En el periodo enero–noviembre 2025 la DGII + DGA recaudaron RD$ 65,000 millones más que en 2024, un incremento de 6.4%. Ese avance se explica, en buena medida, por mayores ingresos provenientes de impuestos a la minería (oro) y del impuesto sobre la renta de asalariados y empresas.
Sin embargo, el ITBIS, indicador clave de la actividad económica, muestra señales de desaceleración: el ITBIS de la DGII creció 3.3% acumulado ene–nov, la DGA registra variaciones interanuales bajas o negativas desde mayo y cayó 7% en noviembre, y el ITBIS total creció apenas 3.2% ene–nov, muy por debajo del crecimiento nominal de la economía (≈ 6%) y de los promedios de la última década.
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Interpretación del comportamiento agregado
Crecimiento recaudatorio vs. calidad del crecimiento. El aumento global de 6.4% en ingresos es una buena noticia en términos fiscales: mejora la caja del Estado y permite mayor margen para gasto o reducción de déficit. No obstante, la composición importa: si el impulso proviene principalmente de minería y renta, parte del crecimiento puede ser no recurrente o concentrado en sectores específicos, lo que lo hace más vulnerable a choques de precios internacionales o a cambios en la base imponible.
ITBIS como termómetro de la demanda interna. El ITBIS es el mejor indicador de consumo y actividad local. Un crecimiento acumulado cercano al 3% frente a un crecimiento nominal de la economía del 6% sugiere que la expansión económica no está siendo acompañada por un dinamismo equivalente en el consumo gravado, o que hay factores que están contrayendo la base del impuesto (evasión, exenciones, cambios en la estructura del comercio).
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Señales de riesgo y vulnerabilidades
- Dependencia de ingresos volátiles: La fuerte contribución de la minería y de rentas puede enmascarar una debilidad subyacente en la recaudación vinculada al consumo y a la actividad productiva local.
- Divergencia entre DGII y DGA: La caída del ITBIS en la DGA desde mayo y la contracción en noviembre indican problemas en el comercio exterior o en la importación de bienes gravados, lo que puede reflejar menor demanda interna o sustitución por producción local no gravada.
- Crecimiento real vs. nominal: Si el crecimiento nominal ronda 6% y el ITBIS crece 3.2–3.3%, la brecha sugiere que la inflación o aumentos de precios no están trasladándose proporcionalmente a la base gravable del impuesto indirecto, o que hay cambios estructurales en el consumo (más servicios no gravados, más compras exentas, etc.).
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Implicaciones para la política fiscal y económica
- Sostenibilidad de ingresos: Las autoridades deben distinguir entre ingresos estructurales y transitorios. Si la mayor recaudación proviene de factores temporales (precios del oro, ajustes extraordinarios), no conviene basar gasto permanente en esos recursos.
- Política tributaria y administración: La brecha en ITBIS sugiere necesidad de fortalecer la administración tributaria, revisar exenciones y mejorar controles sobre la cadena de valor del comercio exterior para reducir fugas.
- Política económica complementaria: Para reactivar el ITBIS y la demanda interna se requieren medidas que impulsen el consumo formal y la inversión productiva: incentivos focalizados, estímulos a la formalización y políticas que mejoren el poder adquisitivo real.
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Recomendaciones concretas
- Auditoría de la composición de ingresos: Publicar un desglose detallado por fuente y evaluar qué porción es recurrente; evitar comprometer gasto corriente con ingresos extraordinarios.
- Fortalecer fiscalización del ITBIS: Priorizar controles en importaciones y en sectores con alta evasión; simplificar procesos para reducir costos de cumplimiento y ampliar la base tributaria.
- Política contracíclica focalizada: Si la demanda interna está débil, diseñar programas temporales de estímulo dirigidos a sectores con alto multiplicador y que generen empleo formal.
- Transparencia y comunicación: Explicar a la ciudadanía la naturaleza del crecimiento recaudatorio para evitar expectativas fiscales insostenibles y mejorar la confianza en la gestión.
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Cierre
Los números de enero–noviembre 2025 muestran una recaudación total superior a la del año anterior, pero bajo la superficie hay señales que merecen atención: un crecimiento recaudatorio concentrado en rubros específicos y un ITBIS que no acompaña el ritmo nominal de la economía. La prioridad ahora es distinguir lo transitorio de lo estructural, fortalecer la administración tributaria y orientar la política pública para que el crecimiento sea más amplio, sostenible y redistributivo. Si no se actúa con prudencia, la mejora fiscal de este año podría convertirse en una ilusión pasajera.
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