El Caribe es noticia y no precisamente por el tipo de noticias que convienen. Venezuela, Haití y Cuba atraviesan difíciles coyunturas que dan a la región una inestabilidad preocupante.
Las crisis económicas, muy profundas, de las tres naciones están agravadas por prolongadas (por no decir enquistadas) crisis políticas de difícil resolución y en las que ha tratado de intervenir de diferentes maneras la comunidad internacional sin éxito. Ni en Haití, ni en Cuba ni en Venezuela las misiones diplomáticas de mediación han triunfado.
En este contexto la política exterior y relaciones diplomáticas de República Dominicana cobran más importancia que nunca. Es el país estable, con economía en crecimiento y democracia asentada. Toca ahora al Ministerio de Relaciones Exteriores hilar fino.
La comunidad internacional deberá escuchar con más atención que nunca la posición, las propuestas y las necesidades de República Dominicana. Una crisis motivada por conflictos ajenos sería lo peor para la región.
Un gran reto para el Gobierno, que contará con el apoyo de toda la sociedad.
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