Europa, en busca de la mayor unión como arma frente a las crisis
- El gobernador del Banco Central Polaco y ex primer ministro, Marek Belka, aseguró el pasado viernes que Polonia no se uniría a una Zona Euro "cuando todavía hay humo".
- La reticencia de futuros miembros del Euro refleja la falta de confianza en el proyecto europeo, que desde las instituciones intentan paliar con mayor unión fiscal y monetaria.
Manifestantes griegos hacen campaña por el 'no' en el referéndum del domingo
"No deberías entrar corriendo en una casa que antes estaba ardiendo cuando todavía hay humo. Sencillamente, no es seguro. Mientras la eurozona tenga problemas con algunos de sus miembros, no esperéis que queramos unirnos con entusiasmo". Son las palabras de Marek Belka, gobernador del Banco Central del Polonia y ex primer ministro del país europeo. La casa que todavía echa humo, el euro.
"Nunca dije que adoptaríamos el euro", había asegurado unas semanas antes el actual primer ministro polaco, Ewa Kopacz, "ni hoy, ni mañana, ni dentro de cinco años. Introduciremos el euro cuando beneficie a los polacos y a Polonia", remarcaba en la televisión estatal. Polonia no quiere entrar en el euro, por lo menos de momento. Un marcado cambio de dirección desde hace unos años del gobierno de Plataforma Cívica, que hasta hace relativamente poco abogaba abiertamente por la entrada en la moneda única. Deberá adoptar la moneda, pero los últimos movimientos en la zona euro harán que sea más tarde que pronto.
Es uno de los efectos de la crisis europea. Tras el cúlmen de los últimos seis meses de crisis griega, los sentimientos pro-euro han ido diluyéndose. Especialmente entre los candidatos a entrar en el euro, los países del este de Europa. El club de la moneda única, aquel al que casi todos los países del continente aspiraban a entrar, ya no es tan apetecible. Y Polonia es el ejemplo más claro.
"Mientras haya divergencia, o mientras tengamos problemas en algunos países, es más difícil construir un cimiento para la verdadera unión fiscal en la eurozona. Así que es un círculo vicioso", aseguró Belka esta pasada semana. Desde Hungría a la República Checa, han sido ya numerosas las voces que han mostrado sus reservas respecto a la unión. No quieren entrar en un Euro sin garantías.
Pero, pese a estas reticencias expresadas por las capitales del este de Europa, estas naciones deberán adoptar la moneda única. No se ha definido cuándo, y es una cuestión que está en manos de los propios gobiernos. Y todo apunta a que se tomarán su tiempo. Aunque cuando decidan hacerlo, podrían encontrarse con algún obstáculo más: la propia zona euro podría empezar a ser más exigente. Así, tras el caos generado por Grecia, que entró en la zona euro con cuentas algo más que maquilladas, los países de la unión monetaria podrían mostrarse más reticentes a la hora de aceptar a nuevos miembros.
Francia, Alemania e Italia buscan más Europa
La clave ante esta falta de atractivo es una: la falta de confianza. Algo ante lo que Europa está intentando hacer frente. Así, frente a la crisis griega, Europa apuesta por más Europa. Una idea que ha defendido el propio Belka: Polonia querrá entrar en la moneda cuando exista más unión fiscal y monetaria. Más seguridad, más confianza. Es algo que han defendido durante estos últimos meses desde las propias instituciones,desde Alemania, Francia e Italia.
Hace dos semanas, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presentaba junto a Donald Tusk, Jeroen Dijsselbloem, Mario Draghi y Martin Schulz su plan para la unión monetaria. Es el objetivo final de la UE: completar los mecanismos que aúnen a todos los países del continente bajo un mismo 'paragüas'. Y el informe de Juncker presentaba el plan: más control sobre las economías de la zona euro, para, algún día, crear una tesorería única para la eurozona.
Es un movimiento que se impulsa desde las instituciones europeas. Una mayor unión fiscal y monetaria es necesaria. Y es algo que defienden también numerosos países europeos. Este sábado, la revista Der Spiegelinformaba de que Alemania está preparada para crear la figura de un ministro de Finanzas único para la eurozona. Y, de forma más relevante, que Schäuble, el ministro de Finanzas germano, estaría dispuesto a apoyar la creación de un presupuesto único para la región. Según la revista, estaría "abierto a la idea" de destinar parte de su recaudación de impuestos a un presupuesto de la unión monetaria. Además, apoyaría la idea de un "impuesto del euro", un paso más hacia la unión fiscal.
Este lunes, como recoge el Financial Times, Italia ha lanzado su propio mensaje para la unión. Su ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, ha llamado a una mayor unión monetaria, un presupuesto único para la eurozona y el lanzamiento de un programa común de desempleo.
Hace ya varias semanas, fueron los ministros de Economía francés y alemán, Emmanuel Macron y Sigmar Gabriel, los que lanzaban su propio plan paneuropeo: una tesorería única europea, un presupuesto único para todo el continente y más poderes fiscales para el continente, entre otras propuestas que llamaban a una 'radical' renovación del continente.
Está claro: algunas de los grandes países del euro apuestan por la integración, como solución a crisis como la griega. Pero esta solución sería, como definía el polaco Marek Belka, "una pescadilla que se muerte la cola". Una mayor unión se enfrenta a un gran obstáculo, demostrado ya con la crisis griega: la soberanía. Así, los movimientos hacia una integración y creación de mecanismos únicos europeos se han encontrado con la reticencia de países que no quieren perder su soberanía.
El referéndum celebrado por Tsipras en Grecia fue un exponente: la voluntad del pueblo griego frente a la 'imposición' desde Europa, proclamaban los defensores del 'Oxi' ('no). Y hay otras voces. Así, aunqueReino Unido no forma parte del euro, una mayor unión no tiene gran probabilidad de éxito en un país que en 2017 celebrará un referéndum. Esta vez, sobre si permanecer o no en la Unión Europea.
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