EDITORIAL
El puerto de Manzanillo, dormido, espera por inversión
Está en la zona de mayor calado natural de República Dominicana y estratégicamente ubicado
El puerto de Manzanillo, dormido, espera por inversión
Está en la zona de mayor calado natural de República Dominicana y estratégicamente ubicado
El puerto de Manzanillo es reconocido como uno de los más importantes de República Dominicana y con un potencial aún por explotar. Tiene dos características que lo hacen atractivo: el mayor calado natural del país y su estratégica ubicación geográfica equidistante a los mercados más importantes, como son Estados Unidos y Europa.
Para tener una idea de lo que significa este puerto para el país, a pesar de estar en condiciones de cuasi olvido, de las aproximadamente 600,000 cajas de banano que exporta República Dominicana, el 95% sale desde aquí hacia mercados tan exigentes como Inglaterra, Alemania, Bélgica, España, Francia y otros destinos.
Esta infraestructura, que debería ser no sólo un puerto para la exportación de banano, sino también para recibir todo tipo de productos y materia prima, incluyendo combustibles, necesita de una inversión importante de recursos para adecuarlo. Con la construcción de un puerto con todos los estándares técnicos y exigencias internacionales, habrá mayores posibilidades de desarrollar el turismo en esta parte del país.
Otra de las ventajas que ofrece este muelle es que hay importantes instalaciones industriales y de zonas francas en la región del Cibao y la frontera con Haití, que seguro harán muy buen uso de estas instalaciones. Entonces, ¿por qué no apostar a una obra como esta? Algunas de las promesas de inversión se anunciaron hace más de 15 años, pero todo ha quedado en la retórica.
República Dominicana ha dado importantes pasos hacia el desarrollo, pero aún falta lo fundamental: ser competitivo. Y aquí lo importante no es el qué, sino el cómo. La receta, sin embargo, viene acompañada de diversos ingredientes. Ahora bien, sin la voluntad de todos los tomadores de decisiones, echando a un lado los intereses particulares, una obra con las dimensiones que demandan estos tiempos para esperar el futuro con buen pie, será muy difícil que se logre.
Lo lógico es que la economía dominicana siga expandiéndose, por lo que es indefectible que se necesiten de más y mejores instalaciones físicas para producir, transformar materia prima y exportar. Si en pleno siglo XXI el país sufre de apagones o de un sistema eléctrico malo y caro, por más vueltas y análisis que se hagan, la razón está en no haber tomado las decisiones a tiempo o en el momento justo.
El Estado, por supuesto, no habrá de ser el que ponga el capital, pero sí ha de ser el responsable de motivar inversiones sanas para esta zona y de concesionarla a la empresa que mejores garantías dé de retorno para el país.
El país no puede darse el lujo de tener un muelle en la costa norte, por donde pasa la mayoría de los barcos que atraviesan el Canal de Panamá y se dirigen desde y hacia Estados Unidos, incluyendo Europa y Sudamérica, sin aprovechar la benevolencia de la naturaleza. Manzanillo tiene vocación para ser un puerto con múltiples usos. Ahora toca al Estado, como garante del desarrollo, darse cuenta de su potencial.
Es el momento propicio para poner manos a la obra con un puerto que promete atraer nuevas inversiones al país. ¿Cuántas empresas, ahora que el país estableció relaciones con China, estarían dispuestas a establecerse en la Línea Noroeste si tienen un puerto tan cerca del primer mercado del mundo? Seguro que serán muchas. Y los chinos podrían ser los primeros. https://www.eldinero.com.do/60259/el-puerto-de-manzanillo-dormido-espera-por-inversion/
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