EUROPA
Independencia de Cataluña: "Un desastre desconocido"
En medio de la crisis, miles de catalanes protestaron el sábado (7.10) en Barcelona a favor del diálogo y en contra nuevos enfrentamientos. Su demanda: "Más soluciones, menos egos". Mariel Müller reporta desde Barcelona.
Este sábado (07.10.2017), en la Plaça Sant Jaume en el centro de Barcelona, miles de personas salieron a las calles a protestar con camisetas blancas en señal de paz. Su objetivo: invitar a los políticos de ambos lados, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente catalán, Carles Puigdemont, a dialogar.
"Los dos tienen que finalmente reunirse y hablar entre sí", dijo un hombre, con su hija en hombros, durante la protesta. "Si solo hubiera visto una bandera aquí, ya fuera española o catalana, me habría ido enseguida", confesó. En este caso, también hay banderas, pero solo blancas, en las que se puede leer "parlem" y "hablemos".
"Somos la mayoría silenciosa"
"Este es un movimiento del pueblo y no de ningún partido político", explicó una mujer joven que se acercó a protestar. La manifestación, si se le compara con aquellas de la campaña del "sí" en los días previos y posteriores al referéndum, es relativamente pequeña. "Es que sin partidos ni organizaciones no es posible movilizar a tantas personas", agregó. Y tenía razón: casi tres horas después, todo volvió a su normalidad, y la plaza regresó a ser escenario para las parejas recién casadas y sus celebraciones.
¿Qué pasará si el presidente catalán Puigdemont declara la independencia el próximo martes? ¿Aplicará el Gobierno español los artículos constitucionales 155 y suprimirá la autonomía de Cataluña? Muchos están preocupados: ¿arrestarán a Puigdemont? ¿Cómo reaccionarían sus seguidores? ¿Habrá violencia otra vez? Todas estas son preguntas que se formulan los manifestantes de blanco. Pero más allá de las preguntas, hay una demanda recurrente entre quienes buscan el diálogo: "Los políticos deben hacer su trabajo, que se supone es para la gente; dejar que el pueblo decida y no perseguir a cualquier precio sus propias metas políticas", dijo una mujer indignada.
Y es que la voluntad de los presentes ciertamente no es de independencia: "Somos la mayoría silenciosa, el otro 60 por ciento que no ha votado". La gran mayoría de los manifestantes entrevistados declararon tener en claro estar en contra de una separación de España.
Según el gobierno catalán, el 1 de octubre en el controvertido referéndum, el 90 por ciento de los catalanes votó a favor de una escisión. En el día de la votación, alrededor de un 43 por ciento de los catalanes con derecho a voto participó.
"Esto incluyó a muchos catalanes que buscan una negociación", dijo Oriol Bartomeu, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona. "La mayoría de los catalanes quiere quedarse en España si la autonomía de Cataluña es fortalecida dentro del país y si España se convierte en un Estado verdaderamente pluralista. Si el Gobierno de Madrid lo hubiera hecho hace años, la situación actual sería otra", aseguró el experto.
"El lado español tiene la sensación de poder ganar"
Por el momento, parece que Madrid no quiere moverse ni un centímetro. "El lado español siente que tiene la oportunidad de ganar, así que ¿por qué ceder?", aseguró Bartomeu, quien cree en dos escenarios: o la parte catalana renuncia a sus pretensiones completamente, o declara unilateralmente su independencia. "Esto sería muy arriesgado para el gobierno catalán porque no hay mayoría en la población catalana que lo apoye", aseguró Bartomeu. En consecuencia, el Gobierno español aplicaría el artículo 155 de la Constitución. ¿Y entonces? "Esto sería un desastre desconocido", concluyó.
El partido de izquierda CUP (Candidatura de la Unidad Popular) podría ser el factor decisivo, ya que fue éste el que le aseguró al presidente Puigdemont la mayoría en el Parlamento de Cataluña. El portavoz de la CUP, Quim Arrufat, dijo no querer "tomar medidas unilaterales". Menos después de la represión aplicada por el Estado español antes y durante el día del referéndum. "Si del lado español hay movimiento, entonces esperamos y veremos qué pasa", dijo Arrufat, quien también reveló que el partido estaría listo para dialogar.
El movimiento separatista puede radicalizarse
Al final, sin embargo, la cuestión de la declaración de independencia ya no se refiere al condicional "si", ya que es seguro, sino más bien al "cuando". Según Arrufat, el martes, cuando el presidente Puigdemont hable en el Parlamento de Cataluña, las cosas no irán tan lejos. ¿Dará Puigdemont entonces un paso atrás? "No", aseguró vehementemente el portavoz de la CUP.
El politólogo Bartomeu ve problemático el asunto. "Si el gobierno de Puigdemont dice olvidar el asunto de la independencia, tendrían entonces un problema, porque decirlo es fácil, pero esto no significa que dos millones de separatistas dejarán por ende de manifestarse". El gobierno catalán estaría bajo la amenaza de perder el control. "El movimiento se haría más pequeño, pero más radical", advirtió Bartomeu. "En tal caso, nadie podría descartar que se desate más violencia entre separatistas y policías", concluyó.
Autor: Mariel Müller (FEW/DZC)
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- Fecha 08.10.2017
- Autor Mariel Müller
- Temas Mariano Rajoy, España, Europa, Polonia , Bulgaria, Cataluña
- Palabras clave España, Cataluña, Europa, independentismo, Madrid, Rajoy, Puigdemont, CUP
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