Luis Abinader en un año inolvidable |
Un año de pandemia con 3,974 personas fallecidas, 3.4 millones contagiados y RD$185,000 millones invertidos para luchar y erradicar la enfermedad.
Un año de luto y dolor, donde familiares, amigos y muchas figuras destacadas perdieron la vida por el Covid-19.
Solo unos dominicanos en el exterior, que rara vez recordamos, aumentaron sus remesas un 60.5% interanual, lo que nos tendió un paracaídas para amortiguar el golpe y mantener nuestras reservas.
Pero lo que nadie puede negar, ni aun los peores enemigos políticos, es que la verdadera salvación del país fue la elección de Luis Abinader como presidente.
Luis cambio nuestra imagen. Se presentó como un hombre honesto a carta cabal, trabajador incansable y decidido a sacar al país de la peor crisis que la historia recuerda.
Comenzó a sanear la administración pública eliminando instituciones, botellas, nominillas y gastos superfluos. Mejoró sustancialmente la calidad del gasto reduciendo en RD$74,000 millones los despilfarros de un tenebroso pasado.
Independizó al ministerio público que desmembró varias redes corruptivas que tenían sus raíces en la misma cúpula presidencial, impulso planes ambiciosos de vivienda, transparentó los procesos de compras y contrataciones, inicio la reforma policial, continuo los programas de ayuda de FASE y creo otros que amortiguaron el peso de la crisis en los mas pobres.
Renovó la cúpula electoral y la Cámara de Cuentas, con profesionales más competentes e independientes.
Inició el desarrollo turístico y empresarial de zonas marginadas como Pedernales, El Seibo-Miches y Monte Cristi mediante alianzas público privadas.
Nos colocó en la cuarta posición entre los más vacunados en Latinoamérica, con 55% con dos dosis, y 400,000 con una tercera dosis, reduciendo los contagios y muertes.
La confianza en el gobierno disparó la inversión privada y el crecimiento, recuperando el 80% de los empleos perdidos durante el peor momento de la pandemia. Aumentó los salarios, mejoró los ingresos tributarios, bajó el costo del servicio de la deuda, dio amplias facilidades financieras y concesiones fiscales y mantuvo la estabilidad macroeconómica con mano de hierro.
Terminó exitosamente el año escolar en forma virtual y puso en manos de todos los niños de escuelas públicas un medio electrónico para su educación.
Dos millones de personas fueron inscritas en la seguridad social y habilitó decenas de hospitales y miles de cama para los pacientes del Covid en tiempo récord.
Gracias a Dios, estamos en buenas manos mientras la pandemia sigue viva.
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