No es cosa de juego
ADRIANO MIGUEL TEJADA
Hay gente que está cogiendo de relajo el caso de Odebrecht. Dicen que, como de costumbre, aquí nada va a pasar, y que será otra burla más al pueblo dominicano.
Yo pienso todo lo contrario.
Creo que el caso tendrá consecuencias extraordinarias, aunque haya una burla a la justicia.
De entrada, por primera vez, un caso de corrupción no depende de las autoridades locales. Las informaciones no sólo vienen de fuera, sino que son, al menos, del interés de uno de los gobiernos involucrados.
En segundo lugar, la decisión del caso puede constituir un terremoto político.
Si la decisión constituye una burla al pueblo, hay candidaturas que se irán por la borda, legados que se perderán en una bruma de estiércol y partidos que pueden ver amenazada su permanencia en el poder con todo lo que ello implica, pues dejarían la conducción del Estado en un clima de crispación social que podría llevarse más de una cabeza.
En tercer lugar, hay muchas reputaciones en juego y carreras políticas y empresariales que corren el riesgo de desaparecer en el abismo del descrédito.
Los que piensan que las cosas seguirán igual no parecen darse cuenta del cambio, gracias a Dios perceptible, que se ha operado en la mentalidad del dominicano. Aun los que reciben beneficios estatales están hastiados de un clima que los mantiene en la miseria perpetua, a despecho de lo que digan los números oficiales.
En este país hoy, se podrán ganar elecciones con los muy pobres, pero no se puede gobernar sin la clase media, y el partido o el político que no entienda eso tiene poco futuro.
Algo va a pasar y mejor que sea grande.
http://www.diariolibre.com/opinion/am/no-es-cosa-de-juego-CE6457774
atejada@diariolibre.com
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