martes, 20 de octubre de 2020

Yvelisse, ¡en el arco lírico de mi alma! _ Tony Raful @tony_raful

Puntos de vista martes, 20 de octubre de 2020

POLÍTICA Y CULTURA

Yvelisse, ¡en el arco lírico de mi alma!

Yvelisse, ¡en el arco lírico de mi alma!

Tony Raful / tonyraful5@yahoo.com

Porque la cora­za de los acan­tilados frente al mar, aguza sonidos y dia­mantes, antiguos motines de la zarza y el viento procaz, aleteos continuos del violín y la espada, rumor incesante de la mirada y la palabra que nos envuelve en el amor. Por­que es verdad y no lo es, por­que la muerte asoma en ci­clos rotatorios de melaza y ventisca, porque son la cruz y la espada, cimbreando los tiempos idos, el montaraz estribillo del llanto. Porque tú no te puede ir, cuando tu voz y tu caligrafía, ingenian luz de viveza y hermosura del verbo transcrito en metá­foras, asomos voraces del al­bur, regia maestra en las au­las, cuando tus utopías como soles tejen el universo en tus ojos.

Resulta Yvelisse, que aho­ra se agolpan los recuerdos, desde aquellos días universi­tarios, cuando te conocí, tú la Maestra, yo, alumno de todas tus conferencias, tú, nuestra candidata al Decanato de Hu­manidades, yo, militante de las banderas democráticas y de la reforma universitaria, tú, envolvente en tu capa­cidad conceptual y en tu in­tensa exposición de las ideas. Acercarme a ti fue siempre un gozo del espíritu cuando todo lo sometíamos a discu­sión, cuando Paulo Freire nos legó la más envolvente con­cepción del aprendizaje y la lucha por la reforma educati­va. Fue Peña Gómez quien te llamó una tarde de noviem­bre para decirte que me co­locara en el Departamento Nacional de Educación del PRD, para recorrer el país, elevando el nivel de concien­cia de los militantes políticos. Ya nos conocíamos, la lira y el amor a la poesía nos asocia­ba lúdicamente. Nunca de­jamos de coincidir y comba­tir por una sociedad mejor y más justa. Tu brillantez y tu vocación de servicio forjaron nuevos militantes en la lucha por la democracia. Te acom­pañé en la Escuela Política, desde los primeros asomos, asesorados por la Fundación Fredrich Ebert de Alemania. Tu defensa del ideal hosto­siana, llevado a la expresión más concreta de la raciona­lización y la creación de la conciencia, como motor de la cultura y la historia, no te impidió cristalizar los envíos destellados del alma en una fe persistente en Dios.

Recuerdo en aquel inter­ludio represión sangrienta contra la oposición, cuando se hizo necesario luchar en diversos niveles por la res­tauración de la democracia. Cuando el terror imperaba y se atropellaba el ejercicio de las libertades, que una ma­drugada incierta, el líder del Partido me llamó para que te pasara a buscar por tu ca­sa para asistir a una reunión clandestina, acompañando a Peña Gómez, a reunirse con una docena de oficiales mili­tares de alto rango, de las dis­tintas ramas de las Fuerzas Armadas, dispuestos a iniciar un movimiento en los cuar­teles en la lucha por la de­mocracia. Y recuerdo mucho más, y te prometo difundir la entereza, el valor de la maes­tra que siempre dio la ca­ra por los mejores intereses. Eres diamante y claridad. La muerte retrocede confundi­da, sabe que detrás de los res­tos mortales, asoma la per­manencia de un ser ejemplar, sin manchas, que cruza ve­loz el universo hacia la eter­nidad de la luz y las energías de Dios.

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