La Vida martes, 09 de febrero de 2021 |
Escolaridad: Un plan de rutinas puede ayudar a bajar la ansiedad
LISTÍN DIARIO visitó la casa de Henry, un jovencito de 14 años que, como otros estudiantes, no está cursando este año escolar por culpa del Covid-19. Su papá dio el permiso para que él cuente su experiencia sobre lo que significa estar fuera de las aulas, presencial y virtual.
Se le hizo difícil hablar. Las lágrimas se encargaban de responder la situación por la que está pasando. “No es fácil”. Pudo decir entre sollozos. Su papá trató de ayudarle con el relato. “Ha sido un trago amargo el que he tenido que tomar junto a él. No inscribirlo en la escuela por entender que yo no podía ayudarle con este nuevo modelo de estudio, me ha pesado. Desde el mes de noviembre estoy llevándolo a un especialista para ver cómo supera esta prueba”.
Al decir esto a él también se le aguan los ojos. En este momento, es el adolescente quien lo “auxilia”. “Papi habló conmigo y me explicó, y yo le dije que sí, pero no sabía…”. Hace una pausa. Luego completa la frase: “No sabía que iba a ser tan difícil”. Se tapa la cara mirando hacia el piso, y decide ausentarse por unos minutos.
En lo que se espera que regrese Henry, su padre aprovecha para hablar sobre la conducta asumida por su hijo. “Lo primero es que él nunca ha sido aplicado por un asunto que me reservo. Pero sí puedo decirles que, esto ha sido una gran prueba. La pandemia nos ha hecho mucho daño. Ese niño, porque para mí es un niño, no hablaba ni duro, y ahora hace rabietas, pelea por todo, llora mucho, duerme poco, no quiere despegarse de los aparatos electrónicos, y de verdad, le dan unos ataques de ansiedad que no quieran ustedes ver eso”. Se pone triste y fue necesario guardar silencio y darle su espacio.
Cuando vuelve Henry, unos 10 minutos después y ya con una ropa más cómoda (bermuda azul y camiseta gris), retoma el tema para ya para concluir. “En realidad, yo me siento muy mal. El doctor me está ayudando, pero ha sido difícil y más que no está mi mamá en la casa con nosotros. Gracias por venir”. No habló más, pero con su historia deja claro que como él hay otros estudiantes a los que la pandemia les ha causado ansiedad, frustración, desánimo, tristeza y una gran baja en el rendimiento académico.
El caso de Henry en el consultorio
El doctor Aníbal Rodríguez, experto en psiquiatría infanto-juvenil, también tiene el permiso del padre de Henry para abordar su caso. Cuando recibió la llamada desde este medio, de inmediato se puso a la disposición de responder a las interrogantes. Con un acento que dejó claro que es venezolano, comenzó diciendo: “Te puedo decir que este adolescente es el rostro, es el ejemplo, que representa a una población amplia de escolares que está padeciendo problemas de ansiedad, de turbación, de bajo rendimiento escolar y de muchos otros trastornos emocionales y mentales. El Covid, sin temor a equivocarme, dejará un saldo elevado de niños, niñas y jóvenes con secuelas por este tipo de situación”, lamenta.
Él cuida a sus pacientes. De hecho, prefirió tratar el tema de manera generalizada, por entender que como Henry, hay un Carlos, un Manuel, una Patricia, una Cristina… y muchos otros nombres de menores de edad a los que esta pandemia les ha trastornado la vida. “La ansiedad es como una ‘alumna’ indeseada entre ellos, sobre todo, entre los estudiantes. De ahí que, ha aumentado la consulta por este concepto”, explica Rodríguez.
Ante la insistente pregunta sobre lo que sucede con menores que están perdiendo este año escolar, tuvo que tomar de nuevo el ejemplo de Henry. “Te puedo decir que, aunque los padres tengan sus razones, las cuales respeto, no estoy de acuerdo con esa decisión. Es doble el daño, pues, aunque sea de manera virtual, tienen contacto con sus amigos, y un motivo para distraerse. De verdad que los exhorto a inscribirlo este año, para tratar de sanar un poco la situación que esto crea”.
Entiende, y lo enfatiza, que nadie tiene derecho a negarle la educación a niños y las niñas. Esa es una situación que empeora los riesgos que tienen los menores de sufrir ansiedad y otros trastornos provocados por la pandemia.
Casos y testimonios
María José tiene siete años, y también se ha visto afectada por la nueva modalidad de estudios que tiene, y por el trastorno que ha tenido su día a día.
A casi un año de la pandemia, ella todavía no entiende por qué no puede ir a su colegio y juntarse con sus compañeros como lo hacía antes. Esto le ha generado un comportamiento que su madre confiesa, no sabe a veces cómo manejar. De ser una niña obediente y tranquila ha pasado a ser rebelde y a tener una conducta que dista mucho de la mostrada por la niña antes de la pandemia. Se pone ansiosa, rabiosa e intranquila con mucha facilidad.
Luis Alfredo es otro niño que, con 10 años de edad, está sintiendo en cuerpo y alma los efectos negativos de la pandemia. Le ha dado insomnio, ansiedad, bajo rendimiento académico, tiende a aislarse y, “hay días que no hay quién le hable. Del niño feliz y divertido que era no queda mucho”, cuenta su madre.
Búsqueda de soluciones
Olga María Renville, psicóloga y experta en Filosofía Mental aborda estos dos casos. “Definitivamente, esa angustia, esa ansiedad, ese problema de concentración que experimentan niños, niñas, adolescentes y jóvenes es producto de este tiempo prolongado de un cambio brusco que lo ha trastornado todo”.
Tras dar esta explicación, la especialista recomienda a los padres y tutores que busquen la forma de crear rutinas diarias que ayuden a apaciguar estos efectos negativos que tanto daño que están causando a los menores.
Es un secreto a voces la alta incidencia de casos de esta índole en los consultores de psicología, dice Renville. “Sin embargo, de nada vale acudir en búsqueda de esta oportuna ayuda, si no damos seguimiento a las directrices. Aunque es mucho el trabajo que ha caído sobre los padres, es importante que entendamos que debemos seguir ayudando a nuestros niños. Apoyarlos para que salgan de este proceso y evitar que queden secuelas que les afecten en su adultez”, sostiene.
Para ayudarlos con los trastornos de ansiedad, es necesario que fortalecer los vínculos entre padres, maestros y alumnos. Se les debe explicar que no solo son ellos los que están pasando por un momento difícil, sino toda la humanidad. Son vitales los mensajes de comprensión que les den seguridad, y más que todo, no dejar de hablar con ellos, hacerlo sin reclamos, sin incomodidades. No hostigarles con las calificaciones de la escuela ayudará a bajar su ansiedad, recomienda la especialista.
Al referirse a los que no están cursando el año, la experta en Filosofía Mental resalta que ayudará bastante el diseño de un plan de rutinas que los mantengan con la mente ocupada. Asignarle tareas de la casa, según la edad y, en este aspecto, negociar siempre con ellos para que no se sienta como imposición. “Ser optimista y transmitirles ese sentir a nuestros niños y nuestras niñas, ayudará bastante a abandonar esos trastornos de ansiedad y angustia”. Puntualiza. https://listindiario.com/la-vida/2021/02/09/656149/escolaridad-un-plan-de-rutinas-puede-ayudar-a-bajar-la-ansiedad
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