Es hora de que los jóvenes se empoderen
de los cambios
Abinader afirma no es la política sino a los
políticos corruptos e incoherentes, lo que rechazan los jóvenes
3 de
febrero 2017. SANTO DOMINGO
El licenciado
Luis Abinader afirmó este viernes que están equivocados quienes asumen el
criterio de que a los jóvenes dominicanos no les interesa el tema político,
asegurando que su disgusto es con quienes representan a una clase política corrupta
e incoherente, por lo que da la razón a los jóvenes que así razonan.
Así es, subraya
el economista y líder político, porque la falta de credibilidad de algunos, y
los errores cometidos en gran parte de los partidos políticos, han mermado el
deseo de la juventud por integrarse en las organizaciones políticas en nuestro
país.
“Es una realidad
que, lamentablemente, ha impedido que los valores positivos que ustedes podrían
aportar, sean incorporados a la vida político–partidaria”, precisó Abinader en
un encuentro con cientos de
jóvenes y estudiantes en el paraninfo de Ciencias Económicas y Sociales de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde dictó la conferencia “Juventud,
oportunidades y buenas políticas en la República Dominicana”, auspiciada por el
movimiento Revolución Moderna.
Esa
visión que tienen los jóvenes sobre las fallas de la clase política tiene que
cambiar, “y yo voy a trabajar para que cambie, y ustedes se van a incorporarse
a la política para que juntos cambiemos la política y el presente y el futuro
del país”, expuso con entusiasmo.
“Vivimos hoy en un mundo de participación, de inclusión, de colaboración, de redes horizontales y ustedes los jóvenes, y yo, ya no tan joven, tenemos que ser parte de los asuntos que nos afectan directamente. No podemos permitir que se hagan políticas y se aborden problemas relativos a la juventud sin tomarlos en cuenta a ustedes. Sin escucharlos ni comprenderlos. Por eso estoy yo aquí ahora asumiendo este compromiso con ustedes”, agregó.
Gracias todos los jóvenes por su tiempo, recuerden ustedes SON el presente #HablemosJovenes pic.twitter.com/G6KWZ1zixg— Luis Abinader (@luisabinader) 4 de febrero de 2017
Una Ley de Juventud que es letra muerta
Abinader deploró
que pese a existir desde el año 2000 una ley que ha debido sentar las bases de
la participación, inclusión y bienestar de las y los
jóvenes, los datos a mano evidencian una realidad diferente.
Citó
que 4 de cada 10 jóvenes entre 20 y 24 años no han concluido el bachillerato;
en 2016 el Banco Central calculaba que había 3.5 millones en edad entre 15 a 35
años, de los cuales 435 mil estaban desempleados, lo que significa que de los
678 mil desempleados de todas las edades que había en 2016, el 64% era
población joven.
La
tasa de desempleo de los jóvenes de 15 a 35 años, era 1.4 veces superior a la
tasa de desempleo nacional. Pero las mujeres jóvenes tenían 2.4 veces el nivel
de desempleo de los hombres jóvenes. Es decir, 3 de cada 10 mujeres y jóvenes
estaban desempleadas, subrayó.
La
mitad de los empleos informales son de personas jóvenes, lo que significa
menores salarios y más inestabilidad laboral. De la población de 15 a 24 años,
1 de cada 5 ni trabaja ni estudia. Es decir, más de 372 mil personas en esa
edad. Las mujeres tienen el doble de
probabilidad de estar en la condición de no trabajar ni estudiar. En el
congreso, de 190 Diputados, apenas 6 son jóvenes. Solo un 3%.
En
cuanto a la participación de los jóvenes en la representación del Estado citó
que de los
32 Senadores de la República, solo uno es joven, lo cual es parte del panorama
general de exclusión de los jóvenes en la conducción del país.
“Todos esos son
alarmantes datos son oficiales, que deberían avergonzar al partido de gobierno
que ha dirigido el país en los 3 últimos períodos constitucionales y ya va por
un cuarto, sin que se observan cambios sustanciales para los jóvenes”, dijo.
Abinader
se preguntó: “¿podemos sentarnos a esperar indefinidamente a que esta realidad
cambie? Ustedes, a quienes yo he venido a invitar a participar en la vida
política, son los que pueden y deben exigir y contribuir a que estas
estadísticas cambien”.
El nivel de
participación juvenil en la política dominicana, a pesar de que en los partidos
mayoritarios existen “organismos” de juventud, debe aumentar
significativamente. Porque la juventud tiene derecho a tener derechos!
Sintetizó que
los partidos políticos tenemos el deber de ampliar la perspectiva creadora,
establecer dimensiones de formación, capacitación y desempeño de los jóvenes,
tanto de participación política como del ejercicio ciudadano que promueva su
inclusión.
“Así que les
exhorto a que sean ciudadanos conscientes, que observen a sus actores
políticos, y les pasen factura a los que les defraudan. Algunos vienen
haciéndolo, pero debemos cada uno de nosotros, jugar un rol en estos reclamos
legítimos y justos”, puntualizó.
La República Dominicana requiere de partidos, sociedad civil y grupos empresariales abiertos a los desafíos de una sociedad cambiante. Promover la igualdad de oportunidades para así poder contar con el principal activo que tiene toda sociedad: Una juventud presente y protagónica, especificó.Gracias amigos @MarcoBaldera @edw_campusano, @Eurysq, @beltran83 a toda la #RevoluciónModerna por el conversatorio #HablemosJovenes pic.twitter.com/Bfdg6OQJJr— Luis Abinader (@luisabinader) 4 de febrero de 2017
Si ustedes se
animan a dar el paso adelante y construir el país emprendedor, productivo y moderno;
el gobierno eficiente, honesto, y la sociedad democrática y justa que
requerimos, en uno años ustedes podrán vivir en una sociedad radicalmente diferente; una sociedad
donde reine la justicia, la prosperidad y la paz.
Felicidades hermanos de Revolución Moderna por actividad #HablemosJovenes @MarcoBaldera @Eurysq @edw_campusano @beltran83 Logrando cambio! pic.twitter.com/ZNKtVmQACt— Eduardo Sanz Lovatón (@SanzLovaton) 3 de febrero de 2017
Mi viaje a la toma de posesión del presidente Donald TrumpOrgulloso de acompañar a mi gran amigo @luisabinader en #HablemosJovenes "Yo sueño, pero la historia nos exige terminar con la impunidad". pic.twitter.com/JQvjvQoTDN— Eduardo Sanz Lovatón (@SanzLovaton) 3 de febrero de 2017
El pasado 20 de enero fui invitado a la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Además del acto inaugural, participé en la fiesta latina o “Latino Ball” la noche anterior y en el acto de gala principal, el Liberty Ball, una de las dos fiestas oficiales que se celebraron. Asistí a dicha inauguración en base a una invitación que me extendió el ex Alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani, con quien desarrollé una amistad al fungir él como asesor sobre temas de seguridad ciudadana durante mi campaña presidencial.
A lo largo de la intensa campaña electoral en EE. UU. no emití juicio alguno, por respeto y prudencia, sobre el complejo proceso que se desarrollaba en ese país, a pesar de las polémicas surgidas sobre el tema migratorio y las preferencias de nuestros partidarios en esa nación. Durante mi visita, pude palpar las profundas divisiones que hoy están presentes en la gran patria de Abraham Lincoln.
Sin embargo, como líder político, nunca dudé de mi responsabilidad de acudir a dicho evento, dado el hecho de que ningún país en el mundo reviste para el nuestro la importancia comercial, económica, cultural y política que guarda EE. UU., así como por los profundos lazos históricos -con sus altos y bajos- que han entretejido nuestros pueblos. Hubiera sido, además, una descortesía a Giuliani no haber aceptado su gentil invitación, quien es íntimo amigo y asesor del nuevo presidente de Estados Unidos.
Consideré esencial, por tanto, iniciar contactos al más alto nivel con miembros del nuevo gobierno, con los legisladores de origen latino y del black caucus, con el objetivo central de promover las buenas relaciones que tradicionalmente han sostenido nuestros países.
La importancia de nuestros compatriotas en EE. UU. es inescapable: para el final de 2016, la laboriosa comunidad dominicana o de origen dominicano en EE. UU. estaba integrada por aproximadamente dos millones de personas, cifra que representa un notable 20% de la actual población del país.
Es poco conocido que nuestra diáspora en ese país goza de un alto nivel de regularización migratoria. Sin embargo, según varios estimados los indocumentados pueden fluctuar entre 120,000 y 170,000 personas, entre los cuales hay unos 6,000 jóvenes dominicanos que llegaron a EE.UU. antes de los 16 años de edad, un grupo llamado “Dreamers”, que han recibido permiso para estudiar o trabajar sin temor a ser deportados.
Sin embargo, existe la amenaza de que este programa creado por el ex presidente Obama en 2012 (conocido como DACA, por sus siglas en ingleé), mediante una orden ejecutiva, pueda ser cancelado por un nuevo decreto del presidente Trump. Debemos hacer -conjuntamente- todo lo que esté a nuestro alcance para que esto no suceda.
Por cierto, de los US$4,961 millones de dólares en remesas recibidas por nuestro país en 2015 (BC-RD), que representaron un 7,8% de nuestro Producto Interno Bruto (PIB) en ese año, un 71% de éstas, US$3,527 millones, provinieron de EE. UU.
Si bien el tratado de libre comercio con EE. UU. (DR-CAFTA) muestra un intercambio comercial desfavorable para RD (en 2015, nuestras exportaciones fueron US$4,660 millones y las importaciones US$7,134 millones), en los últimos años nuestras exportaciones a ese mercado se han dinamizado, tanto las de zonas francas, las cuales se han recuperado y diversificado hacia nuevos renglones, como aparatos médicos y quirúrgicos, productos eléctricos y farmacéuticos, artículos de joyería, etc., contratando en 2014 a 153,342 personas en empleos de calidad, así como las frutas, vegetales y otros productos agrícolas exóticos, un buen número de éstos provenientes de invernaderos, que obtienen un mayor precio.
De hecho, entre el 2008 y el 2014, el valor de nuestras exportaciones a EEUU se incrementó en un 55%, mientras que las importaciones de EEUU solo aumentaron en un 28%.
Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) originada en EE. UU. totalizó, entre 1993 y la primera mitad de 2015, la suma de US$7,490 millones, un 25,5% del total del stock de la IED en ese período. El aumento de estas inversiones en años recientes ha estado protegido por el RD-CAFTA y por eso resulta también tan importante proteger los beneficios obtenidos por el país bajo este importante tratado.
Vale resaltar que de los US$23,460 millones que el Banco Central estimó ingresarían al país en 2015 por concepto de exportaciones, turismo, remesas e inversión extranjera directa, casi un 50% de dicha cifra provino de Estados Unidos de América.
Debe quedar diáfanamente claro pues, que EE. UU. ha sido y seguirá siendo un socio vital para el desarrollo dominicano. Estamos hablando de la primera potencia mundial, cuyos cambios de comportamiento, nos gusten o no, afectan la geopolítica a nivel global y en particular a nuestro país.
Yo lo tengo bien claro, proteger y avanzar los intereses nacionales dominicanos es vital para el país, sobre todo cuando se presentan tiempos difíciles.
A lo largo de la intensa campaña electoral en EE. UU. no emití juicio alguno, por respeto y prudencia, sobre el complejo proceso que se desarrollaba en ese país, a pesar de las polémicas surgidas sobre el tema migratorio y las preferencias de nuestros partidarios en esa nación. Durante mi visita, pude palpar las profundas divisiones que hoy están presentes en la gran patria de Abraham Lincoln.
Sin embargo, como líder político, nunca dudé de mi responsabilidad de acudir a dicho evento, dado el hecho de que ningún país en el mundo reviste para el nuestro la importancia comercial, económica, cultural y política que guarda EE. UU., así como por los profundos lazos históricos -con sus altos y bajos- que han entretejido nuestros pueblos. Hubiera sido, además, una descortesía a Giuliani no haber aceptado su gentil invitación, quien es íntimo amigo y asesor del nuevo presidente de Estados Unidos.
Consideré esencial, por tanto, iniciar contactos al más alto nivel con miembros del nuevo gobierno, con los legisladores de origen latino y del black caucus, con el objetivo central de promover las buenas relaciones que tradicionalmente han sostenido nuestros países.
La importancia de nuestros compatriotas en EE. UU. es inescapable: para el final de 2016, la laboriosa comunidad dominicana o de origen dominicano en EE. UU. estaba integrada por aproximadamente dos millones de personas, cifra que representa un notable 20% de la actual población del país.
Es poco conocido que nuestra diáspora en ese país goza de un alto nivel de regularización migratoria. Sin embargo, según varios estimados los indocumentados pueden fluctuar entre 120,000 y 170,000 personas, entre los cuales hay unos 6,000 jóvenes dominicanos que llegaron a EE.UU. antes de los 16 años de edad, un grupo llamado “Dreamers”, que han recibido permiso para estudiar o trabajar sin temor a ser deportados.
Sin embargo, existe la amenaza de que este programa creado por el ex presidente Obama en 2012 (conocido como DACA, por sus siglas en ingleé), mediante una orden ejecutiva, pueda ser cancelado por un nuevo decreto del presidente Trump. Debemos hacer -conjuntamente- todo lo que esté a nuestro alcance para que esto no suceda.
Por cierto, de los US$4,961 millones de dólares en remesas recibidas por nuestro país en 2015 (BC-RD), que representaron un 7,8% de nuestro Producto Interno Bruto (PIB) en ese año, un 71% de éstas, US$3,527 millones, provinieron de EE. UU.
Si bien el tratado de libre comercio con EE. UU. (DR-CAFTA) muestra un intercambio comercial desfavorable para RD (en 2015, nuestras exportaciones fueron US$4,660 millones y las importaciones US$7,134 millones), en los últimos años nuestras exportaciones a ese mercado se han dinamizado, tanto las de zonas francas, las cuales se han recuperado y diversificado hacia nuevos renglones, como aparatos médicos y quirúrgicos, productos eléctricos y farmacéuticos, artículos de joyería, etc., contratando en 2014 a 153,342 personas en empleos de calidad, así como las frutas, vegetales y otros productos agrícolas exóticos, un buen número de éstos provenientes de invernaderos, que obtienen un mayor precio.
De hecho, entre el 2008 y el 2014, el valor de nuestras exportaciones a EEUU se incrementó en un 55%, mientras que las importaciones de EEUU solo aumentaron en un 28%.
Por su parte, la inversión extranjera directa (IED) originada en EE. UU. totalizó, entre 1993 y la primera mitad de 2015, la suma de US$7,490 millones, un 25,5% del total del stock de la IED en ese período. El aumento de estas inversiones en años recientes ha estado protegido por el RD-CAFTA y por eso resulta también tan importante proteger los beneficios obtenidos por el país bajo este importante tratado.
Vale resaltar que de los US$23,460 millones que el Banco Central estimó ingresarían al país en 2015 por concepto de exportaciones, turismo, remesas e inversión extranjera directa, casi un 50% de dicha cifra provino de Estados Unidos de América.
Debe quedar diáfanamente claro pues, que EE. UU. ha sido y seguirá siendo un socio vital para el desarrollo dominicano. Estamos hablando de la primera potencia mundial, cuyos cambios de comportamiento, nos gusten o no, afectan la geopolítica a nivel global y en particular a nuestro país.
Yo lo tengo bien claro, proteger y avanzar los intereses nacionales dominicanos es vital para el país, sobre todo cuando se presentan tiempos difíciles.
http://hoy.com.do/mi-viaje-a-la-toma-de-posesion-del-presidente-donald-trump/
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