sábado, 12 de septiembre de 2020

Arqueóloga dominicana persiste en hallar tumba de Cleopatra en antiguo templo

Arqueóloga dominicana persiste en hallar tumba de Cleopatra en antiguo templo


La abogada, diplomática y arqueóloga dominicana Kathleen Martínez tras la tumba de Cleopatra. Foto: EFE

Tras la tumba de Cleopatra entre las arenas de Egipto, acompañada por beduinos para esquivar picaduras de serpientes y otros peligros del desierto, la abogada, diplomática y arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, confía en que busca en el lugar correcto.

Cada hallazgo nos alienta a seguir excavando dentro y en los alrededores del antiguo templo de Taposiris Magna, un lugar devastado, prácticamente ignorado por la historiografía y que algunos consideraron incompleto o edificado sólo a medias, declaró la investigadora en entrevista concedida a Prensa Latina.

Situado en las afueras de la actual ciudad de Alejandría, a unos 45 kilómetros, reúne las condiciones desde el punto de vista iconográfico, arquitectónico y estratégico para cobijar el sepulcro de la faraona y de su amado Marco Antonio, a quien tuvo la oportunidad de enterrar con todos los honores unas dos semanas antes de su suicidio, comentó.

La ubicación del templo a menos de 100 kilómetros del área del palacio real, donde permaneció prisionera, fue uno de los primeros indicios que la inclinaron a comenzar allí las indagaciones, pues se trata de una distancia que Cleopatra pudo haber recorrido en dos ocasiones en un lapso de unos 15 días, la última de ellas en la víspera de su muerte, argumentó.

“Era el momento final de su vida y de Egipto, que pasó a ser una provincia romana, en quién más podía confiar que no fuera en sacerdotes, qué otro lugar resultaría mejor que un templo para ser sepultada junto a Marco Antonio, así que puse mi mirada en aquel sitio desolado e insuficientemente escrutado”.

Si intentaron borrarla de la memoria de Egipto (por el resquemor que provocaron sus excepcionales dotes como científica, filósofa, guerrera y monarca que llegó a dominar las lenguas de su tiempo), si sus imágenes y estatuas fueron destruidas, desaparecidas, entonces el escenario escogido por ella como su última morada debió estar en la actualidad igual de arruinado y en el olvido, manifestó.

Mi teoría -afirma- es novedosa, al principio causó desconfianza, pues por demás provengo de un país que no tiene tradición en esta especialidad; sin embargo, los trabajos iniciados en 2005 han continuado con resultados alentadores año tras año, cuando alterno las búsquedas en el yacimiento (de dos a cuatro meses) con las rigurosas faenas examinando pieza por pieza, así como las estructuras develadas.

Estoy cada vez más entusiasmada, cada objeto que sale a la luz es otro paso clave para completar el gran rompecabezas de Taposiris Magna, todo está concatenado, enfatizó Martínez quien conjuga sus búsquedas por Alejandría con sus tareas como Encargada de Negocios de República Dominicana en Egipto.

En su opinión las inscripciones encontradas en tales predios, así como las placas fundacionales –por lo general escondidas por el faraón de turno- constituyen hallazgos prominentes, pues confirman que su construcción comenzó en la época de Ptolomeo IV (221-203) a.n.e y terminó durante el reinado de Ptolomeo V (204-181).

“Esas estelas corroboran que estuvo dedicado a la diosa Isis, a Osiris y al hijo de ambos -Horus-, es sabido que Cleopatra estaba considerada la encarnación de la primera, de hecho se vestía como ella (deidad de la feminidad y la maternidad), un elemento sustancial que permite vincularla a Taposiris Magna”.

“Todas las evidencias -aseguró- pertenecen a la época ptolemaica, que comenzó con la llegada de Alejandro Magno y terminó con el reinado de Cleopatra VII, y particularmente al siglo I a.n.e, en el que gobernó la célebre monarca, lo que nos anima a proseguir removiendo las arenas, explorando las profundidades a través de galerías que descienden hasta 25 metros”.

Es un trabajo arduo bajo temperaturas sofocantes, que acometemos a riesgo de nuestras propias vidas, yo dirijo los rastreos, soy la primera en descender, confesó.

Al referirse a sus principales descubrimientos Martínez mencionó, además, un total de nueve cámaras subterráneas, un complejo de túneles, dos botines con alrededor de 800 monedas desenterradas en distintas temporadas (algunas de ellas con el rostro de Cleopatra), además 15 catacumbas y 12 momias.

Muy interesante resulta el hecho de que en la última misión descubrimos una tumba intacta con los cuerpos, de un hombre y una mujer, recubiertos de oro y hasta el momento no encontramos ningún paralelo, lo que las convierte en piezas únicas y de gran significación para entender los enterramientos, el proceso de momificación allí, estamos investigándolas ahora”.

Posiblemente el año venidero podamos ofrecer más detalles en la medida en que avancemos en esa pesquisa, pero evidentemente fueron personas con un alto rango dentro de su sociedad, lo que sí podemos afirmar es que no son Cleopatra ni de Marco Antonio, sentenció.

Una vieja torre, réplica del icónico faro de Alejandría, centra igualmente las averiguaciones de la exploradora dominicana por la zona.

En su interior hallamos un sepulcro saqueado, que pretendemos escrutar a profundidad por considerarlo un escenario promisorio desde el punto de vista arqueológico, nos proponemos igualmente ahondar las averiguaciones en las catacumbas aledañas que resguardan los restos de al menos 600 personas, sin contar los nichos donde yacen trabajadores (hasta ahora localizamos 150), adelantó.

Enigmáticos personajes

Martínez y su equipo localizaron los cuerpos de dos hombres ataviados con joyas de oro. Foto: La Información.

En 14 años de excavaciones por el yacimiento, Martínez y su equipo localizaron los cuerpos de dos hombres ataviados con joyas de oro, que presumen fueron sacerdotes encargados de custodiar la entrada de lo que pudo ser una tumba sellada por ellos, es un lugar prometedor, estamos trabajando allí, amplió.

Dentro de una de las cámaras subterráneas encontramos el cadáver de una sacerdotisa que murió en el proceso de parto, con un pequeño busto de Alejandro Magno entre sus manos, hecho de granito blanco, lo que nos hace pensar que el rey de Macedonia que llegó a ser faraón de Egipto, fue venerado como un dios, detalló.

Entre las catacumbas -agregó- identificamos el esqueleto de un general, inhumado con una medalla concedida por proezas militares, así como el de una mujer que yace junto a un ibis, ave sagrada para los antepasados egipcios, la cual representa la sabiduría, así que podría tratarse de una escriba.

“Y para sorpresa nuestra en la excavación de 2019 rescatamos los dos féretros intactos adornados con oro”, recordó con orgullo.

Contra viento y marea

Aunque la hipótesis de Martínez discrepa de otras enfocadas en búsquedas dentro de la ciudadela hundida en el Mediterráneo, donde vivió antes Cleopatra junto a Marco Antonio, la dominicana asegura que excava en el lugar correcto.

Lo que digo es que Taposiris Magna reúne todas las condiciones para abrigar la tumba de la faraona, pero la prueba fehaciente será su descubrimiento, no desistiré hasta que termine de explorar el yacimiento por completo, y mientras no finalicemos dicha faena tampoco debemos descartar ninguna posibilidad, subrayó.

La arqueología –acotó- requiere tiempo, no estamos obligados a producir resultados inmediatos, sino a hacer las investigaciones, para confirmar o descartar alguna hipótesis.

Tras el velo de taposiris magna

La dominicana asegura que excava en el lugar correcto. Foto: Canal 14.

Puedo asegurar que contrario a lo concluido por expediciones previas (la primera aconteció a finales del siglo XIX), Taposiris Magna fue un santuario ptolemaico importante, que funcionó durante varias centurias, dedicado a la tríada (Osiris, Isis y Horus), precisó.

“En el transcurso de las perforaciones -explicó- localizamos los cimientos de tres templos, desentrañamos la estructura de la entrada, similar a los de Luxor, desenterramos las bases de 14 estatuas, algunas de ellas demolidas en las proximidades, otras fueron usadas como relleno en la construcción de iglesias del período bizantino, de lo que tenemos pruebas”.

Corroboramos que hubo combates en sus predios, incendios, destrucción provocada por la mano del hombre, los estudiosos que me precedieron hicieron catas en varios puntos, pero algunos tras fracasar en los sondeos abandonaron las pesquisas al suponer que la edificación no fue concluida, dijo.

Monedas, bustos, máscaras funerarias, vetustas inscripciones, cámaras subterráneas y túneles, catacumbas, restos humanos, misteriosas inscripciones, más de una decena de momias, joyas de la antigüedad, conforman un conjunto que la estimula a seguir desentrañando pasadizos del desierto tras pistas de Cleopatra y el período ptolemaico, cuyos rastros se creían borrados por tsunamis y terremotos.

En video, Kathleen Martínez: La abogada de Cleopatra

(Con información de Prensa Latina)

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