Sólo con la crisis financiera de 2003 se había registrado una caída tan pronunciada
El PIB per cápita del dominicano cayó en US$1,038.6 en 2020
República Dominicana está calificada como una economía de ingreso medio alto si se toma como referencia lo que establece el Banco Mundial, que tiene cuatro niveles por el ingreso: alto, mediano alto, mediano bajo y bajo. En términos generales, el PIB per cápita, ingreso per cápita o renta per cápita, que es lo mismo, es un indicador económico que mide la relación existente entre el nivel de renta de un país y su población en un período determinado.
En 2020, por ejemplo, el PIB pe cápita en el país cerró en US$7,544.5, lo que significa una caída neta de US$1,038.6 respecto a 2019, ya que en ese año fue de US$8,583.1. Estas cifras, por supuesto, son el resultado el impacto que tuvo la pandemia en la economía, pues la economía retrocedió un -6.7%. El PIB corriente pasó de US$88,906.1 millones a US$78,829 millones, lo que significa una caída neta de US$10,077.1 millones.
¿Cómo se mide la renta per cápita? Este indicador, uno de los más importantes para saber cómo está la riqueza y estabilidad económica de un determinado país, se obtiene al dividir el número de habitantes ante el PIB, que no es más que la suma de los bienes y servicios producidos durante un periodo determinado, generalmente un año. Según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), la población estimada para 2020 era de 10.4 millones.
Este indicador es utilizado por los organismos internacionales para saber el nivel de bienestar de los ciudadanos de un país. Puede ser afectado por la devaluación de la moneda. Por ejemplo, el año pasado el peso dominicano sufrió una devaluación superior al 9.5%, lo que se agrega a la pérdida o caída que experimentó el PIB en términos reales.
De acuerdo con el sitio economipidia.com, es cierto que normalmente existe una relación directa entre el nivel de renta y la sanidad, la educación y el desarrollo. Sin embargo, señala, no siempre la renta per cápita es capaz de mostrar de manera absoluta y veraz el auténtico nivel de vida de un ciudadano en un país determinado.
En ese sentido, explica que a menudo se dice que esta magnitud no expresa bien la realidad en situaciones de desigualdad o descontento social, especialmente en situaciones en las que la economía de un país crece, pero esta mejora macroeconómica no siempre se refleja en la calidad de vida del ciudadano ni en su poder adquisitivo.
Por efectos de la crisis financiera de 2003, el ingreso per cápita también cayó, al pasar de US$2,987 a US$2,383.7, es decir, una caída neta de US$603.3, para un 20.2%. En 2009, por el cambio de metodología, el PIP per cápita volvió a experimentar una ligera reducción al pasar de US$5,195.5 a US$5,150.5. Luego de ese año, la renta per cápita siguió un ritmo de crecimiento continuo que sólo se vio afectada por la parálisis provocada por la pandemia del covid-19.
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