Agendas en la parte trasera de la marcha verde (I)
MARCHA VERDE17 AGO 2017
SANTO DOMINGO (R.Dominicana).- Es exagerada la atribución de importancia y del grado de significación de los efectos políticos del autodenominado movimiento de la marcha verde que hacen algunos de sus protagonistas, quienes --desde el deseo, el candor o el delirio-- apuestan a que ésta es la oportunidad soñada para derrotar políticamente al PLD. En el contexto y el devenir del sistema político dominicano en las últimas décadas, tal sesgo en la valoración acerca de dicho movimiento, por parte de sus integrantes, es “natural” y tiene explicaciones cuyo despliegue ahorramos por el momento.
De igual modo, la pretensión más extrema contra dicho movimiento, de que se trata de un conglomerado de “intenciones conspirativas o sediciosas”, no es de extrañar cuando se analiza a los emisores de tales valoraciones, generalmente personas que han ejercido o ejercen variadas formas de cohabitación, dependencia o beneficios derivados de su conexión a espacios de poder del estado.
El movimiento de la marcha verde es una realidad política que no va a desaparecer porque algunos queramos que se difumine ni va a transformarse en una excepcional palanca de cambios porque otros sintamos que “ahora sí”, que llegó el momento o que escuchamos ¡por fin! el toque de rebato para las acometidas finales o iniciales de eso que desde hace tiempo esperábamos.
Pues no. Ni es algo insignificante ni es una trama demoníaca, ni la clarinada para el Armagedón. La realidad suele ser más ordinaria y gris. El devenir de variados movimientos sociales que han acontecido en diversos países en los últimos diez años nos alerta acerca de posibles alternativas en cuanto a lo que podría suceder con la marcha verde, comprendiendo lo que ha sido en esas experiencias de referencia y contrastando con lo que somos y hemos sido como sociedad, los actores involucrados en nuestro sistema político y las coyunturas económicas que aparecen en el horizonte dominicano, sin descontar que eventos imprevistos puedan acentuar en una u otra dirección.
Al examen y contraste de los movimientos surgidos de las “redes de indignación y esperanzas” tendremos que dedicarle algún esfuerzo. Pero para que un ejercicio de esa naturaleza no aburra o abrume, lo conveniente es situar cualquier reflexión en el contexto concreto de la marcha verde, de modo que se mantenga en el foco de interés.
Iniciemos por la agenda y las agendas de la marcha verde. La agenda explícita es el fin de la impunidad, la sanción de la corrupción en la gestión del Estado y la recuperación de los bienes sustraídos al erario. No hay mucho que explicar ahí en tanto discurso, aparentemente; luego veremos que sí lo hay. Y lo veremos mejor, así como las variadas fuerzas de cohesión que expresan los intereses, la pervivencia y los límites de existencia de dicho movimiento, cuando distingamos las agendas subrepticias o las de “la parte trasera”, los propósitos que siendo distintos, convergen y dan fuerza, generan atracción y también tensiones y conflictos a su interior, de la misma manera que explican variaciones en las formas, a veces desaforadas o improcedentes, que se han expresado a través de los manifiestos y vocerías.
- Enumeremos las principales consignas de los traspatios de la marcha verde, teniendo claro que hay matices entre los actores que las sostienen (que intentaremos distinguir en su momento) y que hay vasos comunicantes entre los que apuestan a una u otra: 1) !Fuera el PLD!; 2) Danilo (y todo su gobierno) debe renunciar y ser procesado por la vía penal; 3) Impulsemos un nuevo poder constituyente, refundemos la república; 4) Estamos (queremos estar) en una crisis de gobernabilidad; 5) Construyamos un poder popular (u otra cosa parecida) que origine una nueva institucionalidad.
Esas agendas o consignas de traspatio coexisten en el interior de la marcha verde y se agregan a varias apreciaciones (a veces contrapuestas) sobre las “tácticas” en el desarrollo de la agenda explícita o principal y unas pocas sobre las estrategias que podrían contribuir al logro de los objetivos explícitos de la marcha verde.
En el siguiente artículo se intentará identificar a los principales sustentadores de cada variante, buscando desentrañar sus apuestas y claves “ideológicas” si es que, en algunos casos, se puede llamar así a un batiburrillo intoxicante de imprecisiones y superficialidades que alimenta delirios y exaltaciones.
Con esta provocación, es de esperar que se mantenga cierto nivel de interés para leer la próxima entrega.
http://www.7dias.com.do/portada/2017/08/17/i232964_agendas-parte-trasera-marcha-verde.html#.WZboyCjyjIU
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