viernes, 28 de agosto de 2015

El asesinato de Franchesca | por Orlando Jorge Mera

Por Orlando Jorge Mera 
orlandojorgemera@yahoo.com Publicado el 27 de agosto del 2015 

Orlando Jorge Mera
El trágico asesinato de la joven Franchesca Lugo Miranda causó doble indignación. Sumado al hecho de conocerse otro episodio consecuencia de la ola de delincuencia que azota al país, el escenario se vio agravado por la participación poco sorpresiva de agentes de la Policía y de un exmilitar, la muestra más clara del retroceso institucional que vive la República Dominicana.
Es bien sabido el fracaso del PLD ante la inseguridad y la delincuencia. Su práctica de corrupción en todos los niveles, ha permitido un deterioro progresivo de las instituciones, socavando la honestidad, la transparencia y la ética, reemplazando dichos pilares por el oportunismo y la complicidad entre el crimen organizado y aquellas autoridades que han sido designadas para perseguir y derrotar ese flagelo.
La sociedad dominicana está consciente del nivel de inseguridad en el que han sumido al país en la última década, apenas maquillada por planes fallidos, falsas promesas y medidas reactivas cuyos resultados, lejos de las optimistas cifras oficiales, no han mermado el impulso hasta ahora imparable de la delincuencia. A esto se suma, la degradación del funcionamiento interno de instituciones sensibles para el orden y la seguridad como la Policía Nacional.
Los resultados del más reciente Barómetro de las Américas desnuda al actual gobierno. En dicho estudio, se señala que un 36.1% de los dominicanos han sido víctimas de la delincuencia de hogar. De ahí que un tercio de los encuestados considere la inseguridad ciudadana como el problema más grave del país, reforzando la percepción de inseguridad que llega al 55.9% Si se habla de la Policía Nacional, los últimos hechos delictivos refuerzan la escasa confianza que la población le tiene a esa institución. En 2014, la PN obtuvo 35,6 puntos, en una escala de 100, saldo solo superado por dos países de la región, Guyana y Venezuela, precisamente este último considerado uno de los países más violentos y corruptos del continente.
Se hace urgente e imprescindible una profunda reforma policial que dignifique y eleve la altura ética de los uniformados encargados del orden y la seguridad ciudadana. Para eso necesitamos voluntad política que permita aprobar una reforma integral, promover una cultura de transparencia y respeto institucional, y despojar al país de las cadenas de la violencia y la delincuencia. Con las mismas personas que han tenido 11 años para provocar este cambio, los resultados serán los mismos. Por ello, en mayo de 2016 debemos escribir una nueva historia. http://elnacional.com.do/el-asesinato-de-franchesca/

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