En Venezuela se juega el futuro y la dignidad de toda América Latina
Publicado: 12 feb 2019 18:35 GMT
¡Fuera Maduro! ¡Es un dictador! ¡Tenemos que salvar a los venezolanos! Espérate un momentito. Revisemos primero los hechos y, después, tomemos posición.
Te ofrezco algunos datos para reflexionar sobre el escabroso tema de Venezuela. Primero, Nicolás Maduro fue legítimamente reelecto presidente de la República por un segundo periodo de cinco años en las elecciones del pasado 20 de mayo de 2018. Recibió más de 6 millones de votos, el 67 % de la votación, aplastando a su rival más cercano, Henri Falcón, por más del 40 %.
Segundo, el sistema electoral venezolano es uno de los más seguros del mundo. La votación es electrónica, los electores son identificados por sus huellas dactilares y el sistema es plenamente auditable. Se utilizó exactamente el mismo sistema en las elecciones presidenciales de 2018 que se había utilizado en 2015 para la elección de la Asamblea Nacional, donde resultó electo Juan Guaidó como diputado.
Tercero, la Asamblea Nacional se encuentra en plena rebelión en contra del sistema constitucional de Venezuela. En 2015, ignoró la orden del Tribunal Superior de Justicia de cancelar el nombramiento de tres parlamentarios que habían cometido fraude electoral. Y, ahora, Guaidó se autoproclama "presidente encargado" sin absolutamente ninguna base constitucional. La "falta absoluta" del presidente Maduro que, supuestamente, le daría derecho a ocupar el poder ejecutivo durante 30 días jamás ocurrió.
Cuarto, la oposición en Venezuela dista mucho de ser 'democrática'. Boicotean elecciones, llaman a la violencia, recurren al racismo y el clasismo y piden la intervención extranjera. Guaidó, en particular, siempre ha estado muy cercano a los proyectos de desestabilización del Gobierno de los Estados Unidos.
Quinto, la mayoría de los gobiernos del mundo no respaldan a Guaidó. Su apoyo se limita a los EE.UU., los viejos poderes coloniales europeos y los gobiernos de derecha de América Latina. La ONU, México, Uruguay y muchos otros países piden una salida pacífica y negociada a la crisis.
Sexto, el único interés de quienes impulsan a Guaidó es el petróleo. Venezuela tiene las reservas más grandes del mundo, más de 300.000 millones de barriles, aún más que Arabia Saudita. A John Bolton, a Donald Trump, a Pedro Sánchez, a Theresa May y a Elliott Abrams no les importa la democracia y mucho menos el bienestar de los venezolanos sino, simplemente, imponer a un nuevo líder cercano a sus intereses.
Séptimo, los logros de la Revolución bolivariana son espectaculares. Se redujo la pobreza a la mitad, se duplicaron la cantidad de centros de salud, se construyeron millones de viviendas de interés social, se crearon 42 nuevas universidades y se eliminó el analfabetismo.
Octavo, la crisis económica hoy en Venezuela se debe al cerco económico, financiero y diplomático impuesto por Washington, en coordinación con los oligarcas nacionales y los intereses financieros internacionales.
No es Maduro, sino quienes lo quieren derrocar, quienes estrangulan de hambre al pueblo venezolano. En Venezuela se juega el futuro y la dignidad de toda América Latina. ¿Permitiremos que se imponga un dictador títere desde Washington en Caracas o defenderemos la soberanía popular y la soberanía nacional de los pueblos del sur?
Si permitimos que hoy caiga la democracia venezolana, después vendrán por los demás.
Si permitimos que hoy caiga la democracia venezolana, después vendrán por los demás.
https://actualidad.rt.com/opinion/john-ackerman/305335-venezuela-juega-futuro-dignidad-america-latina
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