución a sabiendas de que su capacidad de ejecución es limitada o ineficiente con el propósito de que pasados unos meses solicitar al Congreso Nacional su transferencia a otra institución o capítulo, ejemplo de ello es transferencias al presupuesto del Poder Ejecutivo para gastar dichos fondos bajo la modalidad de discrecionalidad.
Forma de transferencia que permite al Ejecutivo de la nación destinar dichos fondos financieros a su antojo, específicamente para fines clientelista y así cumplir con sus deseos políticos y de índole subjetiva.
Otras manipulaciones presupuestales son aquellas dirigidas a subvaluar los ingresos con el propósito introducir nuevas reformas tributarias, incrementando o creando nuevos impuestos y por ende encareciendo el costo de la canasta familiar.
Otra triste realidad al considerar los presupuestos como instrumentos de subterfugios o herramientas para alcanzar propósitos particulares en contra del bien común, es el hecho de que se favorezca un grupo social en desmedro de los sectores más necesitados o vulnerables.
De ahí que, los últimos Presupuestos Generales del Estado formulados y ejecutados por los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sin que se hayan tomado en cuenta las opiniones de la oposición política, los agentes económicos y público en general y se hayan violados todas las leyes especiales presupuestales, hayan sido deficitarios, privilegiándose solo el alto endeudamiento para financiarlos y por ende pagar cuantiosas sumas de dinero para honrar sus intereses.
De manera que los últimos Presupuestos Generales del Estado no han sido más que documentos con miras solo a satisfacer los intereses de las autoridades de los gobiernos del PLD.
Hasta tanto no se ponga coto a tal situación el pueblo dominicano seguirá postrado en el mismo atraso del recién pasado siglo XX.
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