lunes, 10 de diciembre de 2018

Una valiente lucha por los derechos de las mujeres hace frente a políticas opresivas y sexistas | #DíaDeLosDerechosHumanos #HumanRightsDay

Una valiente lucha por los derechos de las mujeres hace frente a políticas opresivas y sexistas


  • Amnistía Internacional publica un resumen de la situación de los derechos humanos en 2018
  • En España, las mujeres víctimas de violencia sexual se enfrentan a un laberinto de desinformación y desprotección
Londres/ Madrid.- Mujeres activistas de todo el mundo han estado en la vanguardia de la batalla por los derechos humanos en 2018; así lo ha manifestado Amnistía Internacional en la presentación de su resumen de la situación los derechos humanos a lo largo del año.
Además, la organización de derechos humanos ha advertido de que los actos de esos dirigentes mundiales “de mano dura” que están impulsando políticas misóginas, xenófobas y homófobas han vuelto a poner en peligro derechos y libertades reconocidos hace mucho tiempo.
En 2018 hemos visto a muchos de estos líderes que se autocalifican de “duros” tratando de menoscabar el principio mismo de la igualdad, que es la piedra angular del derecho de los derechos humanos. Piensan que sus políticas los hacen duros, pero son poco más que tácticas intimidatorias dirigidas a demonizar y perseguir a comunidades ya marginadas y vulnerables”, ha declarado Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.
“Sin embargo, las mujeres activistas son las que este año han ofrecido la visión más potente de cómo combatir a estos dirigentes represivos.”
Las conclusiones se publican en Derechos Hoy, un importante resumen que analiza la situación de los derechos humanos en siete regiones del mundo: África, las Américas, Asia Oriental, Europa y Asia Central, Oriente Medio y el Norte de África, Asia Meridional y el Sureste Asiático. Su presentación conmemora el 70 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la primera carta de derechos fundamentales de alcance global, adoptada en 1948 por los gobiernos del mundo.
2018: El levantamiento de las mujeres
No debe subestimarse el poder incipiente de la voz de las mujeres; así se afirma en el resumen. Aunque los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres ya estuvieran consolidados, las mujeres activistas han dominado los principales titulares relacionados con derechos humanos en 2018. Grupos liderados por mujeres, como el movimiento latinoamericano “Ni una menos”, han impulsado movimientos multitudinarios sobre asuntos relacionados con los derechos de las mujeres en una escala sin precedentes.
En India y Sudáfrica, miles de mujeres tomaron las calles para protestar contra la violencia sexual endémica. En Arabia Saudí e Irán, respectivamente, mujeres activistas se arriesgaron a ser detenidas por oponerse a la prohibición de conducir vehículos y al uso obligatorio del hiyab. En Argentina, Irlanda y Polonia, muchísimas mujeres se manifestaron para exigir el fin de la opresiva legislación sobre el aborto. En Estados Unidos, Europa y partes de Asia, millones se sumaron a la segunda marcha de mujeres convocada por el movimiento #MeToo / #YoTambién para reclamar el fin de la misoginia y los abusos.
No obstante, el informe señala que no podemos celebrar el “tremendo auge del activismo de las mujeres” sin abordar lo que ha impulsado a tantas a movilizarse para reivindicar un cambio.
“Los derechos de las mujeres son sistemáticamente colocados en un segundo plano con respecto a otros derechos y libertades por unos gobiernos que piensan que pueden limitarse a apoyarlos de palabra y, en la práctica, hacer muy poco para proteger los derechos de la mitad de la población”, ha afirmado Kumi Naidoo.

“Peor aún, muchos de los actuales dirigentes mundiales han lanzado nuevos ataques contra los derechos de las mujeres con sus discursos misóginos y divisivos. Estos dirigentes pretenden argumentar que están protegiendo los valores tradicionales que representan los intereses de la familia, pero lo cierto es que están impulsando una agenda que niega la igualdad fundamental de las mujeres”.
Derechos Hoy señala un conjunto creciente de políticas y leyes destinadas a subyugar y controlar a las mujeres, sobre todo en materia de salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, legisladores polacos y guatemaltecos han propugnado el endurecimiento de las leyes sobre el aborto, mientras que, en Estados Unidos, los recortes de los fondos destinados a clínicas de planificación familiar han puesto en peligro la salud de millones de mujeres.

Mujeres activistas han arriesgado su vida y su libertad para poner el foco sobre injusticias relacionadas con derechos humanos. Como Ahed Tamimi, activista palestina adolescente a quien encarcelaron injustamente por atreverse a alzar la voz en defensa de su pueblo; Loujain al Hathloul, Iman al Nafjan y Aziza al Yousef, tres activistas actualmente en detención en Arabia Saudí por hacer campaña en favor de los derechos de las mujeres; y Marielle Franco, brutalmente asesinada en Brasil este mismo año por luchar sin miedo en defensa de los derechos humanos.

2019: Un año decisivo para dar un giro a los derechos de las mujeres
Kumi Naidoo ha señalado que el aniversario de la declaración internacional de derechos fundamentales de las mujeres en 2019 —la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer— será un hito importante que el mundo no puede permitirse ignorar.
La Convención, que el año que viene cumplirá 40 años, ha sido ampliamente adoptada. Sin embargo, muchos gobiernos la han adoptado con la condición de poder rechazar importantes disposiciones destinadas a garantizar libertades de las mujeres, como la de promover una política nacional dirigida a eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres en la ley y en la práctica, y la de comprometerse a erradicar la discriminación de las mujeres en el matrimonio y las relaciones familiares.
Amnistía Internacional ha instado a los gobiernos a tomar medidas que garanticen el respeto de los derechos de las mujeres, que incluirían no sólo comprometerse con las normas internacionales, sino también reformar las leyes nacionales lesivas y adoptar medidas proactivas para empoderar a las mujeres y proteger sus derechos.
“El hecho de que tantos países hayan aceptado sólo parcialmente la declaración internacional de derechos fundamentales de las mujeres es la demostración de que muchos gobiernos creen que proteger los derechos de las mujeres no es más que una operación cosmética para hacerles parecer buenos, y no un asunto urgente que deben abordar con carácter prioritario”, ha dicho Kumi Naidoo.
“En todo el mundo, las mujeres, por término medio, ganan mucho menos que los hombres en los mismos puestos, tienen un grado de estabilidad laboral muy inferior, encuentran impedimentos para acceder a la representación política por parte de quienes ejercen el poder y se enfrentan a una violencia sexual endémica que los gobiernos siguen pasando por alto. Debemos preguntarnos la razón de que esto ocurra. Si viviéramos en un mundo en el que las víctimas de esta clase de persecución fueran los hombres, ¿se permitiría que continuara esta injusticia?
“Debo reconocer que Amnistía Internacional puede y debe hacer más en relación con los derechos de las mujeres. Cuando estamos a punto de entrar en 2019, pienso que ahora más que nunca debemos mantenernos firmes al lado de los movimientos de mujeres, amplificar sus voces en toda su diversidad y luchar por el reconocimiento de todos nuestros derechos.”
España: un año de lucha contra la violencia sexual
En España, el caso de La Manada, en el que cinco hombres acusados de la violación en grupo de una mujer en Sanfermines fueran declarados culpables de abuso sexual (en lugar de agresión, que conlleva mayor respuesta punitiva), al considerar que no hubo violencia ni intimidación, sacó a las calles a miles de mujeres para exigir justicia, y provocó un debate en el gobierno para cambiar la legislación. Amnistía Internacional pide que esa reforma legislativa se centre en la protección de la autonomía y el consentimiento de las mujeres, tal y como establece el Convenio de Estambul.
La organización ha publicado un reciente informe en el que denuncia cómo las mujeres víctimas de violencia sexual se enfrentan a un laberinto de desinformación y desprotección, así como a un recorrido lleno de obstáculos y prejuicios tras el que la mayoría, de haberlo sabido, asegura que no volvería a denunciar.
A pesar de que las últimas cifras sobre denuncias indican que éstas se han incrementado en 2018 un 30% y del reciente informe del Ministerio de Interior sobre 2017, que habla de un 29,8% más de agresiones desde 2012, lo cierto es que estos datos no revelan la magnitud real del problema de violencia sexual, que sigue invisibilizado en España, tal y como indica la organización.
Además, Amnistía Internacional lamenta que desde el momento en que una mujer sufre una violación o cualquier otra forma de violencia sexual, independientemente de si decide o no denunciar, se enfrenta a la falta de protocolos claros de actuación y a la ausencia de formación específica de los profesionales que las atienden (policía, personal médico, forense y judicial). Como consecuencia, los estereotipos y prejuicios que ponen en duda los testimonios de las víctimas minimizan la gravedad de las violaciones que sufren, e incluso las responsabilizan de las mismas, provocando una mayor indefensión en las mujeres y generando procesos judiciales traumáticos para las víctimas.
“Miles de mujeres en España han salido a las calles este año para decir basta, hartas de ver como las víctimas de violencia sexual son cuestionadas y culpabilizadas. No podemos seguir permitiendo que el Estado siga desprotegiéndolas y dejándolas indefensas”, asegura Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. En ese sentido, la organización manifiesta que recibir una atención adecuada puede resultar una lotería según el lugar en el que viven las víctimas.
Ninguna de las comunidades autónomas cuenta con “centros de crisis" (Rape Crisis Center), es decir, espacios con personal multidisciplinar con una verdadera especialización en violencia sexual, disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana, los 365 días del año, tal y como establece el Consejo de Europa. Y nueve de ellas (Aragón, Baleares, Canarias, Extremadura, Euskadi, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra, además de Ceuta y Melilla) carecen hasta de centros de atención especializados para víctimas de violencia sexual.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Derechos Hoy ofrece una perspectiva general de los derechos humanos en las principales regiones del mundo en 2018, entre ellas:
ÁFRICA
A pesar de algunos avances en el año, muchos gobiernos del África subsahariana continuaron reprimiendo brutalmente la disidencia y restringiendo el espacio donde la gente pudiera defender los derechos humanos. De Níger a Sierra Leona y de Uganda a Zambia, los gobiernos usaron tácticas represivas para silenciar a defensores y defensoras de los derechos humanos, medios de comunicación, manifestantes y otras voces disidentes. Pero hubo señales de esperanza, por ejemplo en Etiopía y Angola, gracias, entre otras cosas, al cambio de liderazgo. Y la mejor noticia de todas: el extraordinario valor demostrado por personas corrientes de todo el continente africano, incluidas las valientes defensoras de los derechos humanos que han dado ejemplo de resistencia frente a la represión.
AMÉRICAS
En las Américas presenciamos un entorno regresivo para los derechos humanos en 2018, con un alarmante aumento de los asesinatos de defensores y defensoras del medio ambiente y dirigentes sociales en países como Colombia, y la aparición de líderes con un discurso radical contrario a los derechos humanos, como el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. Mientras, las crisis de derechos humanos en Venezuela y América Central han llevado a la población a huir de sus hogares en busca de seguridad en una escala sin precedentes en la región. Aunque varios países de las Américas han acogido a las personas necesitadas de ayuda, las autoridades estadounidenses han reaccionado dividiendo y deteniendo a las familias, así como restringiendo su derecho a solicitar asilo.
ASIA ORIENTAL
En 2018 vimos avances en materia de derechos LGBTI en Asia Oriental, aunque el año también se caracterizó por una reducción del espacio para la sociedad civil y la reanudación de campañas represivas contra defensores y defensoras de los derechos humanos. Uno de los hechos más preocupantes fue la detención colectiva de hasta un millón de personas —uigures, kazajas y de otras minorías étnicas predominantemente musulmanas— en la Región Autónoma Uigur del Sinkiang. Se celebraron conversaciones de paz sin precedentes entre las dos Coreas, que podrían repercutir de manera significativa en la situación de los derechos humanos en la península coreana.
EUROPA Y ASIA CENTRAL
En Europa, el año estuvo marcado por el auge de la intolerancia, el odio y la discriminación en el contexto de una reducción del espacio para la sociedad civil. Personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo fueron rechazadas o abandonadas en situación de precariedad, y la criminalización de los actos de solidaridad iba en aumento. Hungría, Polonia y Rusia —cada uno a su manera— encabezaron la tendencia, mientras que, en la región en general, desde Bielorrusia hasta Azerbaiyán y Tayikistán, volvieron a lanzarse campañas represivas contra la libertad de expresión y, en Turquía, el clima de miedo continuó extendiéndose. Sin embargo, persistía el optimismo a pesar de este telón de fondo de retórica xenófoba y políticas represivas. El activismo y la protesta fueron en aumento: todo un movimiento de gente corriente con una pasión extraordinaria alzó su voz en favor de la justicia y la igualdad.
ASIA MERIDIONAL
Gobiernos de toda Asia Meridional continuaron hostigando, intimidando y persiguiendo a defensores y defensoras de los derechos humanos y otras personas que hacían campaña en defensa de sus derechos. En Bangladesh y Pakistán, las autoridades aplicaron leyes draconianas para amordazar la libertad de expresión. En India, las autoridades intentaron demonizar y perseguir a activistas y grupos de la sociedad civil. Sri Lanka se sumió en una crisis constitucional tras el repentino nombramiento de Mahinda Rajapaksa como primer ministro. Pero también hubo atisbos de esperanza en la región: en mayo, el Parlamento paquistaní aprobó una de las leyes más progresistas del mundo en materia de derechos de las personas transgénero.
SURESTE ASIÁTICO
El estado de los derechos humanos en muchos países del Sureste Asiático y Oceanía siguió deteriorándose en 2018. La violenta campaña de asesinatos, violaciones e incendios provocados llevada a cabo por el ejército de Myanmar hizo huir del estado de Rajine a más de 720.000 mujeres, hombres, niños y niñas rohingyas, que seguían consumiéndose en campos improvisados para personas refugiadas en Bangladesh. Los gobiernos se mostraron cada vez más intolerantes con el activismo y la disidencia pacífica, como se vio en Camboya con el silenciamiento de la oposición política y los medios de comunicación independientes. En Filipinas, la “guerra a las drogas” declarada por el gobierno del presidente Rodrigo Duterte causó la pérdida de más vidas, sobre todo entre la población empobrecida. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/una-valiente-lucha-por-los-derechos-de-las-mujeres-hace-frente-a-politicas-opresivas-y-sexistas/

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