La primera dama de República Dominicana, Raquel Arbaje, se define como una mujer comprometida y solidaria con sus semejantes. Su esposo, el presidente Luis Abinader Corona, y sus tres hijas: Esther, Graciela y Adriana, son su fuente de vida e inspiración. Se confiesa apasionada del emprendimiento y de la mujer visionaria. Es licenciada en Administración de Empresas, graduada summa cum laude por la Universidad Iberoamericana (Unibe). Habla inglés y francés.
Raquel Arbaje Soni: «La mujer emprendedora está necesariamente incluida en mi agenda»
Raquel Arbaje Soni de Abinader ha demostrado ser una mujer comprometida con el bienestar común y que busca, a través de su trabajo, que cada dominicano tenga una mejor calidad de vida. Ha sido su filosofía de vida desde mucho antes de llegar a ser primera dama de la República. Lo dice con claridad y convicción: La mujer emprendedora está necesariamente incluida en su agenda.
Desde joven ha tenido vínculos con la política y el sector empresarial. Mientras cursaba la licenciatura, tuvo la oportunidad de cubrir una licencia en Codetel-GTE, donde luego fue contratada. Durante ese período se enamoró de las telecomunicaciones y adquirió conocimientos sobre el sector, los cuales aplicó en las empresas familiares.
Su incorporación en los negocios familiares, que estaban ubicados en la avenida Duarte y Villa Consuelo, se debió al llamado de su hermana y de su madre. Asegura que esa solicitud la llenó de compromiso, a pesar de que le “dolió dejar las telecomunicaciones”.
Precisa que mientras laboraba en la empresa familiar encontró su pasión por el servicio y la creatividad en el mercadeo. Además, aportó ideas que le permitieron ampliar los servicios, digitalizar procesos y ofrecer ventas a crédito.
De esta experiencia aprendió a delimitar el espacio entre familia y empresa. “A tolerar y aprender del otro y a tomar decisiones por consenso”.
Raquel, como prefiere ser llamada, está interesada en restituir a la niñez y a la adolescencia las condiciones “para que sean vividas como tales”. Además, trabaja en conjunto con otras instituciones del Estado para mejorar las condiciones de vida de las mujeres.
¿Quién es Raquel Arbaje Soni?
Es una mujer que cuando abre los ojos cada mañana agradece a Dios por todo lo que le ha dado antes y le sigue dando ahora. Pero no disfruto de manera egoísta saberme amada por él. Por el contrario, me compromete a ser solidaria con mis semejantes, poner todo mi empeño en servir, en ser útil. ¿Qué más soy después de eso? Muchas cosas, pero todas son parte de la alegría de vivir.
¿Cuáles eran sus sueños de niña?
¿Mi sueño de niña? ¡Ser cantante! Pero esos sueños fueron cambiando y en un momento me apasioné por la investigación, sobre todo la histórica. Cuando me gradué de bachiller soñé con ser periodista o llegar a un alto cargo en un organismo internacional. Luego opté por estudiar Administración de Empresas, una carrera en auge a final de los años ochenta y trabajé por un tiempo en el área de telecomunicaciones.
Finalmente, me incorporé a la empresa familiar, donde encontré pasión por el servicio y la creatividad en el mercadeo. Sí, he logrado hacer realidad esos y otros sueños, viendo la vida como un todo. Agradezco a Dios tener un compañero con quien, junto a nuestras hijas, sigo avanzando y ayudando a otros a avanzar.
¿Cómo fueron su infancia y su adolescencia?
Una infancia hermosa. Llena del amor de mi padre, mi madre, mis hermanos y mis abuelos. Con muchos primos y con vecinos que sentía parte de mi familia. Rodeada en Gazcue de personas que solían enseñarme historia dominicana. Esos intercambios de ideas me encantaban.
Era una pequeña atenta a todo lo que se movía alrededor y solía leerles cuentos a los amigos de mi hermano menor y montar obras de teatro con figuras de madera. Entre mis recuerdos de adolescente está la figura de José Francisco Peña Gómez, su voz firme resonando en los patios del vecindario a la hora del almuerzo.
Fui una joven alegre, aunque un tanto tímida, pero mis hermanos mayores eran bastiones y soporte. Mis padres siempre nos dieron responsabilidades y todos disfrutamos de nuestra adolescencia con conciencia.
¿Cómo inicia su trayectoria en el mundo empresarial?
Compaginé mis estudios universitarios con el trabajo en los negocios familiares. A los 19 años cubrí una licencia en la antigua Codetel-GTE, y participé en un programa de entrenamiento cuando terminé la carrera de Administración de Empresas en Unibe.
Felizmente me contrataron, lo que me permitió adquirir muchos conocimientos sobre el sector. Llegué a viajar con gerentes en representación del Caribe y Centroamérica. Fueron dos años de pasión por las telecomunicaciones que aún persiste.
Pero mi hermana y mi madre me pidieron regresar a los negocios familiares. Esa solicitud me llenó de compromiso. Aunque me dolió dejar las telecomunicaciones, me retaba lo que podíamos hacer juntos. Y así comenzamos a ampliar los servicios, a digitalizar los procesos y a ofrecer ventas a crédito, que entonces no eran comunes. Hablo del año 1993.
¿Cuáles anécdotas tiene de los años de experiencia en los negocios familiares?
Demasiadas. Desde personas solicitando en voz muy baja algo “especial” en la farmacia, hasta encontrar un día a todos los colaboradores y a mi abuela frente al televisor. Iba a llamarles amablemente la atención cuando mi Taita, como le decíamos a nuestra abuela materna Souad, me dice con su marcado acento árabe: “Raculi, están acabando con los Estados Unidos”. Era el fatídico 11 de septiembre del 2000.
¿Cuáles aprendizajes y lecciones le han dejado trabajar con sus padres y hermanos?
Que toda empresa familiar es una institución donde cada uno tiene sus responsabilidades. Aprendí a delimitar el espacio entre familia y empresa. A tolerar y aprender del otro y a tomar decisiones por consenso. A aprender de la experiencia de los padres y a valorar sus esfuerzos. A crecer no sólo en lo económico, sino en lo más importante: como persona.
¿Cuáles considera han sido los ingredientes que les han permitido mantener su matrimonio?
No olvides que también soy empresaria y que he participado en política desde hace diez años en apoyo a Luis. Ahora, estoy segura de que la respuesta de él sería igual a la mía: hemos mantenido nuestro matrimonio porque nos amamos, porque amarse significa respetar, tolerar, ver en el otro esa parte nuestra sin la cual no podríamos soñar; disfrutar el presente y pensar el futuro, como tampoco podríamos, si nos faltara, soportar las durezas de la vida. Me siento feliz con la familia que hemos construido juntos.
¿Cuáles cosas ha aprendido Raquel de Luis Abinader?
De Luis he aprendido muchas cosas, políticas y humanas. Entre las políticas está esa capacidad de encontrar siempre la mejor salida a situaciones que para otros resultarían quizá irresolubles; su opción prioritaria por los más desventajados, su ética política y su compromiso con la democracia y con el país.
En lo personal, que influye lo político, he aprendido la constancia en perseguir un propósito y su tolerancia con las diferencias. Su nobleza, el compromiso con la palabra empeñada, pero, sobre todo, su compromiso con construir una mejor República Dominicana, llena de oportunidades para todos. Él me alienta todos los días, desde que nos conocimos hasta hoy, por lo que muchos de los que pueden considerarse mis exclusivos éxitos personales tienen también su marca.
¿Quién toma las decisiones en su casa?
Nuestra dinámica familiar se basa en el respeto a la individualidad de cada uno, así que nadie tiene el poder de decidir por los demás. ¡Somos una familia asamblearia donde el voto de Luis, de nuestras hijas y el mío vale igual! Decidimos por mayoría.
Para muchas mujeres ser madre representa un reto en distintos aspectos, ¿cómo ha vivido la maternidad?
No para muchas mujeres, sino que para todas las mujeres la maternidad es un reto. Está llena, a rebosar, de desafíos y no hay manual para aprender por anticipado las respuestas sobre cómo enfrentarlos. Por eso necesitamos mejorar las políticas públicas que atañen a la mujer, para así también beneficiar nuestros niños y niñas. Como madre, también yo he tenido que aprender, solo que he contado con un esposo y una familia que me respalda, lo que ha convertido este aprendizaje en una fuente de alegrías que todavía no se agota.
Como madre, ¿cuáles consejos les da a sus hijas cuando pasan por momentos difíciles?
Les digo que cada día trae su afán, que no están solas, que somos un equipo. Que siempre, aunque ahora Luis sea Presidente y yo tenga más responsabilidades con nuestro pueblo, ellas son lo primero.
Si tuviera que contarnos algo que los ciudadanos no conocemos de usted, ¿qué sería?
Que me encanta la gente, que tengo mis ocurrencias y me gusta hacer reír a los demás; que no es necesario que me llamen primera dama, sino Raquel, porque así siento el calor humano. Que como buena Arbaje, me encantan los dulces. Que canto en la ducha. Por cierto, el otro día, cuando juraba que estaba cantando mejor que Gilberto Santa Rosa, Luis entra corriendo al baño y me pregunta que si estoy llorando. No paré de reír durante mucho tiempo.
Se describe como una ciudadana doliente. ¿Por qué?
Porque me duelen y me conduelen los males que veo a mi alrededor. Porque me siento impotente cuando no puedo tender mi mano a quien la necesita; porque sus problemas escapan a mis posibilidades de solución. Porque sentir empatía por el prójimo es compartir sus sentimientos, y porque no puedo, ni quiero, cerrar los ojos frente al sufrimiento ajeno. Pero no es “dolorismo”, sino un dolor que, al ser compartido, da lugar a la esperanza.
Háblenos de “Mi cajita de valores”, ¿cómo surge este proyecto?
Un día, en el consultorio del querido pediatra de mis hijas, Luis Alam Lora, me escuchó cantarles algo a ellas y me preguntó por la canción. Le respondí que se me había ocurrido en el momento, a lo que me dijo textualmente: “Muchacha, ponte a escribir canciones infantiles”. Un domingo cualquiera le digo a Esther, mi hija mayor, “ven, acompáñame a escribir una canción”. Así surge el proyecto. Fue un período divertido: grabar, tener contacto con la industria de la música, de la producción, ir a los medios, cantar en la televisión… Hoy, “Mi cajita de valores” está en YouTube, Spotify y otras plataformas digitales.
¿Cuáles son sus planes desde el Gabinete de la Niñez y Adolescencia para mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes del país?
El Gabinete de Niñez y Adolescencia fue creado por el presidente Luis Abinader para ocuparse, en principio, de las uniones tempranas y el embarazo en adolescentes, dos temas que son verdaderos problemas sociales, pero también dramas personales que roban vidas. El hecho de que participen varios ministerios e instituciones nos permite una visión multidisciplinaria sobre estos problemas y amplía el abanico de posibilidades de solución.
Si logramos restituir a la niñez y a la adolescencia las condiciones para que sean vividas como tales, habremos mejorado radicalmente la vida de los niños, niñas y adolescentes. De todos modos, el Gabinete no tiene limitaciones para intervenir en otros ámbitos, aunque nuestra prioridad del momento son los mencionados.
Tomando en cuenta que la mujer influye en muchos ámbitos del desarrollo, ¿considera que tener mujeres empoderadas mejoraría el futuro de las próximas generaciones?
Definitivamente. Ya no tenemos que hablar del futuro, podemos hablar del presente. Solo hay que querer mirar para darse cuenta de cómo las mujeres están impulsando el cambio en sus países y el mundo. Uno de mis compromisos es apoyar al Ministerio de la Mujer y a la ministra Mayra Jiménez en todas las iniciativas que amplíen el poder social, político y económico de las dominicanas.
¿Cómo evalúa el desarrollo que ha tenido la mujer en los últimos años?
De manera muy positiva y con mucho entusiasmo. Es un desarrollo imparable. El mundo está lleno de mujeres brillantes y nuestro país también.
¿Cómo Raquel Arbaje visualiza el futuro de la mujer dominicana?
De la misma manera en que veo su presente: con optimismo. Desde la sociedad, el Estado y el Gobierno las mujeres están rompiendo esquemas, estereotipos y prejuicios. Las políticas públicas que impulsan el presidente Abinader y la ministra Jiménez, y las que impulsarán en el futuro, amplían grandemente el poder público y privado de las mujeres. Así como lo dijo un dirigente político muy reconocido: “las mujeres sostienen la mitad del cielo, es justo que tengan la mitad de la tierra”. Estamos trabajando para que las dominicanas tengan la mitad de nuestro país.
¿Cree que es posible que en República Dominicana tengamos en algún momento una presidenta?
¿Por qué no creerlo? Las presidentas y primeras ministras son ya algo común en el mundo. Tampoco es un fenómeno nuevo, sino tan antiguo como la civilización humana. Piensa, por ejemplo, en que Hatshepsut llegó a ser faraona de Egipto mil quinientos años antes de la era cristiana. No son suficientes ni lo han tenido fácil, es cierto, pero nada impide a las mujeres ser presidentas, aquí ni en ninguna parte.
¿Cuáles problemáticas les gustaría dejar solucionadas al momento de culminar su gestión? ¿Tiene un plan para apoyar a la mujer emprendedora?
En sentido estricto, no tengo un período de gestión. Tengo funciones que mis predecesoras contribuyeron a hacer importantes y que yo aprovecharé para promover, respetando mis límites, todas y cada una de las iniciativas gubernamentales que beneficien a nuestro pueblo, por lo que la mujer emprendedora está necesariamente incluida en mi agenda. Y, desde luego, tengo proyectos propios, como los del Gabinete de Niñez y Adolescencia, que presido, y muchos otros ya en marcha, además de servir de intermediaria para la solución de las urgencias de nuestra gente.
https://eldinero.com.do/154598/raquel-arbaje-soni-la-mujer-emprendedora-esta-necesariamente-incluida-en-mi-agenda/
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