La solución fiscal
El comerciante es socio de la DGII, está autorizado a retener el impuesto que paga el consumidor para luego reportarlo a la entidad recaudadora, funciones que debería ejecutar de la manera más transparente posible, sin olvidar que el dueño del impuesto pone la regla del juego. Como la solución fiscal, una inversión poco importante, que depende del tamaño que tenga el negocio, incluso financiable, responsabilidad que debió asumir el gremio de comerciantes, en lugar de oponerse, actitud que pocos entienden por los importantes beneficios que su operación plena reportaría a los comerciantes.
Por ejemplo los pequeños, con ventas que superan $7.8 millones de pesos o que compran $30 millones de pesos al año, se benefician con la reducción del costo administrativo del proceso de retener y reportar el impuesto (ITBIS). Pueden salir de la informalidad construyendo su propia historia comercial y de pago de impuestos, en lugar de depender de estimados de oficio de la oficina recaudadora. Podrían ahorrarse impuestos pagando por menos de lo que tendrían que abonar en base a estimados de oficio, arbitrarios por la falta de información continua. La certidumbre de conocer los deberes impositivos, una variable cuantificable como dicen los macro-economistas, mejora la estabilidad de los negocios en el largo plazo.
Luego de la solución fiscal, el siguiente paso sería trasparentar el costo del trabajo y el tema de la cotización social, pudiendo los empresarios soportar con número el discurso de que la alta tarifa, que dicen asumir, les reduce el margen comercial. Con la historia acumulada de ventas y pago de impuestos a mano, fundamental para acceder al crédito de la banca comercial, estarían en condiciones de sustituir al externo usurero, liberarse del excesivo pago de intereses por préstamos de muy corto plazo y por mercancías en consignación.
Muchos piensan que el boicot no es por desinformación, sino porque los grandes no quieren perder ese gran negocio, muy rentable porque además la usura es neta, exenta de impuestos porque mantienen la contabilidad fuera del alcance de la DGII. Al minimizarse la pérdida de los impuestos pagados por el consumidor, el objetivo central de la solución fiscal, se aleja la necesidad de parches impositivos, como sucedió en los años 2005-2012. Esa sola razón es suficiente para apoyar el trabajo de la DGII de control fiscal de las grandes empresas nacionales y extranjeras, para minimizar lo que hacen en países en desarrollo, evadir impuestos con maniobras legales, con trucos. También apoyar la instalación de la facilidad fiscal a pequeños y medianos negocios, para mejorar el cobro del ITBIS, sin elevar las tasas. El control de los grandes contribuyentes, la solución fiscal y el aumento de la base de contribuyentes, deben contribuir a elevar la presión tributaria en el mediano plazo, evitar que se repita ajuste como el del pasado año, que para reducir el balance fiscal negativo respecto al PIB de 6.9% en el 2012 a 3.3% en el 2013, fue necesario recortar el gasto de capital no obstante aumentar en 16.3% los ingresos corrientes. La consecuencia del ajuste fue que aumentó el desempleo en más de 35 mil personas, no obstante informarse que la economía creció 4.1%, superando América Latina (2.7%) y países del Caribe (2.6%).
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