lunes, 16 de febrero de 2015

La Omertá peledeísta - Por Yris Ledesma


Por Yris Ledesma
La Omertá peledeísta
La Omertá o ley del silencio es un código de honor de la mafia siciliana, que impide dar cualquier información sobre las actividades de la organización o personas de la misma a terceros. La violación de este código se castiga con la muerte. Veamos cómo encaja el término en la situación política dominicana.
No hay que saber de números, ni ser un ilustrado en economía, mucho menos un politólogo o experto en administración pública; solo basta con ser dominicano y tener sentido común para evaluar y discernir sobre la situación del Estado a consecuencia de las brumosas e inexplicables transacciones ilícitas de los que han ostentado posiciones de envergadura en los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana.
Haciendo un tímido y simple recuento, sin entrar en detalles, pues ya los entendidos se han encargado de esto, nos remontamos a unos cuantos años atrás y vemos como paso a paso, las entrañas del pueblo, la paciencia y la dignidad de millones de dominicanos han sido burladas y afrentadas por individuos inescrupulosos que han tenido como norte y fin lucrarse a base de engatusar, timar, robar y embaucar a una nación que los premió dándoles un voto de confianza para que llegaran a la Administración Pública, de manera constitucional mediante unas elecciones.
Estos miembros del gobierno hacen tratos espeluznantes desde las instituciones del Estado, como si se tratase de acuerdos de la mafia siciliana, manejándose como Don Raymonde Aprile y siguiendo al pie de la letra el Código de honor siciliano que prohíbe informar sobre los delitos que incumben a las personas implicadas, como lo describe Mario Puzo en su brillante obra Omertá. Imperdonable afrenta, guardar silencio en tantas ocasiones y a tan graves denuncias.
Estos encantadores políticos nunca anticiparon que podrían ser descubiertos, peor aún, la moral nunca a sido su carta de presentación. Los grandes casos de corrupción contra el Estado, orquestados durante los últimos 15 años dentro del monopolio peledeísta, han quedado impunes, y siempre ha primado la complicidad y el silencio.
Para quienes tienen tendencia a olvidar, vale recordar algunos de los más de 70 casos graves de corrupción cometidos por Leonel Fernández y sus ministros: Sun Land, Arturo del Tiempo, Félix Bautista, PEME, Autoridad Aeroportuaria Fernández Zucco, alcalde Félix Rodríguez Grullón, Víctor Díaz Rua, Figueroa Agosto, Banco Peravia.... y la más reciente denuncia del ex capitán del Ejército Quirino Ernesto Paulino Castillo, que entregó 200 millones de pesos del narcotráfico para solventar la campaña del PLD en manos de Leonel Fernández, los aportes financieros que ese delincuente hizo a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) del ex presidente Fernández.
Aún así la respuesta a la sociedad y al país es el silencio, combinado con algunas frases externas que se extienden mas allá de la locura.
Estamos hablando de nada más y nada menos que de un ex-presidente de la República y presidente del partido del gobierno, de su Secretario de Organización, y de una interminable lista de ministros insaciables. Mas inexplicable es el eterno y pendejo silencio de Danilo Medina, el Presidente inerte de la República, un cómplice más, por no tener ni los cojones ni los argumentos para enfrentar con firmeza la corrupción que su propio partido patrocina y proteger a una nación que juró defender.
El repudio de un pueblo posee una fuerza devastadora para aquellos que osen usurpar su nobleza y burlar su inteligencia, y hemos visto a lo largo del tiempo y alrededor del mundo como se cobra la osadía del abuso, y cómo la falta de democracia enciende la mecha de la desesperación. Tenemos fuertes y grandes ejemplos en los últimos años: las condenas a muerte y ejecución la semana pasada del Ministro de Minería de China, Liu Han, junto otros cuatro funcionarios. Los Indignados en España, la caída de Ben Ali, presidente de Túnez. Hosni Mubarak en Egipto cayó por la presión impuesta por su propio pueblo ya harto del régimen, luego le toca el turno al funesto Muamar al-Gadafi, en Libia ,por implantar un régimen personal desafiante a las libertades y derechos humanos.. Y así, podríamos llenar páginas con nombres de protagonistas que se embarcan y aventuran a la autocracia absolutista, no sabiendo que el final, el costo a pagar es despiadado.
El rechazo y la indignación que ha provocado este nefasto gobierno peledeísta durante estos desgraciados casi 15 años de corrupción ininterrumpida, conducirá a que el pueblo dominicano formalice su repudio de manera constitucional en las elecciones del 15 de mayo del 2016. Dios nos libre ya de una buena vez de este continuismo. Nuestro país necesita desintoxicarse de la peste morada, y de esos que se burlan y actúan con deslealtad y traición a su pueblo, EL COSTO POLITICO para esos es y será EL REPUDIO DEL PUEBLO.
Nuestra amadísima República Dominicana está atravesando en este preciso momento, por un estado de enardecimiento social por inacción de la justicia y la inercia de los responsables a dar respuestas contundentes sobre estos más de 70 casos graves de corrupción cometidos por Leonel Fernández y sus ministros. Hay gran expectativa de un cambio de gobierno, a sustentarse y fraguarse sobre los pilares de la democracia participativa y el apego al respeto del Estado. Es absolutamente nuestro, el hacer cumplir, de manera civil y ordenada, el derecho a la instauración de un nuevo gobierno, para lo cual exigimos las reformas a la Junta Central Electoral que garantice un arbitraje justo y confiable en las venideras elecciones.
No hay fórmulas mágicas, ni encantadores de serpientes que puedan doblegar o torcer el coraje y la determinación de la voluntad de los dominicanos para un cambio.
Yris Ledesma es Coordinadora de Redes en Ultramar del Proyecto Luis Abinader Presidente 2016.

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