La crisis venezolana de 1902-03 y sus ecos actuales
La historia de Cipriano Castro enfrentando cañoneras europeas y la respuesta de Roosevelt no es un episodio aislado, sino el inicio de un patrón que aún condiciona la política hemisférica. Cada vez que Venezuela entra en crisis, Estados Unidos redefine su rol en la región. En 1903, el miedo a Alemania dio pie al Corolario Roosevelt y a la era de intervenciones. Hoy, la rivalidad con China y la presión migratoria reactivan la lógica de supremacía, con sanciones y bloqueos que recuerdan la vieja diplomacia de cañoneras.
Lo inquietante es que Venezuela se convierte una y otra vez en escenario de disputas globales, donde la soberanía nacional se mide frente a intereses externos. Para América Latina, la lección es persistente: mientras no se construya un proyecto regional sólido, cada crisis será aprovechada por las potencias para reafirmar su hegemonía. La defensa de la soberanía no puede limitarse a discursos, debe traducirse en instituciones fuertes y en una integración que impida que el destino del continente se decida en Washington, Berlín o Pekín.
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