Aversión a una reforma fiscal integral
Por Félix Santana García
La oposición política de la República Dominicana encabezada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), agentes económicos, economistas y financistas independientes, han externado hasta la saciedad lo saludable que sería para las finanzas públicas que el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) implemente una Reforma Fiscal Integral.
A raíz de la recién pasada visita de la Misión del FMI esta recomendó después de revisar el comportamiento de la economía y finanzas dominicanas del pasado año que se reforme de manera decidida la posición fiscal para mantener la sostenibilidad.
Después de dicha sugerencia del Organismo Internacional de Financiamiento se publicaron a través de los medios de comunicación posiciones encontradas respecto a la referida reforma fiscal en la que importantes funcionarios publicos comunicaron que el gobierno no se avocaría a realizar dicha reforma fiscal.
Otros se refirieron a que lo recomendado es que se lleve a cabo una reforma tributaria para mejorar los ingresos del gobierno o que se eficientice la administración del cobro de los impuestos y gravámenes admitiendo implícitamente que hay un desorden en ese sentido.
Como se advierte hay ideas encontradas en torno a rehabilitar las finanzas públicas ante un galopante endeudamiento y una deficiente gestión administrativa financiera de parte del gobierno del señor Danilo Medina y su partido el PLD.
Esta ha sido una lucha desde el año 1996 en que los gobiernos del PLD se instalaron en la casa de gobierno, con una pausa de cuatro años, sin que se haya podido lograr la soñada Reforma Fiscal Integral, esto así debido a que los gobernantes de esa institución política le han tenido miedo como el diablo a la cruz a que se les controlen los gastos públicos.
Estos se han limitado a que se mejoren los ingresos mediante tímidas reformas que solo han comprendido los aspectos tributarios sin que se ajusten o se hagan más eficientes los gastos operativos y de capital del gobierno.
De nuevo vuelve al tapete el mismo tema, de si una reforma tributaria o una reforma fiscal. Los gobernantes del PLD siempre han rehuido a todas las iniciativas dirigidas a que se transparenten las actuaciones de los gobiernos de esa parcela política tal el caso de la ley de Partidos y la ley que ampare una Reforma Fiscal Integral, entre otras, ya que esta última implicaría que se ajusten o se controlen mucho más los gastos del gobierno.
Pese a los beneficios que reportaría a las finanzas públicas que se aprobara una ley bien sopesada y equitativa que envuelva tanto los ingresos como los gastos y de paso que se introdujera al Congreso Nacional una Ley de Responsabilidad Fiscal que limite a los gobiernos a endeudarse hasta donde no sea pernicioso para las finanzas públicas.
Pero hasta ahora de esas buenas noticias los dominicanos no se regocijarán en razón de que los gobernantes y futuros aspirantes a la presidencia del PLD siempre han cosechado buenos frutos políticos del desorden institucional en lo que ese partido ha sumido a la nación dominicana.
No es un secreto para nadie que en lo que respecta a reforma tributaria esta siempre va de la mano a costos políticos que esta acarrea pues ningún político en su gestión de gobierno querrá embarcarse en ella a menos de que puedan transferirse las consecuencias de la misma al candidato opositor ganancioso de unas elecciones para que estas les explote en el gobierno contrario y no en su gobierno.
Además no debe olvidarse que hay buena pesca cuando el mar esta picado de igual manera muchos políticos se aprovechan de la desorganización de las finanzas y el irrespeto de las leyes para favorecer a sus acólitos a través de canonjías o favores políticos.
Hasta que no se ponga la casa en orden y no se amueble bien el país o no impere la disciplina, la planificación y el respeto a las leyes orgánica y de ejecución de los gastos anuales del presupuesto pues de nada servirán para que haya una mejoría en la administración tributaria.
De manera que se impone un saneamiento profundo de las finanzas públicas antes de que se trate de eficientizar la administración tributaria de la nación pues de lo contrario se estaría en el mismo circulo virtuoso y vicioso ya que se estaría ante el barril sin fondo de siempre.
De nuevo se recuerda que el problema no son los ingresos el problema son los gastos desenfrenados, sin transparencia ni eficiencia. ¿Cuántas veces esto se repetirá? Todo es la planificación y el control de los gastos de lo contrario olvídense de tener finanzas equilibradas.
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