Por JUAN T H
Estoy de acuerdo con la modificación
de la Constitución para adoptar el sistema de Estados Unidos: Un mandato, la
posibilidad de una reelección y nunca jamás. Que se haga ahora, pero para el
gobierno próximo. Danilo fue electo con la Constitución del 2010 que establece
un mandato y posiblemente otro dejando
pasar cuatro años. Que sea el próximo presidente, que no sea Danilo, el que
tenga esa prerrogativa.
No sé –me perdonan- las razones por
las cuales el presidente Danilo Medina merece cuatro años más si el gobierno
que encabeza ha sido una continuación mediocre del también mediocre gobierno de
Leonel Fernández.
(No me digan que la inversión del 4%
del Producto Interno Bruto en educación y la erradicación del analfabetismo son
más que suficientes para otro mandato por aclamación popular, porque no es
verdad)
Los gobiernos del PLD han endeudado
el país como no lo hizo ningún otro partido en la historia, pasando de 9 mil y
tantos millones de dólares que lo dejó el PRD del 2004, a más de 35 mil
millones que lo ha subido Danilo, y el festival continúa con bonos soberanos y
otras formas de empeñar la soberanía el país por quién sabe cuántas
generaciones.
Los dominicanos hemos seguido
“tranquilos con Danilo” y su “cambio seguro” para corruptos, evasores de
impuestos, traficantes, banqueros de loterías, entre otros grupos de poder.
(“Qué todo cambie para que todo siga
igual”, como dijera Giuseppe Tomasi di Lempedusa en su célebre novela de
mediado del siglo pasado “El Gatopardo”
llevada al cine y protagonizada por Burt Lancaster)
Cambió el rostro del gobierno, pero
todo ha seguido igual. Las mismas crisis en la salud (invierte menos del dos
por ciento del BIP), en la energía eléctrica donde los generadores siguen
teniendo el control, igual que las 20 y tantas familias dueñas del país que le
niegan a los trabajadores un pírrico aumento salarial que hace mucho – sin
haberse producido- se lo tragó el costo de la vida.
A pesar de afirmar que solo quería
“cuatro años y ni un día más”, de jurar ante la “virgencita de Altagracia” que
no deseaba volver un periodo después como dice la Constitución, ahora se
esfuerza por lograr otro mandato utilizando los recursos del Estado, lo cual ha
creado una crisis en el PLD que amenaza con dividirlo.
Con la compra de la reelección en el
Congreso, previa decisión del poderoso Comité Político (ampliado) para lograr
mayoría, una especie de “Soviet Supremo” incuestionable, Danilo y su grupo de
funcionarios no solo pueden dividir y debilitar al PLD, sino sacarlo del
gobierno, lo cual me haría muy feliz.
Si Danilo se reelige, Leonel sabe que
su carrera política habrá terminado porque valdrá menos que un florero chino de
porcelana, bonito, pero inútil. Nadie sabe dónde ponerlo, como dijera Felipe
González.
Ya lo dije: Danilo quiere mantenerse
en el Palacio Nacional indefinidamente, aumentar el control del PLD, mayoría en el Congreso y en el sistema
Judicial. Danilo y su grupo lo quieren todo para completar su dictadura de
partido.
Desde mi punto de vista Danilo es más
peligroso, políticamente hablando, que Leonel Fernández aunque sean igualmente
ambiciosos y desproporcionados. (Un refrán popular dice que es mejor un malo
conocido que un bueno por conocer)
Soy de opinión que la crisis, incluso
la división del PLD, favorece al país. Los 16 años en el poder lo descalifica
por completo por el altísimo nivel de corrupción, la de incompetencia y la mediocridad.
El “bajadero” que propongo es el más
institucional, democrático y respetuoso para todas las partes involucradas en
el conflicto que ha generado el proyecto reeleccionista y ambicioso del
presidente Danilo Medina.
13 de mayo de 2015. SANTO DOMINGO
Juan Taveras Hernández
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